『Capítulo 9 』┉ Ellos son un desastre ┉

¿Está mal aferrarse con tanta desesperación a la felicidad?

él solo quería estar junto a la persona que amaba,

¿era acaso algo tan malo amar a un villano?

No, el amor nunca fue un pecado.

Después del final, todos seguían recordando,

el tiempo que el paso junto a ese ser vil,

sabía que había tenido errores, pero siempre lloro su muerte,

a todos pareció no impórtale, y él también fingió que eso no le interesaba.

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Juntos corrieron detrás del hámster y el cachorro, sorprendentemente con la motivación correcta el bollo había corrido bastante lejos, tanto que ahora se encontraban en medio del bosque, solo que esta vez Gastón si recordó el camino que habían tomado, bueno de cierta forma ahora era el responsable de estos niños por ser el mayor.

-Hams-ejem-LeFou detente-En estos momentos era bastante peligroso que todos siguieran adentrándose al bosque, ya habían pasado el "área segura" si continuaban llegarían a la zona donde habitan los animales salvajes.

-Eso intento, buaaa-Lloriqueo el azabache, tenía tanto miedo que no podía detenerse, aunque lo quisiera.

-Intenta dar vuelta y acercarte a mí, vamos tú puedes- Le animo el chico, no podían seguir con este juego del gato y el ratón. El pequeño bollo corrió en su dirección, y el pelirrojo lo escondió detrás de suyo de forma protectora.

-Laurette, Remi sujeten al perro-Ordeno, los nombrados de inmediato se prepararon para cumplir con lo dicho.

Remi lo atrapo y de inmediato Laurette lo sujeto, sosteniéndolo en sus brazos esta vez de forma más protectora.

-Dame la canasta, él te persiguió por eso-El azabache lo miro agraviado con lágrimas en los ojos, de nuevo su "mancha roja" lo había salvado, le entrego el objeto sin chistar-Y tú-La mancha roja señalo a la dueña del cachorro marrón-Asegúrate de sacar a tu mascota siempre con una correa-Sostuvo las mangas del pelirrojo con temor, por lo que había visto esta mañana esas niñas eran bastante aterradoras.

-Lo hare solo para que Toby no se vuelva a escapar, no porque no tú me lo digas-Declaro orgullosamente. Todos se callaron al escuchar al perrito ladrar de nuevo solo que esta vez era en otra dirección.

- ¿A qué exactamente le está ladrando esa cosa? -Remi estaba bastante temeroso de que el animalito se estuviera comportando de forma extraña\, el jamás había ingresado tan profundo en el bosque\, ahora todo se veía más aterrador para él.

-Guarden silencio. Laurette, niñas callen a Toby, sosténganle el hocico o algo-Susurro Gastón, él era una persona moderna, jamás había estado en un bosque tan profundo como lo era este, y ya fuera un animal o un extraño era un riesgo bastante grande para 6 niños como ellos.

-Ahora todos acérquense a mí-Como él lo dijo así lo hicieron y junto al hámster se colocaron detrás de nuestro villano, aunque las Bimbettes no lo dijeran, estaban casi muertas de miedo, en París jamás habían estado en un lugar con tanta vegetación, si ellas no eran precisamente de la clase acomodada, en realidad eran un término medio, si bien no eran pobres, pero tampoco se podían dar el lujo de tener propiedades inmensas así que esto era nuevo para ellas.

-Algo se acerca Gastón- El castaño le señalo a lo lejos como se movían unos arbustos-Por qué... ¿Por qué no intentas dispararle a lo que sea que está ahí? -Ahora todo este grupo de pulguitas detrás de él estaban temblando.

Tomo una flecha de su carcaj y apunto con su arco ¿dos días de entrenamiento serían suficientes para que él matara a esa cosa? Él podía darles el valor a estas pulguitas, pero no había nadie quien se lo diera a él, y su maldito movimiento nervioso de su mano no ayudaba en nada.

Lo que fuera esa cosa se estaba acercando, apuntando en la dirección de los arbustos, disparo rogando que su tiro fuera certero.

Pero no, aun no tiene la habilidad de un cazador y lastimosamente la flecha solo pudo caer cerca de los arbustos en movimiento, poniendo en alerta al extraño.

-Rayos-Murmuro entre dientes el cobrizo. Mientras esa cosa se acercaba más y los arbustos se balanceaban a su paso.

Entre ellos se alcanzó a ver lo que parecía ser un oso de pelaje café, si, nuestro villano no tenía ni idea de qué clase de oso era, puesto que no tiene ningún recuerdo de haber estado cerca de uno, casi se le sale el alma.

El rugido del oso altero a todos los niños, podía escuchar sus lloriqueos bajos. Con cuidado levanto la tapa de la canasta dejando salir el exquisito aroma.

-No hagan ruido, retrocedan lentamente, no corran ni griten-Les susurro al grupo de pulguitas temblorosas. Aparto el agarre de LeFou de su brazo y comenzó a caminar lentamente en dirección al oso.

La agilidad no le había funcionado así que solo le quedaba la distracción para deshacerse del oso.

Con pasos lentos siguió caminando, hasta quedar a unos dos metros del animal, con cuidado dejo la canasta en el suelo.

Al hacer aquello el oso volvió a rugir, sobresaltándolo y causando que la canasta se le resbalara de las manos a solo unos centímetros del suelo, el sonido evidentemente molesto al oso, que se acercó a nuestro villano con una actitud amenazante.

Presa del pánico, se quedó completamente quieto, como si hubiera olvidado como moverse. El animal se siguió acercando, hasta llegar a él.

Sintió el sudor frio en su frente y sus manos volver a temblar, lentamente las sujeto buscando no alarmar al animal. Lo olfateo, y el pelirrojo pudo por fin reaccionar, lentamente comenzó a retroceder, hasta que la oso pareció no impórtale su presencia y procedió a comer de la canasta.

Permaneció con aquello hasta estar lo suficiente mente lejos, se dio la vuelta buscando a los niños con la mirada, los encontró no muy lejos de él, todavía retrocediendo temerosos como un grupito de lindos conejitos bebés.

-Vámonos-Le dio una palmadita en la cabeza a LeFou instándolos a darse la vuelta y regresar a casa.

Casi llegando a la orilla del bosque el grupo de conejitos comenzó a correr y una vez fuera del bosque lloraron a todo pulmón.

-Al fin salimos-Gimoteo Remi, limpiando incesantemente las lágrimas de sus ojitos.

-Creí que nos iba a comer- LeFou se dejó caer de rosillas a llorar temblando de miedo aún.

-Tranquilos, ya estamos bien, si por favor no lloren-Gastón les llamo con un tono sereno, buscando transmitirles algo de calma, pero lo cierto era que él tampoco se creía que siguieran con vida.

-Yo lo siento...lo siento mucho buaaa-Se lanzó a llorar Claudette.

-Sí, nos salvaste-Paulette sollozo junto a Laurette, mientras la nombrada asentía en favor a lo dicho, abrazando a su cachorro, lo acerco a su rostro sintiendo el suave pelaje de este.

-No se preocupen, ahora estamos a salvo, todo estará bien- El pelirrojo suspiro resignado a tener que lidiar con estos conejitos llorones un rato más hasta que se calmaran para poder llevarlos a sus hogares.

No cabe duda que este grupo de conejitos son un desastre.

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