-No entiendo el porqué te has empeñado en repetir el mismo ritual que antaño significaba perder a una hija- reprochó su hijo mayor mientras veía el pequeño bote decorado tal y como su padre les contaba que decoraban para entregar a las jóvenes vírgenes. A su lado, su recientemente esposa se sostenía su llamativa tripa.
-Es hijo del jefe y por consiguiente debe ser presentado como tal- repuso Gugnar.
-No me gusta la idea de que mi hermanito sea ofrecido a ese…Ívar de la manera más patética y bochornosa- achacó el joven.
-No pasará nada- Gugnar se giró a su hijo para mirarle fijamente -Ya no hay peligro. El último dragón fue aniquilado hace años y todo gracias al antecesor de Ívar-
-¿Eso crees?- frunció una ceja su hijo mayor.
-Björn, fue la noticia más sonada por todos los pueblos-
-Nadie vio la prueba fehaciente de que realmente lo matara- siguió en sus trece el joven.
-¿Acaso no basta la palabra de un amante roto al ver el cuerpo de su amada sin vida?-
-Mmmm- fue lo único que dijo Björn. Quiso decir algo más pero entonces aparecieron su hermano acompañado por su nanna. Olvidándose de la discusión iniciada con su padre, se acercó a su hermano y le abrazó.
-No sé si me abrazas de alegría o de pesar- bromeó Ástin sonriendo.
-De alegría- dijo su hermano devolviéndole la sonrisa -Estás muy guapo-
-Gracias- respondió el menor. Al mismo tiempo, ambos hermanos dirigieron la mirada hacia el embarcadero del otro lado de la amplia laguna que se situaba entre las casas del pueblo donde un séquito de hombres encabezados por uno más alto que ellos y de largos cabellos rubios, aguardaba.
-Es…¿Ese es…-
-¿Ívar? Sí. Ese es- acabó la frase Björn por su hermano..
-No…no se ve viejo- se tranquilizó Ástin.
-Solo es tres años mayor que yo- se medio burló Björn.
-Tú eres un anciano- pinchó Ástin entre risas.
-Bueno, por eso me he dado prisa en dejar embarazada a Astrid- le siguió la broma Björn. Ofreciéndole un brazo a su hermano, éste se agarró de él y caminó hacia su padre y cuñada. Tras ellos, nanna les seguía de cerca.
Gugnar volvió a besar en la frente a su pequeño hijo.
-Si tu madre te viera…diría que estoy loco por entregarte-
-Ella me estará viendo- repuso Ástin cubriendo las manos de su progenitor con las suyas.
-Desde luego que sí- dando un suspiro, Gugnar bajó las manos y agarró de una a Ástin. Despacio, le guió hasta el bote engalanado y con una bonita sabana de seda blanca colocada a modo de colchón.
Ástin observó atentamente el barquito. Luego hacia el embarcadero para ver al que sería su esposo.
-Estate tranquilo- oyó que su padre le decía -Solo es un mero protocolo y…un consejo dado por La Asamblea-
Ástin solo mostró una sonrisa de lo más sincera.
Su padre, ayudándole a meterse en el barquito, le fue inclinando hasta que lo dejó totalmente acostado.
-No te vayas a quedar dormido- medio bromeó Gugnar.
Ástin se echó a reír.
-No es que esté muy cómodo como para quedarme dormido-
Gugnar buscó con los ojos el tarro de la sangre del sacrificio de la noche anterior y que habían colocado en la barquita. Dando con él, lo destapó, metio el pulgar de la mano derecha y lo hundió en el líquido rojo. Dejando gotear un poco, dirigió el pulgar a la frente de su hijo para dibujando un símbolo, murmurar unas palabras. Después miró de nuevo a Ástin.
-Que los dioses santifiquen éste matrimonio y a ambos- decretó -Ivar tiene el extremo de la cuerda que está atada al barco, él se hará cargo de que llegues al otro lado-
-Y cuando…cuando llegue ante él ¿Qué he de…hacer?-
-Solo sé tú- respondió su padre. Enderezándose, regresó junto a su hijo, nuera y la mujer.
Ástin aspiró profundamente al notar que el barquito comenzó a moverse. De inmediato, oyó los tambores y la melodía que alguna vez que otra, su padre les había entonado del antiguo ritual de sacrificio. Escuchó la voz de una mujer iniciar un cántico a la cual se le unieron las de los demás.
Sentía como el barquito iba moviéndose y no pudo evitar tensarse. Decidió cerrar los ojos y se sujetó a los bordes de la barca. Oía también el sonido del agua a su alrededor junto con la canción que los aldeanos cantaban.
Había cubierto casi la mitad del pequeño lago cuando los cantos cesaron.
Ástin abrió los ojos de golpe para toparse con un cielo oscuro y amenazando con llover. Las antorchas que había en cada esquina del barco se habían apagado. Se levantó viento frío.
-¿Qué…está…pasando…- se auto preguntó a sí mismo.
Como por arte de magia, las nubes fueron esparcidas dejando a la vista una enorme figura oscura y con grandes alas negras.
Ívar, agarrando con fuerza la cuerda, ordenó:
-¡Ayudadme!-
Tres de sus hombres no perdieron el tiempo y también empezaron a tirar de la soga.
Gugnar, sin poder creer lo que sus ojos veían, se apresuró hacia el embarcadero de su lado.
Su hijo, Björn, no se lo pensó y corrió en busca de otro bote para ir en ayuda de su hermano. Nanna abrazó a la embarazada joven temiendo que el bicho aquel no se conformara con una sola presa.
Ástin quiso levantarse para aún estando el agua helada lanzarse a ella cuando las poderosas garras del animal engancharon de los filos la barcaza…y se elevó con ésta por los aires.
-¡Tirad, tirad más fuerteeee!- ordenaba Ívar sin soltar la cuerda.
Notaba como le quemaba las palmas de las manos debido a la fuerza del ser alado con la que se elevaba.
Ástin no sabía qué hacer o cómo reaccionar. Con cuidado de que la criatura no se diera cuenta se asomó por un lateral para ver si no estaban a mucha altura y poder lanzarse al vacío. Mas cuando se dispuso a intentarlo, el barquito se partió. Y cayó.
Aún sabiendo que aterrizaría dentro del agua, no pudo evitar agitar los brazos como si quisiera impedirlo.
Pero…
Las garras del monstruo le atraparon antes de que tocara el lago.
Pudo notar como le arañó con ellas y siseó.
Finalmente, entre el shock y la sorpresa, Ástin no pudo mantener los ojos abiertos y cayó en la semi inconsciencia.
El dragón cerró sus zarpas en torno a la cintura del joven, planeó un par de veces hasta que con un chillido que puso los pelos de punta a todos los habitantes y aún más a Gugnar y Björn, desapareció por entre las oscuras nubes.
Ívar, con las manos ensangrentadas, aún no podía creer que quedara uno de ellos vivo.
-No…es…es…ES IMPOSIBLE- gritó las dos últimas palabras.
Uno de sus hombres le miró.
-Se suponía que tu…que mató al último-
Ívar fulminó con la mirada a éste.
-Pues si no lo hizo, yo lo haré- decretó rabioso.
Tragando saliva, el segundo se aproximó un poco más a él para susurrarle:
-¿Y al…chico? ¿También le…harás que sufra la misma suerte que la…-
Ívar le tapó la boca a modo de advertencia.
-Eso es alto secreto- mascullo -Además, todo depende de que no sea una zorra…como lo fue esa mujer-
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Comments
Zury 🐈⬛ 🖤
esta buena tu novela
una vez vi una peli paresida a esta novela, pero me gusta, es mas interesante que la pelicula
2023-07-22
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