『Extra 2 』┉ ( Cuentos rotos ) ┉

No sirve de nada que arranques las paginas,

tampoco funcionara quemarlas hasta que la última letra desaparezca,

lo escrito allí te condenara por la eternidad,

¿quieres cambiar el destino que tú mismo causaste?

Para romper los lazos que te atan al pasado,

es necesario conocer la causa de ellos,

admitirás tus errores o te justificaras por ellos,

cuando las espinas te perforen ¿te arrepentirás de verdad?

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-Mirando sus ropajes andrajosos, el príncipe solo puedo dar una mueca de asco, desprecio aquella rosa y ordeno que sacaran a la anciana-Se detuvo un momento para tomar el vaso de agua a su lado y tomar un poco, había estado leyendo demasiado y su garganta estaba reseca.

-Um, listo ahora ¿Dónde me quede? ¡Oh, sí!...pero ella le advirtió que no se dejara engañar por la apariencia, pues estas suelen engañarnos. El príncipe Adam solo se burló de aquello. Aunque tenía todo lo que deseaba su corazón el príncipe era egoísta y arrogante. Cobraba al pueblo para llenar su castillo con los objetos más hermosos y sus fiestas con las personas más hermosas. El príncipe amaba todo aquello que era bello y consideraba que no era digno de menos- Dio vuelta a la página del libro, y el fresco aire acondicionado le hizo suspirar irritado, ella lo había prendido y él se estaba casi muriendo de frio, dando un bufido al aire, cambio de asiento, esta vez cerca de la terraza disfrutando de los cálidos rayos de la mañana.

-Así pasaron los días hasta que en uno de sus viajes de caza él lo vio, un hermoso ciervo de pelaje dorado cual brillante oro, era simplemente magnifico, perfecto, único y...tenía que ser de él-Sus palabras acompañaban los suaves sonidos de las palomas volando.

-El príncipe paso temporada tras temporada intentando cazar a aquel magnifico ejemplar, más cada intento parecía incluso más inútil que él anterior, pero hoy sería diferente lo podía sentir, cargo su ballesta y carcaj con flechas de oro, quería que todo aquello fuera espectacular, en esta ocasión no fallaría-Escucho la puerta de una de las habitaciones ser abierta y los tacones sonando en cada paso.

-Junto a su grupo de hombre se prepararon para cazar, esta vez no podían perder a su presa, esperaron varios días hasta que de nuevo lo encontraron, cerca de un río bebiendo agua, disparo la primera flecha y esta míseramente fallo, asustado el ciervo huyó despavorido, la persecución comenzó, flecha tras flecha era disparada de aquella arma fallando su tiro- El olor de la comida caliente llego hasta su nariz, tentado a levantarse solo suspiro "2 páginas más, solo dos" se dijo para sí mismo sin embrago sabía que era mentira, siempre alguien tenía que venir a sacarlo de su burbuja de lectura.

-Pronto los enormes jardines del palacio llegaron a sus ojos, el animalillo había entrado en sus tierras "ahora será más fácil para mí, no tienes a donde escapar pequeño" pensó, mientras escuchaba los ladridos de los perros de caza apuntaba al pelaje dorado no muy lejos de él, con sus hombres detrás y el sonido de los veloces cascos de los caballos, disparo aquella flecha dorada, dando espléndidamente en el blanco, el animal cayo solo unos segundos después-Volvió a dar otro sorbo del vaso.

-Desmonto de su caballo seguido por sus compañeros de caza quienes daban alabanzas a su destreza, con su orgullo creciendo, se acercó al animal listo para tomarlo y llevar su botín dentro del palacio. Sin embrago de pronto los suelos temblaron y el pelaje dorado frente a él se convirtió en una tersa piel blanca, aquel ciervo se transformó en una mujer hermosa, la cual en segundos dejo de respirar cayendo en los brazos de la muerte. Él cielo se llenó de nueves negras y desde ellas se escuchó una voz que con una profunda rabia le decía "Humano ingrato, nada fue suficiente para tu avaricia y arrogancia, ahora incluso te atreves a matar a una de mis ninfas del bosque" de los alrededores tanto animales como personas revelaban sus hermosas apariencias "ninfas habitando en conjunto con otras especies" se arrodillaron en luto por su compañera caída, entre ellas aquella anciana harapienta que el rechazo hace meses, revelo su magnífica apariencia-

-El príncipe suplico por el perdón, más no le fue concedido pues no había amor en su corazón, el viento suave se convirtió en tornados y los hermosos rosales que adornaban los jardines reales crecieron como una plaga, invadiendo las hermosas estatuas, las fuentes y paredes. Con lágrimas en sus ojos volvió a escuchar aquella voz "por haberle quitado la vida te maldigo, solo el amor verdadero podrá librarte de esa prisión pero...¿Quién amaría a una bestia como tú?" sus huesos empezaron a crujir y el dolor le invadió, era como si se estuvieran acomodándolos en su viva piel, cuando quiso gritar se sorprendió la escuchar un rugido salir de su garganta, igual a un animal, frente a los hermosos vidrios busco su reflejo encontrándose con el de una horrible bestia-Vio por el rabillo del ojo como aquella silueta de mujer se sentaba al frente.

-Los protectores del bosque lanzaron un poderoso hechizo sobre el castillo y a todo aquel que vivía ahí, los días se convirtieron en años y el mundo olvido al príncipe y al reino que una vez existió, pues con el hechizo se había borrado todo recuerdo de la mente de sus seres amados. Solo si el egoísta príncipe aprendía a amar a alguien y ese alguien también le correspondía, el hechizo se rompería. Con el paso del tiempo los rosales crecían y la esperanza comenzaba a desvanecerse puesto que nadie podría amar a una bestia como él. -A punto de pasar la página el libro le fue arrancado de las manos.

La mujer cerro el libro y camino hasta recargarse en el balcón dándole la espalda.

-Cariño ¿Qué sucede? -Cuestiono confuso por la reacción de la rubia.

- ¿Ya les has dicho? -Murmuro ella.

-Aún no, pero pronto lo voy a....-Nervioso intento excusarse siendo callado por ella.

-Eso es lo que siempre dices. TÚ LO SABES, esto es tan doloroso, yo ya no....ya no quiero esconder lo nuestro, no quiero que siempre que salgamos con alguien me presentes solo como una conocida, no quiero tener que esconderme cada que nos veamos, y que nuestra relación sea solo un secreto-La ira en su voz se fue apagando dejando solo un rastro de profunda tristeza.

-Lo sé, yo hablare con ellos, mis padres entenderán, ellos lo harán. Eso espero-Lo último lo susurro para sí mismo, tenía miedo tanto miedo de que descubrieran lo suyo, de la reacción de sus padres, miedo que todo lo que había construido se derrumbara- pero por favor amor mío ya no llores-Abrazándola por detrás deposito un beso en su coronilla.

-Prométemelo, por favor promételo- Su llanto se volvió más fuerte.

-Te lo prometo y si llego a faltar a mi promesa tú podrás decidir mi castigo-Apoyo su cabeza sobre la de ella.

Y entonces lo noto ¿Qué era esto? ¿por qué está de nuevo en el mundo moderno? ¿Quién es esta mujer?

Extrañado se apartó de ella, y cuando volteo a ver su reflejo en la puerta de la terraza, dio un fuerte jadeo, era él...era Gastón ¿por qué conservaba su apariencia? la apariencia de su presente en el mundo de aquel cuento, se acercó de nuevo a la mujer y se dio cuenta, ahora era más bajo, si antes se había recargado en la coronilla de la mujer muy fácilmente y ahora solo le llegaba un poco más arriba del codo.

Despertó jadeando, envuelto en sudor, dio un salto de su cama, miro a su alrededor comprobando que aquello solo había sido un sueño. No, eso había sido...eso fue un recuerdo de su vida pasada.

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