capítulo # 3

Febrero 2019

Alana

Camino por los pasillos de la escuela rumbo hacia la salida con la. mirada baja, escuchando el ruido que hacen los demás alumnos, de pronto me tropiezo con alguien y levanto la mirada.

- Lo siento. - me disculpo con la chica, ella frunce el ceño y se aleja de mi.

- Mira por dónde vas rara. - dice para luego reírse justo con sus amigas, ruedo los ojos y miro hacia ambos lados al escuchar los murmullos de los otros chicos, todos cotilleando sobre mí, bajo la mirada ignorandolos, después de todo ese es el pan de cada día, no me afecta y me preguntó, ¿Por qué no se cansan de hablar siempre de lo mismo? ¡Por favor ya superenlo! Si, vivo en la mansión oscura y tenebrosa junto a personas también tenebrosas, pero, ¿Y eso qué? Ya es historia antigua, desde que el señor Dimitri me deja asistir a esta escuela es lo mismo, todos hablan de mi por vivir en la mansión Romanov, me tienen miedo y por ende nunca he podido hacer amigo, confieso que eso es muy triste, pero no puedo hacer nada para cambiarlo, lo único bueno de esto es que no se acercan a mi para molestarme pues todos les temen a los habitantes de la mansión Romanov, y como no si toda ellos despiden un aura de peligro, y no están equivocados, si se atreven a meterse con uno de ellos o conmigo no llegarán al siguiente día para contarlo.

Salgo de la escuela y monto mi bicicleta, después de pedalear varios metros por 15 minutos la mansión Romanov se vislumbra a pocos metros. El lugar es enorme, una casa de aspecto Victoriano, con doscientos cincuenta y tantos años de antigüedad, y se mantenía en un excelente estado, alberga 65 vampiros, algunos pura sangre otros convertidos, el lugar es un nido de vampiros más conocido como aquelarre, su líder es el señor Dimitri Romanov y el segundo al mando, o más bien la segunda al mando es Dina hermana gemela de Dimitri. El aquelarre llegó a este lugar hace 25 años, me contó Dina, que Dimitri desafío a su padre y se marchó del nido donde habían crecido ya que el vampiro era un bárbaro despiadado, con Dimitri se marcharon Dina y la mitad de los vampiros que vivían en el lugar, los demás fueron llegando con el pasar de los años.

Por fin llegó a la mansión y la reja se abre de inmediato, entro al jardín, dejo la bicicleta en su lugar y coro hacia dentro de la casa, camino por los pasillos solitarios, lo cual es muy común. Tardo varios minutos para llegar a mi habitación, porque como lo dije antes, el lugar es enorme, miro la hora en el reloj de la pared y corro hacia el baño, me desnudo y me doy una ducha, luego salgo de este, me visto rápidamente, luego salgo de mi habitación y coro hacia el estudio del señor Dimitri.

Cuando estoy frente a la puerta levanto mi puño para tocar pero antes de que lo haga su voz imponente se escucha.

- Pasa. - me ordena y tomo el pomo de la puerta, la abro y me adentro lal despacho, el se encuentra sentado destras de un escritorio, sus ojos ahora azules me miran impaciente.

- Permiso señor. - digo educadamente.

- Ven, has tardado - dice molesto.

- Sí, lo siento, me distraje en el camino, no volverá a pasar. - digo acercándome a él.

- No es la.primera vez que escucho eso. - dice mientras abre un cajón del escritorio y saca una daga, yo estiró mi mano y el la sostiene.

Flashback

6 de enero de 2013.

Una semana ha pasado desde que estoy en este lugar, una semana desde que lo perdí todo y me convertí en sirviente de ese hombre, aunque lo raro es que no lo he visto desde aquel día. No se exactamente para que estoy en este lugar, él me dijo que por haber salvado mi vida le pertenecía y que era su sirviente, pero hasta ahora no he hecho nada, solo he estado encerrada en esta habitación, y solo he visto la mujer que trae comida y agua, la cual se queda mirandome de manera escalofriante de vez en cuando, no hay que ser un genio para adivinar porque lo hace. Abro un poco mi ventana y miro a las afueras, aspiro el aire fresco que proviene del bosque y sonrió. El lugar es hermoso y quisiera salir a caminar, pero el señor Dimitri prohibió que saliera, según me dijo Candy, la mujer que me trae de comer, es muy peligroso salir ya que podría ser atacada por vampiros de otros nidos o incluso por hombres lobos, aún asimiló el echo de que ellos también existan

- Disculpa. - hablan y doy un brinco en mi lugar asustada, llevo la mano a mi pecho y miro enojada a Candy, no me acostumbro a que aparezca de la nada en mi habitación, ni siquiera noto cuando abrn la puerta, es demaciado rápida y silenciosa.

- ¿Que pasa? - le cuestino extrañada de verla, aún no es hora de la cena.

- El señor Dimitri exige tu presencia en su despacho. - dice y automáticamente mi corazón comienza a latir más rápido, ella lo nota y sus ojos se tornan rojos.

- Cálmate niña, tu sangre puede ocasionar un caos en este lugar. - dice y asíntio, respiro profundo y trato de calmarme para que mi corazón vuelva a su ritmo normal, pero es algo casi imposible de lograr, pensar en ver a ese señor nuevamente me pone muy asustada. - Sígueme. - me ordena y da la vuelta comenzando a caminar a mi velocidad, corro hacia ella y llegó a su lado.

Minutos después llegamos al lugar, Candy toca la puerta y se escucha un adelante, Candy abre la puerta y se hace aún lado y me hace una seña para que entre, obedezco y doy dos pasos hacia dentro, diviso al señor Dimitri sentado detrás de un escritorio color caoba, él me mira y luego a Candy.

- Déjanos solo - dice y ella asiente, se marcha haciendo un ademán y cierra la puerta. - Acércate niña. - me dice.

- Me llamo Alana. - digo hacercandome con piernas temblorosa, me detengo cuando estoy frente a él, nos separa el escritorio.

- Muy bien Alana, dame tu mano. - dijo y lo mire extrañada.

- ¿Para qué? - cuestione.

- Obedece, creí haberte dicho que me pertenecías, por lo tanto debes obedeceeme sin Cuestionarme. - dijo mirándome con molestia, aquello me aterro así que estire mi mano la cual estaba temblorosa, él la sostiene con fuerza sin hacerme daño y abrió un cajón en su escritorio con la mano que tenía desocupada, saco una daga y abrí mis ojos asustada, intente quitar mi mano pero su agarre me lo impedia. - Mantente quieta, y no grites - dijo y rápidamente paso la daga por mi piel, solo senti el ardor al ser cortada, rápidamente el colocó una copa debajo de mi mano y la sangre comenzó a caer en ella, él no me soltaba y yo solo podía llorar por el dolor, después de varios segundos el tomo un paño de tela y limpio mi muñeca, luego presiono mi herida por varios segundos, ya había parado de llorar y lo miraba a sus ojos ahora rojos. - Manténlo presionado con fuerza y arriba. - dijo y soltó mi mano, hice lo que dijo, entonces él con la misma daga corto su muñeca y vacío un poco de su sangre en otra copa, no fue mucho pues su herida sano rápidamente. - Toma. - dijo ofreciéndome la copa donde callo su sangre, yo moví la cabeza de un lado a otro negandome a hacer aquello, yo no era como ellos, no quería tomar sangre, él me miró con fastidio. - Has lo que te digo niña, tu serás mi sirviente, tu existencia ede basará en alimentarme, por eso debes estar fuerte y eso solo sucederá si bebés de mi sangre, así que haslo.

Entonces por eso me tiene en este lugar, deje de presionar mi mano y tome la copa, me la lleve los labios y empuje el líquido espeso y carmesí en mi boca, era muy poco así que lo pude tragar en un solo buche, sentí asco, pero me aguante las ganas de devolverlo, no quería hacer enojar a ese señor.

- Muy bien, ahora sal, vuelve a tu habitación. - asentí sin decir nada y salí casi corriendo del lugar, cuando llegue a mi habitación note que mi herida ya estaba sana .

Fin flashback.

Desde ese momento todos los días a la misma hora vengo a su despacho y sucede lo mismo. El me mira a los ojos y luego su mirada aún azul recorre mi cuerpo, siento un estremecimiento al notar aquello.

- ¿ Cuántos años tines ya? - me pregunta, lo miro confundida y nerviosa por su mirada.

- 17 - respondo.

Él hace la daga hacia un lado y se levanta de su asiento, rodea la mesa y se coloca a mi lado.

- Mírame. - me ordena, doy media vuelta y quedamos frente a frente, él toma mi mentón y levanta mi rostro. - Has crecido Alana, ya no eres una niña. - dice para después hundir su rostro en mi cuello, mi corazón bombea rápidamente, escucho un gemido salir de sus labios, luego siento su respiración en mi cuello y segundos después siento un pinchazo, entonces ahora soy yo la que deja salir un gemido, un calor se forma en mi bajo vientre y mi piel se eriza, el succiona mi sangre y mi cuerpo reaccione de manera que nunca antes había echo. Mis piernas tiemblan y tengo que sostenerme de su brazo para evitar caer, él me toma por la cintura y me aferra hacia él, una capa de sudor comienza a salir de mis poros y otro gemido sale de mis labios, entonces él se detiene y se aleja de mi, lo miro confundida respirando con dificultad.

- Vete a tu habitación. - me ordena aún sin mirarme y asiento, salgo del despacho con el corazón a mil, la herida que me hizo en el cuello palpita aún de dolor, se supone que tiene que darme a beber su sangre para que me cure y recupere mis fuerzas pero supongo que eso no podrá hacerse hoy, inhaló y exhaló despacio para regular los latidos de mi corazón y camino hacia mi habitación.

Algo cambio hoy, y eso me asusta.

Alana Evans

Dimitri Romanov

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Comments

Maria Gonzalez Gonzalez

Maria Gonzalez Gonzalez

pues no solo le doy mi sangre sino todo lo demás a ese vampirito bomboncito.😝🔥🔥

2024-03-01

9

Sandra Bertinelli

Sandra Bertinelli

mamita que bombon!!!💜

2023-11-25

2

Marina Estefana Hernandez

Marina Estefana Hernandez

Santo que lindo es

2023-11-23

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