Capítulo # 13

Dimitri

Ha pasado un mes y medio desde que Alana y yo volvimos de la cabaña, ella ha estado muy animada últimamente debido a que ha salido a menudo del la mansion, pero está última semana la he notado algo preocupada, no sé a que se debe, siento que quiere decirme algo, pero no sé atreve, espero que pronto me tenga confianza y me diga.

- ¿Que tanto piensas hermano? - cuestina Dina sacándome de mis pensamientos.

- En Alana, le sucede algo, pero no me lo ha querido decir. - respondo.

- Tal vez sepa lo que está pasando en el clan. - musita y niego.

- No, deje órdenes claras, si alguno se atreve a comentarle algo, sera encerrado en el calabazo sin sangre por un mes. ¿Quien se arriesgaría a tal castigo?

- Bueno, tal vez escucho algún cotilleo, ya sabes cómo son algunos de los nuestros.

- Eso tampoco es posible, ella no sale mucho de la habitación y cuando lo hace, últimamente siempre es acompañada por Candy. - explico.

- Sí, ella le ha tomado mucho aprecio.

- Ya sabes que Alana le recuerda a su hija.

Mi hermano asiente con el semblante decaído.

Algunos miembros del clan no están contentos con la idea de que Alana sea mi pareja destinada, no la aceptan como la señora del clan, aunque esto no se haya hecho oficial aún, para eso se debería hacer una ceremonia y la verdad no es algo que tengo pensado hacer pronto, Alana aún es muy joven, y aunque es muy inteligente y a prendido mucho de los vampiros durante su estancia aquí, no cuenta con la capacidad para dirigir a un grupo de vampiros tan grande. Claro que todos estos votos en contra de que Alana sea la señora del clan, se eliminarían si la convirtiera en vampiro, pero no quiero hacer eso aún.

- Bueno, si no es eso, seguramente es alguna tontería, la chica es una adolescente. - comenta y ruedo los ojos.

.......

Ya en la noche entro a la habitación y me encuentro con Alana parada frente a la ventana mirando hacia el bosque, me acerco a ella y la envuelvo en mis brazos.

- ¿Que piensas? -

Ella me mira y sonrie, pero noto nostalgia en sus ojos.

- Nada, solo...- guarda silencio por varios segundos y baja su rostro. - Yo.. quiero hablar contigo de algo.- comenta, asiento y la cargo en mis brazos, ella sonríe, tomo asiento en la butaca y ella se mantienen en mis piernas.

- Dime. - la insto acariciando su mejilla.

- C.. Cómo sabes ya pronto terminaré la preparatoria. - comenta y asiento. - Hace unas semana envie...- guarda silencio por varios segundos y muerde su labio temerosa.

- Alana.

- Envié un ensayo a varias universidades solicitando que me aceptarán y dos de ella me respondieron hace una semana, me aceptaron. - habla rápidamente. - La cuestión es, que no sé si tú,.... Si puedo ir. - termina ya más calmada.

Claro, había olvidado ese asunto, Alana es humana, los vampiros no le prestamos mucha atención a eso de las carreras universitarias, después de todo podemos cursar muchas a lo largo de nuestra vidas, o simple y llanamente ignorar ese asunto, para los humanos no es así, aunque a ella no le debería importar algo cómo eso, me tiene a mi y todo lo que yo poseo.

- ¿ Para que quieres ir a una universidad? Los humanos estudian para tener una carrera y así ganar dinero, tú no necesitas eso, Eres mía y yo soy tuyo, todo lo que tengo es tuyo, y yo tengo mucho dinero. - ella frunce el entrecejo y se levanta de mi regazo.

- No sé trata de dinero. - comenta. - Es más bien... - guarda silencio y baja la mirada.

- Dime, necesito que seas sincera.

Ella levanta la mirada y noto sus ojos aguados. - Es que era el sueño de mi madre. - dice. - Ella quedó embarazada de mí a los 17 años Así que no pudo asistir a la universidad, luego, cuando yo tenía un año mi padre nos abandonó, ella tuvo que trabajar muy duro para sacarme adelante y creo que una de las razones por las que se casó con Fabricio fue que él tenía dinero y podia darnos una vida cómoda, mi madre todo el tiempo me decía que yo iba a ser una profesional, que no iba a cometer sus mismos errores y que yo si iba a tener un futuro, además de eso... - vuelve a guardar silencio por varios segundos y luego suspira. - Quiero conocer personas igual que yo, humanos normales, tener amigas, hablar con ellas ir de compras, hacer las cosas que una chica de mi edad hace, ¿ Entiendes? Toda mi adolescencia la he pasado en estas cuatro paredes y siento que me asfixio, quiero salir y conocer el mundo.

Al ver que no dice nada más me levanto y voy hacia ella.

- Para conocer el mundo no necesitas alejarte de mí, yo te lo puedo mostrar. - comento..

-¿ Y el resto de cosas que te dije? ¿ Puedes darmelo? - pregunta.

- No, pero me rehúso a que te vayas de mi lado. - ella me mira con enojo. - Eres mía Alana, me perteneces, tu obligación es estar a mi lado.

- ¡No es justo! - grita molesta.

- No grites.

Ella inhala profundamente calmandose. - Solo será un corto tiempo, además, puedes ir a verme cuando quieras. No será lejos de aquí, elegí lugares cerca, una de las universidades esta solo a un día en auto y ¿Qué? Dos horas, o hora y media en avión, ¡ Por favor! - dice derramando lágrimas.

- Mierda, no hagas eso.- comento, no soporto verla llorar.

- Por favor, Dimitri.

- He dicho que no Alana, no insistas. - digo y salgo de la habitación antes de que me convenza, lastimosamente aunque estoy lejos, escucho sus sollozos.

¡Mierda! Debí imaginar que esto pasaría.

....

Miro a Alana por la ventana de la habitación, ella se encuentra en el jardín junto a Candy, han pasado cuatro días desde la noche en que me pidió que la dejara irse, ella está enojada, no me ha hablado, y yo he decidió darle su espacio. Siseo sintiéndome frustrado por la situación que estoy atravesando.

- Te estás ahogando en un vaso de agua. - escuchó la voz de Dima y ruedo lo ojos, estoy comenzando a comprender la molestia de Alana, las personas no deberían entrar a la habitación sin tocar.

- ¿Tu crees?

- Por supesto, ya le dijiste que no, ¿Por qué estás tan pensativo?

- Porque ella está enojada

- Es normal no cumpliste su petición, no puedes esperar a que esté feliz, solo deja que pase el tiempo, ya se le pasará.

Guardo silencio por varios segundos, sinceramente no creo que eso sea así

Mi hermana me mira con sus ojos analíticos y luego sonríe.

- ¿Estás pensando en dejarla ir? - indaga. - ¿Entonces tú problema es que te debaste en dejarla ir y no dejarla ir?

- Quiero hacerla feliz. - comento. - Pero, sé que mandarla lejos de mi va hacer un infierno para mí.

- Te has hecho dependiente de ella y su sangre, alejarte por tanto tiempo te causaría problemas de anciedad, no quiero verte por la mansión enojado y violento. - frunzo el entrecejo al pensar en ello. - Sin embargo, Nehela podría ayudar con eso, haciendo un sustituto derivado de la sangre de Alana, ya sabes todo ese cuento de capturar su esencia. - comenta, la miro interesado. - Y por otro lado, los vampiros que están encontrá de Alana, se calmaran. - termina de hablar, Dina sonríe con suficiencia y ruedo los ojos, es obvio que ella ya había pensado en la manera de solucionar mi problema.

- ¿Que harías sin mi hermanito?

No respondo a su pregunta, pero se que me vida será más complicada si no la tuviera a mi lado.

....

Horas más tarde Alana entra a la habitación junto con Candy, está al verme hace una reverencia.

- Señor. - musita.

- Déjanos solos. - le ordenó y ella se marcha de inmediato, Alana se mantiene en silencio y va hacia la cómoda donde guarda todos sus materiales de dibujo.

- He pensado lo de tu universidad. - comento, y voltea a verme.

- Voy a dejar que vallas. -digo, ella abre los ojos sorprendida y segundos después sonríe.

- ¿De verdad? - pregunta sin poder creerlo.

- Sí.

Su sonrisa se hace aún más grande y corre hacia mí y me abraza.

- !Oh cielos gracias, gracias, gracias! - exclama entuciasmada. - No sabes lo feliz que me hace esto.

- Ya lo puedo imaginar - comento y la tomo por los hombros alejandola un poco. - Lo hago por qué no quiero verte triste, es importante para ti, no lo entiendo, pero lo respeto. - le explico y ella asiente. - Sin embargo tengo condiciones. - recalcó, ella vuelve a sentir. - Irás a la que este más cerca de aquí, iré a visitarte constantemente, tienes que estar muy atenta con las personas que te rodean, no sabes quiénes pueden ser vampiro o otra especie sobrenatural, no le hablarás a nadie de este lugar. - ella sigue asintiendo efusivamente. - Y... - llevo mi mano a su rostro y paso mi dedo pulgar por su labio inferior. - No olvides que eres mía, no tienes permitido mirar a otro hombres, ¿Entiendes? - ella se sonroja y asiente. - ¿Segura? Mira que eres hermosa y estoy seguro que más de un tonto humano querrá conquistarte, debes mantenerte alejada, los vampiros somos muy posesivos Alana, lo que es nuestro no se toca, no se ve, por otra persona, más te vale que te grabes esto en la cabeza. - la tomo por el menton y hago que me mire a los ojos. - Si alguien se atreve a tocarte, acabaré con su vida y no seré tan amable contigo, soy leal y es lo que espero de las personas a mi alrededor, no quieres conocer mi lado oscuro. - ella traga en seco y asiente, puedo sentir su miedo, pero eso era justo lo que quería.

Alana es mi pareja destinada, pero es humana y una adolescente inmadura, puede cometer alguna tontería si no le advierto sobre las consecuencias de su actos, si tal vez es algo manipulador lo que acabo de hacer, pero no me importa, quiero que tenga muy claro como debe comportarse.

De hecho si pudiera mandar a alguien a vigilar constantemente lo hiciera, pero no es buena idea tener a un vampiro rodeado de tantos humanos, podría ser muy contraproducente.

- Muy bien me alegra que entiendas. - comento y sonrió. - Ahora, ¿No crees que merezco un premio por ser tan condescendiente contigo? - pregunto sonriendo, ella me mira apenada pero asiente. - Perfecto. - camino hacia la cama y me siento en la orilla. - ¿ Qué tal si te quitas la ropa lentamente mientras bailas? - ella abre los ojos sorprendida.

- N.. no se bailar. - comenta mirando hacia la derecha.

- No importa haslo, quiero verte. - insto.

- No hay musica. - comenta.

- Haslo así.

Muerde su labio inferior y asiente, escucho que tararea una canción y comienza a moverse de manera torpe.

Sonrió, pero me mantengo en silencio, con manos torpes quita su vestido deslizandolo por sus hombros y luego por el resto de su cuerpo, este cae al piso haciendo que ella quede en ropa interior, luego de varios segundos quita su sostén, dejando ver sus blancos y redondos pechos adornados por unos montículos rosados, por último se deshace de sus bragas y queda totalmente desnuda.

- Ven. - le ordenó y camina hacia mi, cuando llega frente a mi, la tomo por la cintura, me colocó de pie, hago el cabello que está en su hombro aún lado y mis colmillos afloraran, hundo mis colmillos en su hombro y escucho un gemido salir de su boca, luego succionó su sangre, ese dulce néctar, que me embriaga y me fascina. Término de tomar su deliciosa sangre y lamo mis labios.

- Eres mi adicción, no lo olvides. - comento y la beso, luego le hago el amor sobre la cama.

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