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(Salim miró a Simonette a los ojos y dijo) --No quiero verte molesta por unas mujeres que no me van a interesar mas que tú.

Simonette sonrió y dijo: --Si e tratado con ellas no me molestaré.

Salim le dio un beso en la frente a Simonette y dijo: --Si lo harás.. Vi a mi madre discutir mas de una vez con una amiga que entró en el harem de mi padre.. Así que no.

Simonette le dio un beso en los labios y le dijo: --Te prometo que no será así.. Así que acepta mi amor.

Salim quedó viendo esos ojos dorados que destelleaban bajo la tenue luz de la luna que alcanzaba a entremeterse por la ventana de la habitación, ellos acababan de hacer el amor, ya que Simonette sabia que ese era el único momento en el que podía hablar con Salim sin que se fuera y la dejará a mitad de la conversación, como había empezado hacer desde una semana, desde una semana de haber hablado con sus sirvientas.

--¿Serán las hijas de los monarcas?

Fue lo que dijo Salim luego de asentir y suspirar, Simonette sonrió al ver que había accedido y mientras lo abrazaba dijo: --No.. Las concubinas serán mis sirvientas.

Salim le dio un leve fruncir al ceño y dijo: --¿Tus sirvientas? ¿Las que se parecen?

--Si.. Ellas.

--¿Mirna, Byrel, Mar, Eva y Sariel?

Simonette se echó a reír y dijo: --Jajaja.. Así no es amor.

Salim la miró con el ceño fruncido y dijo: --¿Entonces?

--Madison, Byrne, Ava, Isla y Sarah, ellas tienen 27 años y son inglesas.. Debes recordar sus nombres, ya que ellas serán tus concubinas y además, son bonitas ¿No?

Salim miró hacia la ventana de la habitación y dijo: --Lo son.. Esos ojos azules son lindos, al igual ese cabello rubio.. Aunque no puedo dejar su cuerpo por fuera, ya que también es algo lindo.. (Simonette tenía el ceño fruncido al oír sus palabras, pero él con una sonrisa dijo) --Pero, a comparación contigo.. Son mujeres simples.

--Oooh Sa..lim.. Aaah..

Simonette y Salim continuaron amándose durante la noche y al amanecer ella se puso un blusón y fue al cubículo de oración que estaba frente a la habitación para orar.

--Mi señor.. Soy Yo, tu fiel sierva, sé que es recomendable seguir tu voluntad y eso es lo que cada día hago.. Deseo que las cosas se rijan conforme a lo que deseas y no a lo que deseo.. Pero, quisiera pedirte que me dieras un hijo como regalo, sé que es egoísta de mí parte pedirte algo, pero también sé que sabes el deseo mío de tener un hijo con mi esposo..

Simonette tenía la costumbre de orar cada día en las mañanas y también lo hacia en las tardes, ya que su madre así lo hacía y ella había decidido aplicarlo en su vida.

Ese día le informó a sus sirvientas que el sultán había accedido a formar el harem, así que ordeno al resto de sirvientes que adecuaran el palacio secundario, para las mujeres que iban a llegar al harem; como sus sirvientas no tenían respaldo para poseer pertenencias, comenzó a comprarles una docena a cada una de cada prenda de vestir y de calzar, no les dio joyas, ya que el sultán era el que debía de darle joyas a las concubinas y, como le había dicho antes, contrato a mujeres japonesas para que las asistieran y contrato dos para ella.

--Bueno.. Madison, a ti te servirá Yin Liu y te tocará la primera habitación del palacio.

Madison asintió y dijo: --Gracias mi señora.

Simonette asintió, miró a Byrne y dijo: --Byrne, a ti te asistirá Min Lan y tu habitación en el harem será la segunda (Byrne asintió y Simonette miró a Isla, luego dijo) --Isla, a ti te asistirá Ibu Wen y como tal, tu habitación será la tercera; Ava, a ti te asistirá Reh Shia y Sarah a ti te asistirá Nyr Fen, serán cuarta y quinta habitación.

Ellas le agradecieron por más de una semana por lo que había echo la sultana, ya que ellas eran unas meras sirvientas y Simonette se había gastado sus ahorros en ellas; la sultana planeó la presentación de las concubinas que iban a vivir en el harem y el día que la presentación se llevo acabo, todo comenzó a marchar bien.

La primera semana del harem estar inaugurado, el sultán solo envió presentes para las concubinas y permaneció en la habitación de la sultana durante las noches que pasaban; la sultana había convencido de crear el harem, pero el deber de convencerlo en asistir a el, era solamente de los monarcas.

--Mi señor debe ir al menos cinco noches al harem, ya que la idea de su creación, es que pueda tener, por lo menos, un sucesor.

Salim fulminó a Yahin y al resto que los acompañaba mientras decía: --Solamente estaré con mi esposa.. Acedí a la creación del harem porque la atosigaban con eso cada día, pero no planeo tocar otro cuerpo mas que el de mi esposa.

Los hombres se miraron entre ellos y uno que estaba detrás de los demás dijo: --Mi señor.. Asista por lo menos dos meses.. Si no hay niños durante ese tiempo, dejaremos que haga lo que desee.

El sultán se levantó de la silla, miró por la ventana del estudio y dijo: --¿Solo tiene que ser dos meses?

--Así es.

--¿Y luego de ello, no me molestaran más?

--No mi señor.

--¿Ni a mí esposa?

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