『Especial LeFou 』┉ ¿Amistad? ¿Admiración? ¿O amor? ┉

El dulce olor de las flores le deleita cada temporada,

de alguna forma todo parece cambiar a su alrededor, pero él no,

su silencio solo le recuerda su lejanía,

todo sigue igual, pero de alguna forma algo falta.

Incluso si vivieran mil vidas, el aún querría seguirlo,

aun si él no es su destino se aferrará a su mano,

¿por qué su corazón duele cuando él se aparta?

¿por qué el solo no puede ser suficiente?

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Paso corriendo por aquel atajo que conducía a la casa de Gastón, le dijo que regresaría esa mañana de su viaje de caza, estaba realmente emocionado, había pasado tanto tiempo desde que no había visto a su pelirrojo favorito, y se moría de ganas por que le contara todo sobre su viaje.

¿Se habría divertido? ¿estaría bien? y si... ¿algún animal lo había herido? No, Gastón siempre fue muy hábil y astuto, eran unas de las cualidades que admiraba de él.

Todavía recuerda su porte lleno de gracia y seguridad aquel día que lo salvo, el día que se conocieron y por supuesto uno de los días más vergonzosos para él.

Estuvo trabajando duro estos dos años y medio para bajar de peso, por supuesto nunca le había importado tanto aquello, incluso cuando sus vecinos se burlaban de él, su padre le había dicho que era adorable así y él lo creyó por algún tiempo, pero fue hasta ese día que de verdad lamento no pesar unas 20 libras menos.

Tampoco quería ser una carga para Gastón ¡literalmente! aún se le viene a la mente las mejillas rojas de su príncipe mientras lo llevaba en brazos jadeando, pero ahora, si su querido pelirrojo lo volvía a tener en brazos no le costaría tanto como aquella vez.

Sabía que gracias a él Gastón se metía en muchos problemas, cunado los niños lo molestaban por su aspecto él siempre los enfrentaba, a estas alturas estaba seguro que de no haber sido por el siempre llegaría a casa con un moretón nuevo, Gastón lo protegió bajo su ala, y cuando este se ausentaba por alguna razón la vida de LeFou volvía a ser monocroma, la amabilidad, gentileza e incluso a veces sus comentarios sarcásticos eran lo que alegraba su día.

Ahora tenía un amigo en esos días, un amigo que nunca hubiera esperado ganar, que le serviría de protector cuando lo hicieran tropezar y le escupieran en la cara mientras intentaba caminar a casa desde la escuela.

LeFou sabe perfectamente que no es el único que aprecia al pelirrojo, a Remi le encanta acompañarlo al bosque para practicar su tiro, Bella a menudo lo persigue para contarle sobre algún libro, y después de algunos intentos fallidos de escapar de ella, Gastón por fin se rendiría y escucharía primero algo incómodo, pero luego de envolverse un poco en la historia incluso mostraría fascinación por esa obra.

Si, tenía algo de envidia cada que sus ojos azules se llenaran de un magnifico brillo al escuchar esas fascinantes historias, o como sonreía de lado al leer cada página marcando un solo hoyuelo en su mejilla, Gastón tenía algo que lo hacía verdaderamente feliz, y el ¿Qué tenía? no poseía grandes habilidades, ni magníficos talentos, e incluso aun dudaba de ¿Qué será lo que lo hace feliz? aun no encontraba algo que atesorar en su corazón.

Incluso Paulette tenía sus hermosos diseños de moda, ella también pasaba mucho tiempo con Gastón, le enseñaba sobre la tienda y sus mercancías, le agradaba que las "bimbettes" como las llamaba el bermejo cambiaran por lo menos un poco su actitud, seguían siendo algo prepotentes y mandonas, pero ahora eran un poco amables.

También lo eran con él, ahora no solo estaba Gastón, tenía muchos más amigos, él le había traído luz cuando lo único frente a él eran oscuras sombras que se empeñaban en arrastrarlo al abismo.

Esos días en los que las lágrimas siempre manchaban su almohada, cuando se lamentaba por la muerte de sus queridos padres, por el dolor y sufrimiento de sus abuelos, incluso los moretones, raspones y heridas.

Todo eso se fue cuando el llego, cuando el tomo su mano y lo saco del agua, ese día el no solo lo rescato del acoso de esos niños también lo rescato de toda esa culpa a sí mismo, de ese miedo de ocupar un lugar en este mundo.

-GASTÓN-Le grito en cuanto vio su inconfundible cabellera roja.

Estaba de espaldas a un lado de su caballo, cepillando su larga melena.

-LeFou, que bueno verte-Le sonrió mientras dejaba a un lado el cepillo del caballo.

Se acercó corriendo a él, envolviéndolo en un abrazo, aspirando el característico olor de su ropa...olor a vainilla. Sintió al pelirrojo tensarse, pero pronto se relajó, no le devolvió el abrazo, pero le dio ligeras palmaditas en su cabeza, y para el eso era suficiente.

-No creerás lo que sucedió-Con sus brazos lo aparto con delicadeza.

El bermejo le conto todo sobre su viaje, desde como cazo a sus presas hasta su aventura con aquel niño llamado Damien.

Pero entre todo aquello había algo que le incomodaba, era como una pequeña espina en su corazón, la forma en la que Gastón se expresaba de ese niño...esa sonrisa cálida que daba cada que pronunciaba su nombre, sus suaves risas cuando hablaba de las acciones de ese rubio.

Era algo que en raras ocasiones les daba a ellos, parecía más...genuino, menos tenso como si le abriera su corazón.

Siempre lo noto, como en muchas ocasiones ponía una especie de barrera, no solo para él, no, eso se aplicaba a todos los que lo rodeaban, cuando parecía disfrutar su tiempo con sus amigos, parecía retraerse a sí mismo y apartarse.

Seguía siendo amable y gentil, los trataba a todos muy bien, pero incluso después de estos años aun duda que Gastón lo vea como un amigo.

Pero ahora hablando sobre este tipo llamado "Damien" algo había cambiado, y no le agradaba demasiado aquello.

Cuando regreso a casa aquello seguía molestándole, revoloteando en su cabeza creando pregunta tras pregunta, jugando con su imaginación, ¿por qué? incluso ahora no sabía exactamente ¿Cómo era que se sentía hacia Gastón? era ¿admiración? ¿amistad? o ¿amor?

No tenía ni la menor idea, si alguien se lo preguntara no podría responder aquello porque ni siquiera él lo sabía.

No obstante hay algo que tiene claro, él siempre quiere permanecer al lado de Gastón.

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