El cierra sus ojos deseando que todo cambie,
lo anhela desde el fondo de su corazón,
pero solo desear ¿realmente funciona?
cuando mira su destino escaparse como arena entre sus dedos
Todos se preguntan ¿Cuál es la razón de su existencia?
¿sirve de algo seguir aquí sufriendo y llorando?
claro que si, querido extraño en el mundo ya lo veras,
algún día tu mera existencia será lo que más agradecerás.
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Podía escuchar el crujir de las ramas al pasar por el bosque, esta sería su primera cacería, era increíble lo rápido que había pasado el tiempo ahora con diez años era lo suficiente hábil con el arco y la ballesta, aunque solo hace poco más de un año su progenitor le permitió entrenar con un arma de fuego, ahora montando un caballo marrón seguía a su padre por aquel sendero.
En estos casi tres años se había acostumbrado a este mundo, claro que aun temía por su destino, y sus pesadillas se lo recordaban en algunas ocasiones de manera muy cruda, quería alejarse de los protagonistas, gracias al cielo que las clases de la escuela le ayudaron a mantenerse lejos de Bella al igual que sus prácticas, aun le parecía tonto que las clases escolares solo fueran para varones.
Quería hacer algo para remediar aquello, pero cuando su periodo escolar terminara, ni loco lo haría ahora, ya tenía suficiente con LeFou pegándosele como un koala, y tampoco podía dejarlo solo, pues el hamstercito era blanco fácil para brabucones, cuando lo molestaban iba corriendo a él llorando a mares con una expresión de agravio y él tenía que resolverlo.
Sumándole a eso estaba Remi, él no era una presa débil como el pelinegro, pero gracias a su imprudencia siempre lograba meterlos en problemas ¡DIOS! a veces se sentía como una madre pato.
Este tiempo había sido tan desgastante para él, Paulette lo arrastraba cada sábado para que le ayudara en la boutique, si, logro comprarlo con sus ricos postres ¡desearía no ser tan débil a esos platillos tan exquisitos! cuando esa niña descubrió su debilidad no dudo en usarla.
Cada sábado llegaba a la boutique le ayudaba a ordenar conjuntos, verificar la calidad de las telas, revisar que tonos combinaban y también tenía que atender a las clientas, y claro no faltaban las clientas que comentaban que era un chico tan lindo y le halaban sus mejillas como si fuera una mascota de la tienda ¡¿por qué le hacían eso?! en esos momentos solo se podía recordar los ricos postres.
Suspiro recordando su sufrimiento, y es que la estrategia improvisada de "no acercarse a los otros personajes de esta historia no había funcionado" las bimbettes, LeFou e incluso Bella ya lo consideraban un amigo.
Solo le quedaba cambiar de plan, está claro que esto no funcionaria, si ahora no sentía nada por la protagonista, pero en este punto tampoco es como si la odiara, puesto que al fin de cuentas tiene que aceptar parte de la culpa, digo, no es como si " Gastón " hubiera sido una blanca paloma en el cuento.
También tenía miedo de enamorarse de ella en el futuro.
Aun no recordaba cómo es que los protagonistas se enamoraron, lamentablemente solo conocía parte del principio y del fin de la historia.
Sabia como era el castillo de la bestia, pero aun no como encontrarlo. Era un completo dolor de cabeza. Agregando a eso, estaba esta inquietud de ¿Quién era el exactamente en su vida pasada? y ¿porque tuvo la aquella vez ese extraño recuerdo? era obvio que esa mujer era su amante, pero ¿Qué había sido toda esa conversación? ¿Cuál era la razón exacta por la que tenía ese secreto?
Aun le quedaban dos años de escuela, tenía ese tiempo para encontrar el castillo, antes de interactuar más con la protagonista.
-Mantente atento Gastón, ahora no es momento para divagaciones inútiles-La voz fría de su padre le regaño.
-Sí, lo siento-Se disculpó, y luego resoplo.
Llevaban ya 5 días en el bosque, ahora ya tenían dos zorros, diez liebres y tres ciervos, su espalda ya le dolía de tanto cabalgar y su trasero no estaba mucho mejor ¡dime padre ¿quieres que muera de cansancio?!
Dejando de lado sus gritos de sufrimiento interno, busco en su entorno alguna buena presa, bueno ¡al mal paso darle prisa! si quería salir de aquí sería mejor no perder el tiempo, sabía perfectamente que su padre podía ser un espartano en su entrenamiento.
Y parecía que el cielo le sonreía cuando unos treinta minutos después vio a lo lejos un ciervo. Acomodo su ballesta, listo para disparar, pero su ¡presa huyo! algo lo había asustado y no había sido él.
¿Tal vez otro cazador? no, de lo contrario habría visto alguna flecha o algo así, aun con su padre avanzando por el sendero él se quedó quieto, esperando algo que ni siquiera sabía que era.
Un minuto, tres, cuatro y aun nada, la figura de su padre al frente ahora era mucho más lejana, ¿no se había percatado de que su hijo ya no le seguía? ¿Qué fue lo que le hizo distraerse tanto para olvidar a su propio hijo? Tomo las riendas del caballo, ahora arto de esperar y curioso por el pelinegro.
Antes de tirar de las riendas, escucho algo eran ¿pasos? si, y de quien quiera que fueran se acercaban rápido, no eran de un caballo, era una sola persona. Dicen que la curiosidad mato al gato, es triste que ese día lo descubriría.
Cuando tiro de las riendas para girar en el caballo, vio a alguien acercarse corriendo, aguanto una carcajada al ver la expresión ridícula que tenía, pero la gracia no duro tanto al vislumbrar que a menos de cinco yardas de aquel niño venia un lobo.
Contuvo la respiración y estaba casi seguro que había palidecido, joder en todos estos días no se habían topado con ninguno, si era un hecho que habitaban ese bosque, puesto que por las noches los había escuchado aullar a lo lejos si L-E-J-O-S. Nunca a solo unos metros y estúpidamente parado listo a ser su cena.
Cuando reacciono, apretó las riendas en sus manos quería ser egoísta de verdad quería solo dar vuelta a su caballo e irse rápido, pero no podía dejar a ese chico a punto de ser alcanzado por ese hambriento animal, miro al chico frente a él.
-Date prisa, y sube al caballo-Le grito al niño rubio, quien le miro sorprendido y sin dejar de correr.
El pelirrojo le ofreció su mano para subir, tomándola el rubio de ojos verdes subió de un salto.
-Rápido, RÁPIDO-Le grito el extraño sentado frente a él.
Dio una patada al costado del cabello, huyendo del lobo, sentía el sudor resbalar por su sien, y podía escuchar su corazón latir demasiado rápido.
-Toma las riendas-Le ordeno al rubio.
- ¿Qué diablos quieres hacer? -Le regaño el niño de ojos verdes.
-Solo tómalas-Le grito irritado. Empezaba a arrepentirse de haber salvado a este niño. Tomo la ballesta y apunto al animal. No quería matarlo, pero era su vida o la de ellos.
Se enfocó en su objetivo y entonces ¡¿La ballesta se cayó de sus manos?!
- ¿Qué carajos? - Miro sus manos vacías\, por culpa de un tonto salto y sus nervios había dejado caer el arma.
-Lo siento, es la primera vez que dirijo un caballo-La voz llorosa del extraño niño le respondió. Ahora si era un hecho ¡mataría a este niño! Ni siquiera las bimbettes lo habían hecho rabiar tanto como este inútil rubio.
- ¡Pudiste decirme eso desde el inicio! -Le arrebato las riendas de las manos del ojiverde.
-Quería hacerlo, pero no me dejaste-El rubio le reprocho entre ligeros hipos.
-Nos esta alcanzado-Le informo mientras miraba de reojo al animal.
Intentaba encontrar una manera de salir de este embrollo, quería parecer fuerte, pero por dentro estaba muerto de miedo, quería lanzarse a una cómoda cama, hacerse bolita y llorar.
Entre todo ese caos, al fin vio su rayo de esperanza ¡Su padre estaba frente a él!
-Padre-Le llamo y la angustia en su voz fue captada de inmediato por Thierry que sin esperar ni un segundo volteo en su dirección.
Un jadeo salió de los labios del pelinegro al ver a su pequeño pelirrojo sobre el caballo con un niño desconocido y un lobo persiguiéndoles.
Trago en seco al sentir ese sofocante miedo de ver a alguien preciado para el en peligro, ese niño pelirrojo había sido la prueba de su desgracia, que él había fallado en atesorar a su amada Camile, cada día mirar a ese niño le recordaba su incompetencia, su egoísmo al querer estar junto al amor de su vida.
Pero ahora al mirarlo solo podía ver al pequeño bebé pelirrojo que sostuvo en sus brazos con amor ser presa de ese lobo.
Apunto con su escopeta al animal, y sin dudarlo disparo.
El disparo hizo eco en los alrededores espantado a los pájaros que estaban en el área cercana.
El animal estaba en el suelo inmóvil. Y el solo se podía sentir aliviado "Querida Camile, nuestro bebé sigue vivo".
Bajo del caballo y corrió a encontrarse con su primogénito. Con preocupación acerco al pequeño y lo abrazo. Cuando lo hizo los amortiguados llantos de su hijo salieron.
Hace mucho tiempo que no estaba tan feliz de seguir con vida, gracias a eso ahora pudo proteger a su bebé.
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Xochi Chan
Eran lesbianas?
2023-04-03
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