Un día más amaneció en la isla.
Ésta vez, los dos yacían el uno junto al otro dormidos en el mismo lecho.
Ïgra, tras regresar al cabo de un rato, los encontró dormidos y abrazados el uno al otro por lo que se enroscó cerca de ambos y se decidió a dormir.
Aún seguían los tres durmiendo a pesar de ser ya de día. Ástin se movió levemente arrimandose un poco más al cálido cuerpo de Draknar. Éste, al notar su proximidad, se tomó la libertad de rodearle mejor con el brazo además de atraerselo más a hacia él.
Ástin abrió un ojo para ver que Draknar los tenía ambos cerrados. Con cuidado recorrió desde su rostro hasta su pecho con los ojos. Bajó éstos hacia su abdomen cuando al descenderlos hasta cierta parte en concreto los abrió como platos.
-¿Qué demonios es...- se preguntó a sí mismo al distinguir perfectamente marcado, bajo la piel que les cubría, un bulto. Curioso y asombrado al mismo tiempo volvió a alzar el rostro. Cerciorandose que Draknar estaba dormido, cuidadosamente, movió su mano más próxima al cuerpo del mayor hasta que tocó la piel de éste. Notó que Draknar se movió ligeramente por lo que se quedó quieto y le miró. Esperó a que dejara de moverse. Con aún más cuidado, intentó llevar la mano hacia donde calculaba se encontraba ese bulto cuando...
Sus dedos chocaron con algo.
Draknar volvió a moverse pero enseguida dejó de hacerlo.
Ástin continuó en su labor de querer saber porqué estaba tan grande. Sabía perfectamente lo que era pero ignoraba el porqué de que en ese momento le hubiera crecido.
Tragando saliva, se atrevió a extender los dedos para despacio empezar a cerrarlos en torno a lo que acababa de encontrar.
En el instante en que lo atrapó escuchó al azabache lanzar un gutural gemido.
Sintió la suavidad de dicha parte anatómica de éste entre sus dedos y de manera casi automática e instintiva comenzó a mover la mano. Lo hacía de arriba abajo, notando cómo tal cosa iba hinchandose poco a poco.
En el acto, la pelvis de Draknar se unió a ese movimiento.
Ástin insistió un poco más en su sube y baja con la mano pudiendo comprobar que los balanceos de la cadera del otro también se aceleraron. Luego le oyó, aunque casi en susurros, dar jadeos muy continuados.
No le parecieron de disgusto por lo que el chico aumentó las friegas.
-As...Ástin...qué...qué ha...haces...- exhaló Draknar sin poder dejar de mecer la pelvis al son de aquella mano del joven subiendo y bajando por su sexo.
Ástin, sin cesar en su tarea manual, alzó el rostro hacia él.
-¿Te...te gusta?- preguntó en un hilo de voz.
Draknar, logrando abrir los ojos, bajó la cabeza y le miró.
-N-no...no creo que...es...es mejor que pares o...- pidió entre jadeos.
Moviéndose hacia su rostro, Ástin pudo mirarle fijamente a los ojos.
-¿No te gusta?- volvió a preguntar.
El mayor tragó saliva notando como aceleraba el sube y baja de su mano en su sexo.
Alzando una suya, Draknar asió de la mejilla al chico.
-N-no...es-esto es...¡Ástin!- Draknar quiso detener la mano del joven al sentir como si algo quisiera salir de él. Lo relacionó a lo mismo que sufría cuando se llenaba los pulmones de oxígeno para después lanzar el fuego por la boca pero algo más intenso y de lo más grato -As-Astin, pa-para...para de hacer e-eso...-
El chico no sabía porqué pero no quería detenerse. Curiosamente estaba gustandole en demasía lo que le hacía al mayor.
Notaba su corazón latirle con rapidez y no solo en su pecho sino que lo sintió más allá de su vientre.
Draknar iba agilizando los vaivenes de su pelvis sintiendo cada vez más placentero lo que fuera que era lo que el joven le provocaba usando únicamente su mano.
Aferrando con aún más ganas la mejilla de éste, Draknar se atrajo su rostro hacia el suyo para entre resoplido y resoplido exhalar:
-As-Astin, no...no sé lo que me...está pasando...pe-pero no quiero ha-hacerte da...daño...y...y-yo cre-creo que es mejor que pa-paressss-
Ástin percibía como la piel del mayor iba en aumento de temperatura además de algo tibio empapar parte de sus dedos.
Draknar, sintiendo algo similar a cuando sufría al momento de su transformación, se negó a que ocurriera lo peor por lo que todo lo rápido que pudo, se retiró del chico.
Ástin casi termina cayendo de bruces de no ser porque se sostuvo en sus manos.
Levantando la cabeza miró sin pestañear al moreno mayor quien a su vez y de pie lo hizo a él.
-¿No...no te...no te estaba gustando?- preguntó entre compungido y triste Ástin.
-Sí y...no- contestó Draknar.
-Y en-entonces ¿Por qué te has...-
Draknar dejó oír un suspiro.
-Porque estaba a punto de convertirme en dragón y... temí que pudiera hacerte algo- repuso. Luego se llevó ambas manos a la cabeza y se revolvió el cabello -Esto...me parece que voy a tener que irme antes. Yo...me da la sensación que esa cosa..."El Celo", se me está adelantando y no quiero que suceda cualquier cosa de la que después me pueda arrepentir-
-No va a pasar nada, estoy seguro- dijo Ástin poniéndose en pie -A mí...a mí me estaba gustando y si a ti también no entiendo porqué te has...apartado-
-¿No me has oído?- se exasperó Draknar -Estaba empezando a sufrir lo mismo que cuando me voy a transformar pero aún más...intenso-
Ástin dio un paso adelante, con la intención de acercarsele, más Draknar lo hizo hacia atrás.
-Mejor que nos mantengamos distanciados- aconsejó éste.
-¿Qué...po-por qué?- se contrarió Ástin.
-Ástin hazme caso- pidió el azabache -Al menos en ésta semana que inicia yo vería bien que no tuviéramos mucho contacto entre nosotros-
-¡No!- negó el chico avanzando un poco más hacia él.
-Ástin no te acerques- impidió Draknar extendiendo una mano y retrocediendo.
-No va a pasar nada Drak- dijo Ástin -Por favor, yo sé que no me harías daño-
La discusión entre ellos hizo que Ïgra conenzara a desperezarse y verlos a ambos de pie y cara a cara.
-Trrrr, grrauggg- se hizo notar Ïgra ganándose que los dos cesaran en su intercambio de palabras y le miraran -Drrrr, trrrr- se comunicó Ïgra.
Draknar fue quien le contestó:
-No pasa nada, no estamos discutiendo-
-Prrrrr, griiuu, trrrr- Ïgra se elevó sobre sus patas traseras y empezó a mover las delanteras.
Ástin, anonadado, observaba como si estuviera dando explicaciones o un sermón.
-Solo estábamos hablando, no tienes porqué preocuparte- prosiguió diciendo Draknar -Iré a buscar algo para desayunar. Quédate con él, Ïgra y cuídalo- medio mandó medio pidió Draknar antes de salir de la cueva.
Humano y animal, caminaron hacia la entrada con paso lento.
Desde su lugar, Ástin vio cómo Draknar se despojó de su naturaleza humana para en segundos convertirse en un gigantesco y negro dragón.
De repente, el escuálido giró su grandiosa cabeza y miró fijamente al chico.
Ástin tragó saliva.
-Por favor, no tienes porqué irte o poner distancias entre nosotros- habló el joven.
Recibiendo un suave gruñido por parte del dragón lo vio lanzarse al vacío para verlo alejarse.
Dando un suspiro, Ástin regresó al interior de la cueva seguido por Ïgra.
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