Entender.

Gretel

—Lo entiendo —responde, no luce ofendido por la brusquedad de mis palabras, más bien, pareciera que acaba de entender algo mucho más profundo de lo que dije, no debí traerlo.

—Bien, ahora vístete.

—¿Aquí?

—¿Prefieres hacerlo desnudo?

—No, pero... —se sonroja y quiero reírme, ruedo mis ojos, tomo unos ganchos con ropa del mismo color y descorro la cortina.

—Bien, te daré privacidad —le sonrío—. Toma lo que te quede, aunque, creo que te quedará todo —me encojo de hombros, vuelvo a cerrar la cortina y Berry me observa a lo lejos, pero me sonríe y vuelve a darle ordenes a su gente. Mientras me desnudo, solo quedando en ropa interior y comienzo a vestirme.

—Te queda perfecto. Sabía que eras la mejor para este trabajo —me dice Berry, acercándose para acomodar los dobleces que no alcanzo a ver, la ropa es ligera y cómoda, la hizo con tela suave y que no irrita la piel, pero es bastante... Berry.

—¿Cómo fue que se te ocurrió esto?

—Tuve un sueño... las drogas siguen funcionando —se encoge de hombros y se ríe entre dientes, le sonrío, termina de acomodar los dobles y se concentra en buscar los zapatos adecuados, cuando no encuentra ningún par interesante se vuelve a reír—. ¿Te molesta estar descalza?

—Para nada —me quito mis zapatos y con ayuda de Berry, me acompaña hasta el sitio donde se toman las fotos, la plataforma es suave por la alfombra, hay luces por todos lados y algunas cosas se aluminio para resaltar más la luz.

—Tu novio se está tardando, ¿no crees? ¿Es su primera vez?

—No es mi novio, y sí, es su primera vez —le aclaro, los ayudantes de Berry traen un espejo de cuerpo completo para que me pueda observar. Luzco extravagante, pero mi piel pálida hace buen contraste con el color amarillo, no estoy segura de mi cabello—. ¿Sería bueno una peluca? —miro mi rostro de perfil, mi cabello negro resalta mucho más que la ropa.

—¿Tú crees? ¡También pensé en eso! ¡Siri, querida, ¿podrías traerme la peluca amarilla?! —le grita a una de sus asistentes, quien asiente y sale corriendo hacia alguna habitación, supongo que al cuarto de Berry—. ¿Qué te parece la ropa?

—Luce bien, creo que me gusta el diseño, además la tela es muy cómoda, ¿te salió caro la fabricación?

—No, de hecho, es una tela bastante económica. La encontré en el basurero —se ríe y yo sonrío, asiento y seguimos hablando sobre algunos ajustes, me habla sobre el diseño y lo que comía mientras lo dibujo y el porqué del color—. Creo que el amarillo es el mejor color de todos, es chillón, es molesto, pero a la vez denota la felicidad, mi psiquiatra decía que... —se calla de repente, lo que me hace verla, su mirada no está en la ropa, está en algo más.

Sigo su mirada y me encuentro con Caleb.

Está usando un traje de color azul, creo que es el traje más sencillo que Berry ha hecho, el pantalón es demasiado holgado y lo arrastra mientras camina, usa una camisa rosa y un saco azul, al igual que el pantalón, también lleva un sombrero azul.

—¿Está bien...? —me pregunta, se acerca hasta nosotras, está descalzo cuando lo veo alzar el pantalón para no caerse.

—¡Oh! ¡Maravilloso! De hecho, planeaba tirar esa basura, demasiado sencillo, pero luce increíble en ti —grita Berry, se acerca a él y lo toma las manos, jalándolo hasta mí—. Ahora... no creo que descalzo puedas lucir ese traje. ¡Alguien que me traiga tacones de color azul o rosa! —Caleb luce sorprendido por la idea de usar tazones, sonrío divertida, estoy casi escuchándolo negarse, lo miro esperando a que lo haga, me observa unos segundos.

—Soy del punto treinta —arqueo mis cejas, se encoge de hombros y todos lucen más emocionados que antes.

Después de ponerme la peluca y de que consigan los tacones de Caleb, comienza la sesión de fotos.

—¡Más cercas, cariño! —grita Berry, Caleb está intentando lucir tranquilo, pero sé que está nervioso, Berry no quiere decirle nada, pero luce insatisfecha, suspiro, si sigo esperando a que Caleb haga las cosas bien, estaremos aquí todo el día.

Me acerco hasta Caleb y tomo sus manos, acomodo sus brazos por encima de mis hombros y yo dejo mis manos en sus caderas.

Lo miro, parece sorprendido, pero me sonríe, es raro. Una de mis manos la alejo de su cintura y la acerco a su cabello, necesito que piense en otra cosa.

—Solo por esto, contestaré tus llamadas, solo si se trata del proyecto. Entiendo que es algo importante para tu carrera, ¿no es así? —lo veo relajarse y de fondo escucho el chillido de Berry.

—Sí, pero no te preocupes, podemos vernos en la escuela y...

—Planeo saltarme algunas clases estás semanas. Y mientras menos personas nos vean juntos, mejor. Podemos dividirnos lo que nos toca, ¿te parece? —su ceño se frunce.

—¡Bien, cambio!

Me alejo de Caleb y nos ayudan a cambiarnos. A él le ponen una falda que le llega hasta las rodillas, un chaleco sin nada abajo y un sombrero con plumas, y no olvidemos los tacones, a mí me ponen un short demasiado corto, una blusa que apenas y cubre mis senos, una peluca y de nuevo descalza.

Vuelven a tomarnos fotos. Hablo con Caleb para distraerlo, en algunos momentos me gusta molestarlo y en otra muerdo su hombro por puro gusto.

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