Alana.
Abro la puerta y Jhon se encuentra sonriente tras esta. — Hola, veo que ya están listas, se ven muy bien. — ambas sonreímos. — Gracia.
— Bueno, vamos, ya la fiesta ha empezado. — se hace aún lado y pasamos.
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Varios minutos después llegamos al lugar de la fiesta, A diferencia de los dormitorios, que son edificios, la hermandad es una enorme casa, que tiene una enorme sala la cual esta repleta de jóvenes.
— ¡Valla el ambiente está bastante animado ya! — comento al ver a las personas divirtiéndose y tomando lo que yo supongo es alcohol. — Y eso que esto es solo el comienzo, más adelante todo se pone loco. — Ya veo. — ¿Quieres una cerveza?
— No, gracias no tomo alcohol. — Al menos en eso pienso hacerle caso a Dimitri.— el asiente y ahora mira a Ariel. — Yo tampoco.
— Muy bien, ¿Supongo que un refresco sí? — sonrió y ambos asentimos. — Bien ya se los traigo— él da media vuelta para marcharse, pero lo tomo de la camisa deteniendolo. — Nosotras vamos contigo.
Esto es otra cosa en la que pienso hacer caso a Dimitri.
El sonríe y asiente.
Pasamos entre la multitud con un poco de dificultad, y llegamos a la cocina en donde él abre la nevera y saca dos refrescos bien tapados, les quita la tapa y no las ofrece.
— Gracias. — decimos las dos al unísono.
— Volvamos a la sala.
Llegamos nuevamente a dónde estábamos y tomamos asiento un sofá libre.
— Y díganme chicas, ¿Cómo le ha parecido sus primeros dos semanas de universidad?
— Bien, las clases son diferente a las de la escuela, pero hasta ahora todo va bien. — respondo, miro a Ariel esperando su respuesta.— A mí me ha parecido bien. — Jhon sonríe. — Creo que ustedes son chicas inteligentes, por qué a mí sí me dio bastante duro, aunque vamos a ver si piensan lo mismo cuando los profes se pongan exigentes. — sonreímos por aquello.
En ese momento un chico llega a dónde estamos y le dice algo a Jhon en el oído, este frunce el entrecejo y nos mira. — Ya regreso. — dice y se marcha rápidamente junto con el chico. — ¿Qué pasará? — Ni idea.
Nos mantenemos por varios minutos en silencio, mirando a las personas disfrutando de la fiesta, a pesar de que solo son las diez y algo de la noche, ya se pueden ver varios ebrios en el lugar.
— ¡Pero que tenemos aquí, si es mi caramelo y su amiga! — Ariel da un respingo cuando siente las manos de Noa sobre sus hombros, él sonríe y da un salto desde atrás del sofá, quedando al lado de ella. — No sabía que venías a esta fiesta, ella me mira y yo tomo de mi refresco haciéndome la tonta— A.. Alana me invitó, a ella la invito Jhon. — responde con voz tenue. — ¡Oh por todos los cielos me hablaste, eso es genial! — Ella sonríe y baja la mirada. — Me gusta como te queda esa blusa, tienes hombros bonitos, bueno en realidad todo en ti es bonito, caramelo. — él toma un mechón de su cabello e inhala. — Y hueles delicioso.— las mejillas de Ariel adquieren un tono carmesí y no puedo evitar sonreír por ello. — ¿Bailas caramelo? — ella lo mira incrédula y luego a mí. — Y… Yo no sé bailar. — baja la mirada apenada. — ¡Oh bueno, eso no es un problema yo te enseño! — el chico se pone de pie, la toma de la mano y le da un jalón que la levanta de la silla y la hace terminar en sus brazos. — Oye, eso no está bien, ella no ha dicho que quiere bailar contigo. — me colocó de pie y miro al chico algo molesta por eso que acaba de hacer. — Relájate, chica, no le voy a hacer nada, solo vamos a bailar. — ¿Quieres bailar con él? — la miro a los ojos, ella me mira por un instante, luego lo mira a él, y al final asiente. — Muy bien, de todos modos estaré pendiente.
Ella siente y entonces ambos se van a la pista, afortunadamente desde dónde estoy, puedo verlos, tomo asiento y suspiro. — ¿Qué paso con Noa? — miro a Jhon que se sienta a mí y me sonríe. — Tu amigo es un poco brusco. — su sonrisa se ensancha más. — Eso es una menera sutil de llamarlo, las chicas dicen que es un troglodita, neandertal — frunzo el entrecejo al escuchar aquello y miro a la pista preocupada. — Pero tranquila, no es mal tipo. — sonríe.— Su forma de ser es debido a la forma en que fue criado, toda su ma... Su familia es así, tranquila, no le hará nada malo a tu amiga. — asiento, pero aún no estoy tranquila. — ¿Por qué no hacemos lo mismo que ellos?
Pienso un instante en su propuesta y sonrió. — Está bien, aunque te advierto que no soy muy buena bailando. Él se coloca de pie y me ofrece su mano. — La verdad yo tampoco, pero hagamos el ridículo juntos. — me río ante sus palabras y tomo su mano. — Pues sí.
Caminamos hacia la pista de baile y nos colocamos al lado de Ariel y Noa, la música suena a todo volumen y él comienza a moverse, yo solo me río y miro a otra chicas para imitar sus movimientos, con mucha vergüenza comienzo a moverme. — Bueno, no lo hace tan mal, ¿Eh? — me río y coloco los ojos en blanco.
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Un rato más tarde, ya cansada de bailar, busco con la mirada a Ariel, que se había cansado unos pocos minutos antes que yo, sonrió al verla sentada en una esquina de la casa, junto a Noa, al parecer conversan muy animados. — Voy a sentarme, ya estoy algo cansada.— Jhon asiente. — Si vamos.
Justo cuando voy a mitad de camino, siento el teléfono vibrar en mi bolso. ¡Cielos! Lo saco rápidamente y deslizó el dedo en la pantalla.— ¡Hasta que respondes, llevo llamando hace diez minutos! — está enojado, su tono de voz se escucha más oscuro de lo habitual. — Lo siento, la música estaba demasiado alta, no escuchaba.
— Te dije que estuvieras pendiente.
— Lo sé pero me distraje, lo siento. — Supongo qué te estás divirtiendo mucho ya que no atendías al teléfono.— coloco los ojos en blanco y suspiro. — pues, sí, la estoy pasando bien con las chicas. — él suspira. — ¿ Cuánto tiempo más piensas quedarte?
— No lo sé, tal vez una hora más, como te dije, la estoy pasando bien. — guarda silencio por varios segundos y después suspira. — Está bien, te volveré a llamar dentro de una hora, por favor atiende rápidamente la llamada.
— Sí, estaré al pendiente, te lo prometo.
— Bien, hablamos más tarde.
La llamada termina y suspiro aliviada, levanto la mirada y noto a Jhon delante de mí. — ¿Quieres otro refresco? — le sonrió y asiento.
Caminamos nuevamente hacia la cocina, al llegar el toma un refresco del enfriador y después de destaparlo me lo pasa, le sonrió y tomo un poco del refresco, el se mantiene en silencio mirándome, eso me hace sentir un poco nerviosa. — ¿Qué pasa? ¿ Por qué me miras fijamente? — él sonríe. — Pienso que eres muy linda. — casi escupo el refresco cuando lo escucho decir aquello. — De hecho, recuerdo, que cuando te conocí seis años atrás, pensé que eras la niña más linda que había visto, y sigo pensando justamente lo mismo, eres la chica más hermosa que mis ojos han visto. — trago el refresco con dificultad y bajo la mirada sintiendo mis mejillas arder. — G.. gracias. — digo.
Una vocecita en mi cabeza me aconseja decirle que tengo novio, y decido hacerle caso. — Jhon, tú hasta ahora me has parecido un chico agradable, y creo que lo mejor es que sepas que yo tengo novio. — él sonríe. — Lo sé. — lo miro confundida. — ¿Cómo lo sabes?
— No hay manera de que una chica tan hermosa como tú estés soltera. — sonrió nerviosa. — Pero, dime algo, ¿ Lo amas? — su pregunta me sorprende y lo miro extrañada. — ¿A qué vienes esa pregunta? — él se acerca un poco más a mí y siento la necesidad de alejarme un paso atrás, pero no quiero demostrarle nervios o temor, según lo que me ha enseñado Dimitri, si él es una criatura sobrenatural eso lo va a alentar aún más. — Sencillo, soy un hombre directo, tú me gustas Alana, mucho, y quisiera tener contigo algo más que una amistad, si me dices que amas a tu novio yo no haré nada para conquistarte, pero si es todo lo contrario entonces no descansaré hasta que lo dejes a él y me aceptes a mí. — abro los ojos ante su respuesta y trago en seco.
¡Cielos este chico!
— Bueno, Dimitri, ha estado conmigo cuando más lo he necesitado, me ha apoyado mucho, lo conozco desde que perdí a mis padres, lo que siento por él es muy fuerte y es algo muy especial, Así que sí, lo amo. — trato de escucharme lo más sincera posible.
La verdad es que, sí siento cosas fuertes por Dimitri, pero no sé si eso es amor, sin embargo, no puedo decirle eso a este chico, es mejor que crea que estoy locamente enamorada de mi novio.
— Entiendo. — él sonríe. — Entonces solo seremos amigos. — sonrió aliviada y tomo un poco más de mi refresco. — Volvamos. — asiento y comenzamos a caminar de vuelta a la sala.
Alana amiga, estás jugando con fuego.
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Comments
Carmelita
muy cierto y recuerda q el q juega con fuego termina q mado
2024-06-10
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