No dejo de equivocarme

Izan

La vi irse mientras algo dentro de mí se quebraba, esto estaba saliéndose de todo control, ya gobernaba hasta mi mente. Juro que no quería acercarme, sabía que esto era lo que iba a pasar. El solo pensar que tiene pensado negar nuestra relación me destruye y lo peor es que me lo merezco. Nunca va a perdonarme lo que le hice aquel día y tiene todo su derecho, yo no me daría el perdón. Camino un poco más lejos y golpeo un árbol con todas mis fuerzas, siento lástima del pobre, pero necesitaba aliviar mi rabia y descargar mi dolor en algo.

—El árbol no es culpable amigo, tú si, así que porque no te golpeas tú mismo.

—Frank no estoy para tu alma ecologista.

Este se ríe.

—Deberías sanar tu primero y liberar esa maleta del pasado antes de ir a por ella.

—Lo sé y eso es lo que trato de hacer, pero la maldita atracción me tiene sin rumbo.

—Pasa… con Bia me comporté como un total idiota al inicio.

—¡Ja! Sí, fue algo fuerte el ver como tu amigo, uno de los chicos rudos del clan, se estampaba contra un árbol solo por una chica.

Ambos comenzamos a reír.

—En mi defensa ese árbol no estaba ahí antes y además iba siguiendo a mi pareja, cualquier cosa puede suceder. Creo que ya comienzas a darte cuenta de eso, perdemos todos los sentidos.

—Si… es algo escalofriante si me lo preguntas. No me gusta para nada, eso de no tener control sobre mi cuerpo.

—No, tú como humano no lo tienes, pero tu parte lobo si, solo que se comportan como lo que son, animales.

Sentí a Naz gruñirle en mi cabeza y me reí, no le gusto el comentario, aun así, es real sin duda alguna. Al final decidí volver a la prisión donde mi padre tenía a los detenidos en cuartos, no se les quiso poner en jaulas. Al llegar escuché que papá hablaba con el otro alfa y reían, por lo que decidí entrar a la habitación donde estaban sentados.

—¡Ah! Hola, hijo, adelante. Es bueno que hayas llegado, aquí el alfa Ramón me ha contado cosas muy interesantes, entre ellas que tu pareja tiene el poder de la telepatía.

Alcé las cejas.

— —¡¿Qué?!

— —¡Oh! Esa misma fue mi reacción, aún me parece increíble. Amigo Ramón te importaría repetirle la historia.

— —No tengo problema con eso, aunque no sé si a ella le agradara que hubiese desvelado su secreto.

— —No, tranquilo, estoy seguro de que al final iba a contarme igual.

— —Bueno, si es así, pues no tengo problemas. La verdad es que todo fue de repente, ella solo me miro a los ojos y pude escuchar palabras en mi mente. En el momento comprobé si había sido alguien de la manada, pero no fue así, entonces me di cuenta de que era ella por su mirada. Tiene un poder impresionante si me preguntan, inclusive a través de las ondas puede pasar algo de fuerza, no fue agradable experimentarlo.

Mientras más me decía menos podía entender, mi humana, mi Nerea, mi pareja por destino tiene poderes. No es un simple ser humano como otro cualquiera y esto me enciende la curiosidad, ¿qué más esconde? ¿Por qué no nos dijo que tenía poderes? Quizás deba hacerle una visita a nuestro médico, tal vez él ha notado algo más durante su recuperación, algo inusual.

Dejando todo eso a un lado, lo siguiente que me cuenta también me sacude. Han tenido que huir de sus tierras porque alguien los traiciono y dio su posición. Los humanos llegaron y trataron de asesinarlos a todos, por suerte gran número de ellos logro escapar. Pero esto me pone los pelos de punta, porque, aunque aseguran que los perdieron y que no saben dónde están, todo puede irse al traste de no ser así. Los humanos no son fáciles en modo de cazadores, son bien peligrosos y no le tiemblan las manos a la hora de exterminar. Y está también el tal traidor, bien puede estar entre ellos.

—Puedo asegurar que no es uno de nosotros, es que incluso me temo que no es solo uno, sino varios los culpables. Me habían llegado con anterioridad rumores sobre una alianza entre las hienas y un clan que no es de los felinos o mamíferos. Al parecer el plan es eliminar uno por uno a nuestra especie y no somos la primera aldea eliminada. Tuve noticias, de hecho, las recibía cuando fuimos atacados, una aldea de jaguares fue exterminada, el único sobreviviente había sido el que nos informó, pero al final murió tratando de ayudarnos. Pues lo habíamos acogido allí hasta que decidiera que hacer, fue triste tener que dejarlo, le debemos nuestras vidas.

Si, un gran guerrero que ya había perdido todo, es horrible, el solo pensar en perder toda tu vida, lo que conoces. Tocaron a la puerta y mi padre mando a pasar.

—Perdone Alfa, pero su hija y su amiga Nerea desean hablarle.

Este me mira por un momento y nada más cerrando los ojos le respondí que las dejara, quiero verla en acción.

—Déjelas pasar.

Entran y enseguida veo que ella busca los ojos del alfa Ramón, hay una cierta comunicación e incluso veo como se le abren los ojos de par en par. Ya sabe que lo sabemos todo, pero no se altera, solo le afirma al hombre y mira a mi padre.

—Bueno Alfa, ya sabe mi secreto, que desea saber.

—¿Qué secreto?

—Ahora no hermana, danos un momento.

—Nerea, vamos a hablar, pero primero me gustaría que Carla junto con… —en eso se abre la puerta y entra el beta Rodolfo—, exacto, quiero que tomen a nuestro invitado con los otros que trajimos y los dirijan al campamento.

—Claro, Alfa.

Todos nos levantamos y sacudimos manos para despedirnos luego de escuchar los agradecimientos del hombre. Cuando se cierra la puerta, Nerea está de pie mirándonos.

—Siéntate por favor mi querida niña. Sabes que nunca te haré daño, ¿verdad?

—Lo sé y no es eso lo que me molesta Alfa.

—Porque no me llamas Boris, ya que somos solo nosotros tres y podría ser perfectamente… tu suegro, no sé, digo yo. — No pude evitar la risa y ella tampoco, nada más lo miré negando, esa era su especialidad, relajar el ambiente para engañarte con esa supuesta tranquilidad—. Muy bien, ahora quieres contarme quién eres.

Respiró con fuerza.

—Soy alguien que fue criada bajo el nombre de Nerea, pero no es mi verdadera identidad, según he sabido hace muy poco mi madre me escondió durante años para salvarme. No recordaba nada porque tuvimos un accidente el cual se llevó su vida y también parte de mi memoria. No puedo decirle lo que soy ni de donde provengo porque es un misterio para mí también. Nada más sé que tengo este poder, lo descubrí hoy en el intercambio, solo me sentí en peligro y de alguna forma conecté con él.

La miré, aunque no nos conocemos hace mucho conozco cuando algo no va bien porque la vena de su cuello salta de vez en cuando. No está diciendo todo y comienzo a creer que teme por su seguridad, quizás sí sabe quién es, pero no es seguro que lo sepamos teniendo asesinos tras ella. Si mal no recuerdo se dijo que su avión exploto y ella lo confirmo diciendo que fue una bomba. Me niego a considerar que mi pareja del destino sea una loca maniática, alguien peligroso para nuestra manada. Naz lo hubiese sentido, siempre me advierte de la maldad de las personas, es mi don sentir las malas vibras.

Mi padre me mira y sé que también la ha descubierto, así que solo trato de desviar su atención para que no la presione. Cuando juzgue que debe hablar de lo que le sucede que lo haga, al menos ese espacio quiero darle.

—¿Únicamente ese poder posees?

—Que yo sepa hasta ahora, sí.

De nuevo miente y muerdo mi labio con fuerza, debo controlarme, no puedo ponerla en evidencia, aunque nada se le escapa a mi padre.

—Bueno, gracias por confiar en nosotros pequeña, espero que sepas que tanto mi luna como yo te queremos como una hija.

—Y yo se los agradezco de corazón, me han salvado la vida dos veces y créame cuando le digo que en silencio estoy pagando esa deuda.

Esa fue una respuesta bien clara e inteligente, mi padre se relajó realmente esta vez.

—Gracias, ahora deja que Izan te acompañe hasta tu habitación, me quedaré más tranquilo, pues ya es muy tarde.

Ella solo afirmó y se dirigió a la puerta luego de levantarse, mire a mi padre y este me guiño un ojo. Nada más sonreí y la seguí en silencio, no hablamos nada, hasta que ya cerca de la gran casa se detuvo y me miro.

—Gracias… sé que sabías que no decía todo y, aun así, no me delataste.

—Mi padre también lo sabe.

—Por supuesto, sé que es de ese modo, no por gusto es quien es.

Sonrió y miro al suelo, algo se apoderó de mí y me lancé a por sus labios. Por los dioses, era un pedazo de cielo el besarla y por suerte ella no se resistió, al contrario, simplemente puso sus brazos sobre mis hombros. Y a medida que subía de nivel el beso lo hacía su atrevimiento, termino poniéndome contra un árbol y luego de casi volverme totalmente loco, se separó y salió corriendo.

Miércoles, he metido la pata monumentalmente, ahora como me dejara acercarme a ella. Maldita conexión que me hace perder mi parte racional, acabo de retroceder todo lo que había ganado.

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