Fotografías.

Gretel

No debí involucrarlo, eso es lo que pienso mientras lo observo, una vez que salimos del auto no escoltan hasta un estudio de mala muerte. estoy acostumbrada a estos lugares, pero este tipo luce tan asustado como si fuera su primera vez, ¿tal vez lo es?

—¡Gretel! ¡Cariño! —hago una mueca, apenas escucho esa voz chillona.

No pasan ni un minuto, cuando ya tengo alguien encima de mí, abrazándome y pegando su nariz a mi cuello, miro la expresión de Caleb, supongo que se relajo un poco la ver esto. Me alejo de la persona atrevida que se le ocurre olfatearme.

—No sé por qué, pero cada vez que te olfateo, pienso en lilas... —murmura la mujer un poco más baja que yo, con el cabello de color rosa chillón, maquillaje demasiado extravagante y uñas de acrílico del número diez, sin olvidar su ropa que combina con su cabello—. ¿Por qué parece que te trajeron a la fuerza? ¿Cherry? —miran al posible culpable, el susodicho finge una tos y lo fulmino con la mirada—. Les dije que te convencieran, ¿qué te dijeron?

—¿Una amenaza? —su mirada molesta se dirige a Cherry—. Escucha, diez fotos, solo eso, y no hay necesidad de que me pagues a mí, solo que Cherry pague por lo que hizo en el bar de mi amigo, ¿de acuerdo?

—Lo haré —susurra Cherry. Quiero golpearlo por haber destruido cosas dentro del bar de Francis, por suerte, ya que el dueño no estaba, pude arreglar las cosas sin mucha violencia, lo que menos quiero es que Francis descubra que fui a su bar sin él.

—¿Y...? ¿Quién es él? —pregunta Berry, aunque no lo parezcan, Cherry y Berry, son mellizos, raro, no solo sus nombres, porque son sus nombres reales, también porque no se parecen. Berry es una mujer bajita, que se viste de manera extravagante, las drogas, digo yo, mientras que Cherry es un gorila salvaje.

—Es mi amigo. Se tomará fotos conmigo, solo diez fotos.

—¿Por cada uno?

—En total —le advierto, asiente y mira a Caleb, ahora su atención está en él. Se acerca y lo olfatea de lejos, luego más cercas, Caleb es lo suficientemente educado como para no moverse y dejarse olfatear por una completa desconocida.

—Ho-hola... mi nombre es Caleb... —lo interrumpo antes de que diga su nombre completo y la dirección donde vive.

—Cale, se llama Caleb, pero todos los conocen por Cale —miento, Berry asiente y olfatea una última vez.

—Me gusta tu olor. Combina bien con el olor de Gretel... ¡me encanta! Cherry, hiciste un buen trabajo —los hermanos se alaban a sí mismos, suspiro y ruedo los ojos.

—Bien, dentro de unas horas debo ir a la universidad, así que hagan esto lo más rápido posible —les recuerdo, Berry aplaude.

—Claro, cariño. Allá están los vestidores, la ropa está ahí, pueden comenzar con lo que quieran —me ignoran luego de eso, miro a Caleb y le hago una señal para que me siga.

—¿No hay vestidores para mí? —me río entre dientes, lo tomo de la muñeca y lo arrastro hasta los supuestos vestidores, que solo es una cortina colocada estratégicamente, para que no se vea el exterior, pero la sombra da mucha información.

—¿No ves el lugar? ¿Crees que se preocuparían por vestidores? En otro estudio, tal vez —me encojo de hombros. El lugar luce como un edificio abandonado, de hecho, lo es, Berry lo compro antes de que lo demolieran, se los dieron a un precio muy bajo.

Arreglo las goteras que le importaba, dejo algunas partes del techo sin remodelaciones, porque así entraba más luz natural, el eco del lugar la ayuda a concentrarse y el olor mohoso es solo un pequeño detalle, ambientación, le llama ella.

—Nunca he hecho algo como esto...

—Creí que sí, ya que eres parte del consejo estudiantil. ¿No sales en el folleto de la universidad? —descorro la cortina y bueno, al menos le puso más empeño a este supuesto vestidor.

—Sí, pero sesiones de fotos... ero-eróticas... no —susurra las últimas palabras, quiero reírme de su ingenuidad. Lo meto al vestidor y vuelvo a correr la cortina, para que nos den un poco de privacidad.

—Era una broma —parpadea, confundido—. No serán fotos eróticas, solo fotografías, normales, algo como modelaje sencillo —miro los ganchos que tienen la ropa. De nuevo, Berry enloqueció.

—¿Qué es esto?

—La ropa que vamos a modelar.

—¿Por qué?

—Tienes demasiadas preguntas. Mi culpa —susurro—. Berry es diseñadora de modas... pero no una moda reconocida, es más como una moda del bajo mundo, ¿me entiendes? No, puede que no. Pero a pesar de lo que te han hecho creer tu vida estable y saludable y las personas estables y saludables que conoces, el mundo no es completamente estable. Hay mucha gente allá afuera que prefiere estar desnudo que vestir ropa, otros que prefieren lucir extravagantes, que elegantes y algunos más que quieren ser Drag Queen, incluso a escondidas de todos sus conocidos.

>> La ropa de Berry es para personas que no encajan en los estándares sociales, pero sí en sus estándares personales. ¿Es difícil de creer que hay más personas allá afuera de las que crees? —por accidente, termino hablando de algo que no debería hablar con alguien como él.

Caleb luce... como alguien que sí fue planeado por sus padres, que fue a escuelas de paga, que es un prodigio en todo y que no sería capaz de ensuciarse las manos si no ayuda a los demás. Ah, molesto.

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