Capítulo 5

Alana

Voy por los pasillos de la escuela con mis audífonos puesto y la música a todo volumen, entro al salón de clase y rápidamente tomo asiento en el mismo lugar de siempre, miro a mi alrededor y veo a todos los chicos charlando entre grupos, dejo salir un suspiro y aprovechando que faltan cinco minutos para que inicie la clase y la profesora de química aún no ha llegado, saco mi cuaderno de dibujo y comienzo a garabatear en este, como siempre me concentro tanto en ello que pierdo la noción del tiempo y olvidó dónde estoy, solo vuelvo en si cuando me tocan el hombro y miro hacia atrás, un chico sonríe burlándose y me hace una seña con su cabeza para que mire hacia el frente, así lo hago y veo a la profesora mirándome con reproche, junto a ella está la concejera estudiantil, ella me dice algo pero no la escucho, entonces recuerdo que tengo los audífonos y me los saco.

- Lo siento. - me disculpo. - No la escuché. - digo. - todos en el salón se ríen y ruedo los ojos por su inmadurez.

- Le dije que prestará atención a lo que la concejera está diciendo. - habla la profe y asiento, la mujer a su lado sonríe y comeimza a hablar.

- Cómo les venía diciendo, en dos meses se abrirán las plazas en las universidades, esto quiere decir que comenzaran a recibir las solicitudes que ustedes les mandén, supongo que a estas alturas ya todos saben a qué universidad quieren asistir y que es lo que quieres estudiar. - comenta posando la mirada en nosotros. - En fin, deben de enviar su solicitud a tiempo, los que tengan bajas calificaciones procuren subirlas, ellas toman mucho encuentra las actividades extracurriculares, además de también su ensayo, deben de tener por lo menos 1500 o dos mil palabras. - explica. - eso era lo que quería informarles, cualquier duda que tengan o si necesitan ayuda con su ensayo pueden acercarse a mi, con gusto los atenderé, gracias por su atención, gracias profesora Sharon por darme un minuto de su clase.. - la profesora Sharon asiente y la concejera sonríe para luego salir del salón.

- Muy bien ahora sí comencemos con la clase los protones....

La universidad, ¿ Me preguntó si el señor Dimitri me dejara asistir a ella? No lo creo, la universidad más cercana está a dos días de aquí, no creo que el permita irme de su lado, aunque quién sabe, a decir verdad creo que ya no le sirvo, ya van dos semanas que no voy a su despacho y desde aquella vez en el jardín no lo e vuelto a ver, no sé si está enojado conmigo o mi sangre ya no le gusta. En fin, por si acaso de todas maneras voy a ir pensando en mi ensayó. Ya se a que universidades me gustaría ir, y también que quiero estudiar, bueno en realidad estoy indecisa entre dos carreras, me encantaría ser una reconocida pintora, pero también me encanta escribir y crear historias de fantasía y amor, así que la escritura también me llama la atención. En fin mejor no me hago ideas locas en mi cabeza, después de todo cabe la posibilidad de que no llegue a estudiar ninguna.

........

Horas después salgo de la escuela, monto mi bicicleta y pedaleo hacia la mansión, en el camino un auto deportivo descapotado de lujo pasa por mi lado, una mujer va en este conduciendolo, lleva unas gafas oscuras bastante grandes y lo único que logro ver de ella es su cabello rojo fuego, el auto me rebasa y frunzo el ceño al ver el camino que toma. ¿ Va hacia la mansión? ¿Quién es?

Minutos después llegó a la mansión, la reja se abre y me adentro hacia el estacionamiento, el auto que antes ví se encuentra parqueado junto al auto de Dina, le resto importancia y voy hacia mi habitación.

Una hora después salgo de esta, me detengo al pasar por la habitación que está junto a la mía y frunzo el ceño al escuchar unos ruidos, esa habitación está desocupada, así que me parece raro escuchar ruido proveniente de ahí, me acerco más a esta para escuchar mejor, pero en ese momento la puerta se abre y pego un brinco.

- H.. hola. - saludo a Sebastián un vampiro convertido que es un mayordomo en el lugar. - Lo siento yo, sentí curiosidad. - respondo apenada de que me halla cachado, el hombre no dice nada y solo asiente.

- ¿Qué haces ahí parado? , anda tráeme lo que te pedí. - escuchó una voz en la habitación y no puedo evitar mirar por encima del hombro de Sebastián para ver quién hablo, es una voz de mujer lo que me hace sospechar que es la que venía en el auto.

- Disculpe señorita Swan ya le traigo lo que me pidio. - dice. - Si me disculpa señorita Evans. - musita el y se mueve hacia un lado, iba a cerrar la puerta pero la mujer me ve y se traslada a dónde estoy tan rápido que solo veo un borron. Sebastian hace otra reverencia y se marcha.

La mujer me mira de pies a cabeza y frunce el entrecejo. - Tu debes de ser la humana que Dimitri tiene aquí como esclava de sangre. - Comenta - Pensé que eras mayor. - comenta y luego sonrie. - No eres nada más que una chiquilla e inútil humana. -

Su comentario me enfureció y la manera en que me miraba también, quién se cree está pelos de fuego para mirarme así, desde ya la detesto.

- Permiso. - dije, estaba dispuesta a marcharme, no orentendia seguirle viendo su ceño como si estuviera oliendo mierda, pero la mujer me tomo por el brazo.

- Escúchame niña, tus días en este lugar están contados. - dijo y la miro comfundida. - Dimitri es mío y he venido a conquistarlo y volverme la reina de este lugar, en cuanto eso suceda, lo cual será en muy poco tiempo, tu te irás de este lugar.

La mujer me mira con odio y no puedo evitar pensar que está loca. Intento sacarme de su agarre pero obviamente es imposible, entonces la pelos de fuego sonríe con malicia y entierra sus uñas en mi brazo.

- Me preguntó si todos aquí tienen un buen control sobre su sed. - musita mientras me hace presión, la sangre comienza a brotar de la herida y me quejo de dolor.

- Suéltame. - le exijo.

- Mírate, no eres más que una débil humana,

¿Que le pasa a esta mujer? Me acaba de conocer, pero sus ojos reflejan un odio hacia mi que no comprendo.

- Suéltame, me estás haciendo daño.- le pido, ella hace caso omiso.

- ¿Te duele? - pregunto con burla y fingida lastima. - Pobrecita. - dice y aprieta aún más, a este punto yo grito de dolor.

- ¿Se pude saber que mierda estás haciendo Arelis? - se escucha el grito del señor Dimitri, la mujer abre los ojos espantada y me suelta al instante.

- Dimitri, me dijeron que no estabas en la mansión. - dice la mujer con nervios.

El no responde y se limita a sacar un pañuelo de su saco y lo envuelve en mi herida.

- ¿Y por eso estabas lastimando a mi sirviente? - cuestiona sin mirarla pues tiene su atención en mi herida.

- Solo están jugando. - se escudo la estúpida.

Ja sí jugando.

- Más te vale que en un futuro evites esa clase de juegos, sobre todo con Alana. - dice y ahora sí la mira con sus ojos rojos, está enojado.- Ella es de mi propiedad, por lo tanto está bajo mi cuidado, si la vuelves a lastimar me veré en la penosa necesidad de acabar contigo.

La pelos de fuego abre la boca y la vuelve a cerrar impresionada por las palabras de el señor Dimitri, aunque debo admitir que a mí también me han impresionado, no sabía que mi bienestar era tan importante para él.

- Debes de estar bromeando, no me lastimaras por esta inútil humana. - se queja y me mira con desprecio.

- No la vuelvas a llamar así. - ordena. - Y si, por supuesto que lo haria, ahora más te vale que salgas de mi vista. - dice, la loca se queda estática sin hacer nada mirándolo cómo idiota y aquello lo irrita. - Dije que salieras de mi vista.. - grita y la mujer desparece del lugar. - Tu ven conmigo.

El camina hacia mi habitación y lo sigo, la herida en mi brazo palpita y colocó mi mano en ella.

- Cierra la puerta. - ordena y hago lo que dice. - Ven acá. - me acerco a el hasta quedar enfrente, sus ojos aún se mantienen de color rojo carmesí. El entierra su uña sobre su muñeca y la sangre comienza a brotar, coloca la muñeca cerca a mi boca y sabiendo lo que quiere acercó mis labios y succionó del líquido rojo, solo tomo un poco pues la herida se cierra rápidamente.

Limpio con mi lengua el líquido que sobresalió de mi boca, lo oigo gemir y lo miro, entonces el me toma por la cintura y me pega a su cuerpo, mi corazón comienza a latir más rápido en mi pecho y colocó mis manos en su pecho.

- ¿Qué pasa? - cuestino.

- No vuelva a hacer eso. - dice y no entiendo a qué se refiere.

- ¿Qué cosa? - cuestino confundida.

Él no me responde solo se limita a mirar mis labios. ¿Acaso quiere besarme? No eso no puede ser, la sola idea hace que mi respiración se detenga, y sienta un revuelo en mi estamogo, el no aparta su mirada de mis labios y entonces de pronto siento mis labios secos asi que saco la punta de mi lengua para humedecerlos un poco.

- Mierda- susurra él. - Voy a besarte Alana y una vez lo haga no habrá vuelta atrás, todo estos días me he mantenido alejado de ti para evitar derramar todo mi deseo en ti, pero ya no puedo más, me estoy volviendo loco, necesito tomar todo de ti. - dice, no entiendo que quiere decir, pero me sorprendo al descubrir que quiero, que anhelo que me bese. - Detenme Alana. - dice, yo abro mi boca para decir algo, pero no sale nada, vuelvo a cerrar la boca, esta vez soy yo quien miro su labios y muerdo mi labio inferior deseando que hago lo que quiere. - Conste, te lo adverti. - dijo y entonces junta nuestros labios.

Arelis Swan

Dina Romanov

Candy Petrovic

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Comments

Angie De A

Angie De A

La desdichada de Arelis fue a ocasionar problemas, se nota que está celosa y pobre Alana, si ya es malo tener una rival de amores, peor a de ser que esa rival sea una vampiro

2023-07-31

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