Obra de caridad.

Caleb

Llegué temprano a la primera clase del día, usualmente mis compañeros llegan tarde o simplemente no vienen, porque al profesor no le interesa el pase de lista, cada quien se hace responsable de sus decisiones. Estoy escuchando música, mientras espero el comienzo de la clase, pocas personas van entrando y me saludan, pero nadie se sienta conmigo hasta que llega Amber.

Está hablando con algunas chicas, de las cuales se despide en cuanto llega a mi lugar, se sienta a un lado y me sigue dando la espalda ya que siguen hablando.

—Sí... está bien, podemos vernos después de clases o el fin de semana... —se ríe de algo que le dicen, la música solo me permite escuchar a Amber. Cuando se da la vuelta para verme sé que ha terminado su conversación, así que le sonrío y apago la música.

—Buenos días —respira hondo y con una linda sonrisa en su rostro, me dice lo que menos esperaba.

—Habla con el profesor Karl y que te cambie de compañero o simplemente has el proyecto solo —arqueo mis cejas.

—¿De qué hablas?

—No trabajes con Gretel —me cruzo de brazos y ladeo mi cabeza.

—¿Por qué no puedo trabajar con ella? ¿Es por los rumores? ¿O simplemente porque temes que me pase algo...?

—No —hace una pequeña mueca de asco—. Nada de esto tiene que ver con ella, tiene que ver contigo.

—¿Conmigo?

—Sí. ¿Crees que no te conozco? Ríndete Caleb, Gretel no es la típica persona que necesita ayuda, comprensión y amor... ella no es tu proyecto de caridad.

—¿Perdón? ¿Proyecto de caridad?

—Así es, ella no es ninguna obra de caridad a la que tengas que ayudar. No te atrevas a acercarte solo por eso.

—En serio, ¿de qué estás hablando? —jamás me espere esto de ella, ni que me dijera nada de lo que me dijo, creí que no le importaba lo que hacía, porque siempre ha sido así. Amber es muy agradable y muy divertida, o eso es lo que aparenta con todos, pero en realidad no tiene el mínimo interés en nadie que no sea ella.

Algunos dirían que es muy egoísta, pero conozco su historia. Amber tiene mucho amor propio y no puedo culparla por ello.

—¿Por qué de repente quieres hacer un proyecto importante con Gretel Wagner? ¿A pesar de que has escuchado tanto sobre ella?

—¿Crees en esos rumores? —entrecierro mis ojos y Amber resopla, no me ve ya que estaba sacando su carpeta de su mochila.

—¡No! Maldición... la mayoría de los rumores son hechos con mentiras y situaciones exageradas, lo sabes —me relajo, no sabía que me había puesto a la defensiva hasta que dijo lo que esperaba que dijera o lo que quería escuchar.

—¿Entonces?

—Te conozco —levanta su mirada y su mirada profunda me da entender que ella realmente me conoce o al menos lo suficiente para intentar ver detrás de mis acciones.

—Bien, creo que estás exagerando —me río entre dientes y resoplo—. Escucha, tal vez en otro momento tu suposición no sería nada incorrecta —admito que es cierto que me conoce. En otro momento hubiera intentado acercarme a Gretel, únicamente porque quisiera ayudarla.

Se habla mucho sobre el complejo de salvador en las mujeres, pero también lo existe en los hombres y tal vez yo tenga algo como eso, aunque intento reprimirlo, porque nadie necesita ser salvado por una tercera persona.

—Si no es tu complejo de salvador, ¿de qué se trata? ¿Por qué quieres hacer equipo con Gretel?

—¿Y por qué no podría? Además, ¿por qué te interesa tanto? —me inclino hacia ella, interesado en su respuesta, arquea una de sus cejas y suspira.

—La conozco.

—¿A Gretel?

—Sí —eso me sorprende demasiado y se lo dejo saber con mi mirada, Amber roda sus ojos y suspira de nuevo—. De todos modos, aunque tienes razón en eso de que Gretel necesita amor...

—Jamás lo dije yo —le recuerdo y me ignora.

—... no necesita tu amor —termina lo que iba a decir antes de mi interrupción. Quiero seguir hablando con ella, pero la clase comienza en el momento en que el profesor golpea su escritorio con su enorme libro.

—¡Bien! Página 348 párrafo 5, señorita Preston, ¿puede hacernos el favor de leerlo para la clase? —Amber corta la conversación, abriendo el libro en la página indicada, se pone de pie y comienza a leer el resto del capítulo dónde nos quedamos.

Paso toda la clase intentando prestar atención, pero mis pensamientos se alejan de mi intención, cuando no dejo de pensar en la negativa de todos por querer mantenerme lejos de Gretel.

No es que ella sea algún tipo de virus. Y tampoco creo que sea tan y como dicen los rumores exagerados, y sobre todo, estoy seguro de que trabajaremos muy bien estando nosotros dos. Seremos un buen equipo y no estoy haciendo ninguna obra de caridad.

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