Nuestra primera pelea

 Nerea

Justo cuando pensé que nunca volvería a despertar, las palabras más dulces alcanzan mis oídos y no me las puedo creer. Es en serio que quien me dice hoy frases de amor fue el mismo que ayer me hizo correr hasta lanzarme a un río (?) No sé qué hacer, luego de esto no tengo cómo escapar del destino y Neri acaba de terminar el enlace entre los dos, por lo que… Qué más da, mi plan no va a cambiar, traeré a los Lamar de vuelta, pero será con mi alfa a mi lado. No dijo mi madre que mis poderes aumentaran cuando esté con mi pareja, que sea entonces. Así que solo abro los ojos y lo dejo ser, acepto todo lo que me ofrece, lo que sea quiero descubrirlo a su lado.

*-*-*-*-

Pienso que ha pasado una hora desde que estamos acostados en la misma cama de hospital protegida en sus brazos. No quiero hablar y romper el hechizo, pero hay cosas que debo saber. Veo que toma aire y besa mi frente para luego poner su quijada sobre mi cabeza.

—¿Pregunta?

—¿Sara?

—Está bien, peleando con Alex que no la deja ni caminar, está exagerando. — Me reí y eso dolió su poco por lo que me quejé—. ¡¿Estás bien?! ¿Quieres que busque al médico?

Traté de no volver a reírme y solo negué.

—De nuevo, ¿quién era el exagerado?

Bufo para luego empezar a reírse.

—En cuanto estés mejor nos iremos a casa.

—¿Y el alfa Alejandro? —Hubo un largo silencio y fue suficiente para entender—. ¡Ah! Okey, espero que descanse y no en paz.

—Era un maldito, su pueblo está festejando, no desean ofrecerle los honores que se le presenta a un alfa. Van a enterrarlo en la noche, ya que no se puede esperar por su estado y su única familia, el futuro alfa está bien lejos. Demorará un día entero en regresar o más, esperemos que pueda entender que no se podía hacer otra cosa.

—Ojalá y sea mejor alfa, que este que estaba.

—Camilo es una buena persona, estoy seguro de que hará un buen papel con su gente.

—Eso espero, lo necesitan y mucho después de tanto sufrir.

—¿Y tú? ¿Qué necesitas tú?

Lo miré a los ojos y sonreí.

—Pues para empezar te necesito a ti y regresar a casa para poner en orden todo esto que está pasando entre nosotros.

—Voy a llamar para que vayan poniendo tus cosas en mi habitación.

—¡¿Ya?!

—¿No quieres dormir conmigo?

—No es eso, es que sería la primera vez que voy a convivir con mi pareja y soy bien complicada. ¿En serio quieres vivir conmigo?

—Muy en serio mi colibrí. —Le alcé una ceja, a que venía ese nombre—. No te gusto, ¿eh?

—No, no me gusta.

Se rio.

—En fin, cariño, sobre lo de vivir juntos te diré que los de mi especie, al descubrir a nuestras parejas no encontramos motivos para estar separados. Estar lejos uno del otro causa tristeza, dolor, estrés y es casi insoportable, así que para que buscar eso, simplemente se vive juntos y ya está, nos evitamos dolores de cabeza innecesarios.

—Um… si, ya había percibido ese comportamiento entre los tuyos. Pues nada hagámoslo, de todas formas, no hay nada que perder. Aunque si vamos a tener que hablar largo y tendido sobre algunas cosas de mi vida que no sabes aún y pienso que es mejor decírtelas. Además, vamos a establecer reglas de convivencia, señor Izan.

—Ah, ¿sí?

—Umju, aunque seamos una pareja, cada cual necesita su espacio.

—Entiendo, aunque el único espacio que yo necesito se llama Nerea.

Lo miré y sonreí.

—Qué boca dulce tienes.

Tomo mi quijada entre sus dedos y me hizo mantener la mirada en él.

—Quizás no lo entiendas aún por qué hace muy poco que conoces como conviven las parejas en nuestro clan, pero lo has sentido, sabes que hay una fuerza que controla tus sentidos. Cuando demos el siguiente paso de nuestra relación, esa locura se calmará, sin embargo, se creará un lazo de dependencia entre nosotros. En resumen, puede que soporte no verte en todo el día, sin embargo, en las noches mi Nerea, solo podré encontrar alivio si tus brazos me reciben.

—¿Y qué tal si tienes que viajar?

—Casi siempre las lunas viajan con sus parejas.

—Okey, pero no siempre podre ir contigo y he visto en nuestro clan que muchos viajan sin sus mujeres.

—Eso es posible, no he dicho que no, no obstante, para un alfa es hasta peligroso, tendemos a tener conductas mucho más controladoras.

—Bueno Izan, siento decirte esto, pero vamos a tener que resolver ese problema. Habrá un momento en nuestras vidas en que yo tendré que viajar y tú no podrás venir conmigo, ya que no puedes dejar tu puesto en la manada. Tu padre ya está empezando a mover las cosas para colocarte como alfa.

—¿Me estás diciendo que piensas viajar sin mí?

Su tono fue bastante fuerte y dominante, no me gusto, por eso me aleje y lo observe molesta.

—No soy uno de tus subordinados para que uses ese tono en mí, no vuelvas a hacerlo.  Aunque acepte ser tu pareja, no vas a dominarme y encerrarme en una torre. Antes de conocerte yo tenía una misión y sigo teniéndola, y ni tú ni nadie va a impedir que la lleve a cabo.

Sus ojos casi se salen, en ellos vi dolor, ira, impotencia y eso me lastimó, él tenía razón de que hay un lazo que nos une de tal forma que hasta nuestros sentimientos están acoplados. Si uno está triste el otro lo sentirá y se contagiará, ahora mismo tenemos todo mezclado en nuestro interior, pero la rabia es la que se eleva. Por eso nada más abre sus brazos liberándome y se aleja para luego incorporarse, ponerse en pie y marcharse, dejándome en un vacío que nunca había conocido. Una necesidad de correr a sus brazos y volver a lograr que me encierre en ellos me sacudía.

Respire, no fue la forma adecuada de empezar esto, ahora lo veo claramente, pero lo hecho, pues hecho esta. Debo aprender a controlar mi boca porque mi pareja no es un humano, es un hombre lobo, alfa para colmo, lo que equivale a un carácter excesivamente fuerte. Por lo que las cosas hay que decirlas delicadamente y de una manera que lo convenzan sin que sienta que se le está ordenando u obligando a aceptar algo. Esto va a ser muy difícil, ya lo veo venir, pero no por eso voy a dejar a mi familia, tengo un deber con ellos y Sara es una pieza clave para empezar.

Respiro aguantando el dolor que me recorre por las costillas magulladas y me acomodo tratando de encontrar esa posición que te permite pensar. Dioses, voy a tener que aprender con luna Ela como manejar a un alfa, necesito a la voz de la experiencia. Como si la hubiese llamado a los cinco minutos está a mi lado.

—¿Por qué han peleado esta vez? Supuse que al fin se habían entendido.

Hice una trompetilla con la boca.

—Lo eche a perder, porque no sé cómo hablarle a alguien como él, es tan difícil medir tu lengua cuando siempre has sido libre.

Se carcajea.

—Hablas de hacer entender a un hombre lobo o a un alfa.

—A ambos.

—¡Ah! Bueno, en eso puedo ayudarte, se puede decir que soy una experta, ¿sabes?

Sonrío en lo que ella busca una silla y se acomoda para pasarnos un buen tiempo hablando sobre todo lo que debía aprender. Lástima que era casi imposible poner en práctica lo aprendido, pues Izan se encargó de mantenerme informada de cuanto podía durarle un berrinche. Ni siquiera en el vuelo de regreso me hablo y eso me harto, por lo que al llegar a la manada simplemente lo ignoré y me fui a mi antigua habitación.

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