Trabajo en equipo.

Gretel

—Bien, antes de terminar con la clase, ¿ya eligieron su compañero para el diagnóstico? ¡Quiero ver las once parejas ahora mismo! —veo fijamente al profesor que sonríe mientras habla, todos murmuran y escucho algunas risas y comienzan a moverse, se levantan de sus lugares para acercarse a sus compañeros o si no se abrazan.

El profesor mantiene su mirada fija en mí.

—¡Bien! ¡Uno... dos... tres... cuatro... cinco...! —comienza a contar las parejas que van acercándose al pupitre del profesor para anotarse—. ¡Siete... ocho... nueve...! ¡Faltan dos parejas! —insiste, veo a un lado de mí, que hay tres sujetos sin parejas, los reconozco, uno de ellos es el que estaba presente cuando abrí el balón. No sé si siente mi mirada, pero gira para verme y se estremece, le sonrío agradable. Suspiro y me pongo de pie. Me acerco al pupitre.

—No tendré pareja, puedo hacerlo sola... —antes de terminar, alguien se acerca y toma el bolígrafo, veo que firma su nombre y luego el mío.

—Yo seré su pareja —volteo a ver al tipo de sonrisa angelical.

—¿Qué?

—¡NO! —ese "no" es colectivo de todas las mujeres en la clase, parpadeo varias veces y volteo a ver al profesor que también está sorprendido.

—No tengo pareja, así que está bien si lo hacemos juntos, ¿no? —me mira y mantiene su sonrisa, veo detrás de mí y la mujer con la que siempre lo vinculan está sorprendida.

—Escucha, no tienes que...

—¡Me parece perfecto! Entonces, por default, Preston y Wisnley trabajaran juntos, ¿de acuerdo? —quiero interrumpirlo, pero se me adelanta aplaudiendo con fuerza—. ¡Terminamos la clase! Ya no los veré hasta dentro de tres semanas, para entonces quiero ver el avance de su proyecto. ¡No les estoy regalando mis horas! ¡Inviertan las horas de nuestras clases para estudiar y hacer el diagnóstico! —grita—. ¡Por cierto, el examen es en cuatro semanas! ¡No los quiero ver holgazaneando! Si creen que mi materia no vale la pena para estudiar, los veré en recuperación, aunque odiaría trabajar extra por su culpa —nadie le sigue la broma extraña, porque todos están hablando sobre Caleb Abels.

Sacudo mi cabeza, tendré que trabajar sola, tal vez pueda sacar un diagnóstico en internet sobre un sujeto que sea completamente santo. Camino hasta mi lugar.

—¡Gretel, no se te ocurra sacar tu diagnóstico de internet, ¿de acuerdo?! —fulmino con la mirada al profesor que me sonríe, sigue aplaudiendo—. Ahora fuera de la sala, hay más personas esperando la siguiente clase —tomo mis cosas, enfadada, odio el trabajo en equipo.

Salgo de la sala empujando a cualquiera que me estorbe, quiero escapar lo más rápido posible de aquí.

—¡Espera...! ¡Gretel! —alguien grita mi nombre y por la voz sé de quién se trata, así que huyo más rápido.

-

Se ríe a carcajadas y yo giro el vaso de mi bebida, sin derramar ninguna gota.

—¿Eso hizo Carl?

—Me quiere torturar —murmuro entre dientes y él se sigue riendo, suspiro y hago girar de nuevo mi vaso.

—¿Por qué no le cuentas tus verdaderos sentimientos? Tal vez te deje hacer lo que quieres —lo fulmino con la mirada y él se encoge de hombros—. Es tu tío, tu única familia, ¿no se debería pensar en lo mejor para tu salud mental?

—Ese es el problema, Francis. Mi tío cree que me está haciendo un favor al volverme loca. Además, nadie sabe que es mi tío. No quiero involucrarlo en todo lo que se dice de mí —asiente levemente, Francis. Lo conocí hace algunos años, mientras vagaba intentando buscar problemas, y los encontré cuando me topé con Francis. Un sujeto más grande que yo, tanto de tamaño como de edad, añadiendo a eso que el maldito está en una organización de drogas—. Por cierto, ¿cómo te va con tu novia? —se ríe y agita su cabeza—. Me cae muy bien, ¿cuándo volveré a verla? —le insisto solo para molestarlo y cambiar de tema. Pero él es todavía más bueno en eso.

—¿Vas a hacer tu trabajo con ese muchacho? —me pregunta viendo en dirección a mi celular. Hago lo mismo y veo la pantalla brillar por una llamada entrante—. Tu tío debe estar preocupado —pero no es mi tío, a él lo tengo agendado, mientras que ese número siempre aparece con la misma identificación o bueno, diferente identificación. Siempre cambian de número, pero la extensión extranjera es la misma, es algo que ni siquiera intentan ocultar. Malditos descarados.

—No voy a trabajar con ese tipo. Siento que será un dolor de cabeza —Francis se ríe a carcajadas.

—Más bien, tú serás su dolor de cabeza. Tal vez tu tío no esté tan equivocado y necesites hacer más amigos.

—¿Qué? ¿Ya no quieres ser mi amigo?

—No se trata de eso. Dentro de una semana iré al extranjero, ¿con quién vendrás a estos lugares? ¿Con tu tío? Capaz que lo amarran para colgarlo de piñata. No vengas aquí si no estoy contigo, Gretel.

—¿Quieres que me aburra?

—¿Quieres que alguien sea apuñalado? —veo alrededor del lugar, parece un lugar tranquilo, es un bar, sin mucha gente, una decoración muy lúgubre y música clásica sonando para crear ambiente. Pero a pesar de la tranquilidad que se ve, realmente todos los que están aquí, clientes o trabajadores trabajan para Francis. Pero eso nadie lo sabe, por eso ocurren muchos accidentes graves—. Espero que te diviertas con tu nuevo amigo —me sonríe divertido. Ruedo mis ojos y me acabo el trago de mi vaso antes de pararme.

—Tengo cosas que hacer. Te veré cuando regreses —palmeo su espalda con más fuerza de la necesaria haciéndolo reír de nuevo,

Trabajo en equipo, ¿eh? Veremos quien se rinde primero, tío.

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