Deseo carnal (parte 1)

Me faltaba el aliento, no era capaz de respirar por mi misma y no entendía que me pasaba.

Harry volvió a repetir que mi padre venía detrás mío.

«Algo me obstruye las vías respiratorias.»

Pero eso no era todo, mis piernas no me respondían.

—Y-Yo…no puedo… —me dolía el corazón como para hablar.

Harry se me acercó.

—No tienes buena cara. Tu vitalidad está bajando. —lo escuché decir.

—Tsk. No hay tiempo que perder, así que lo que haré ahora quizás te deje atónita.

Tomó mi cara con sus manos y me hizo mirarlo

fijamente.

—Esto nos será de ayuda. —murmuro.

—¿C-Como?

—Abre la boca. —ordeno con una voz autoritaria.

Sin replicar, abrí mi boca y…enseguida sentí su larga lengua hurgando en mi boca, tanto que pude sentir como hacía cosquillas en mi garganta.

Puede sonar algo asqueroso pero en ese preciso segundo no era yo misma.

Sucumbí a la perversidad.

Al siguiente segundo sentí como mis sentidos se agudizaron.

«Ya puedo respirar con normalidad.»

Sacó su lengua de mi interior.

Estaba un poco agitada al igual que él.

—Me disculpó por hacerte esto pero nos benefició a los dos. —comentó.

Algo había cambiado en mí; otra vez ese hormigueo en mi parte baja y sobretodo que sentía como su saliva seguía en las comisuras de mis labios.

—Es hora de irnos.

Se agachó dándome la espalda.

—Subete. Ahora tengo la fuerza suficiente para cargarte. —mencionó.

«Subirme en su espalda pero no lleva camisa.»

—¡¡Teffany!! —el grito de mi padre me hizo reaccionar.

Rápidamente subí a la espalda de Harry y él agarró fuertemente de mis muslos.

—No te preocupes. No te soltaré. —dicho eso camino rápidamente entre las ramas y árboles.

Estábamos en la penumbra ni siquiera sabía que rumbo llevábamos.

Entre más aceleraba sus pasos, mi pecho hacía presión contra su espalda y eso me estremecia.

El hormigueo en mi parte baja no desaparecía.

«Necesito un baño frío. Me estoy excitando sin motivo alguno.»

Intenté pensar en unicornios para dispersar los pensamientos lascivos que se acumulaban en mi interior.

Pero era inevitable, su ancha espalda me cegaba, sentir su piel gelida…me provocaban.

—Tu padre se detuvo a mitad del camino por lo tanto ya no nos viene siguiendo.

—B-Bueno. Entonces ya puedes bajarme. —le pedí.

—¿Ya no te tiemblan las piernas?

Negué con la cabeza.

—Y-Ya no.

Él prosiguió a bajarme y pude relajarme con la diferencia que aún me sentía excitada.

«Por dios, ¿Qué sucede conmigo? No puedo creer que sienta deseo así nada más.»

Pensé que se debía porque él metió su lengua en mi boca sin siquiera ser un beso…

Caminamos en la penumbra por un rato hasta llegar a mi automóvil.

¿Cómo le haríamos para manejarlo? Las llaves se habían quedado en esa casa.

Pff.

—Sube. —dijo él.

—Si pero no tengo las llaves del auto. —le hice saber.

—Descuida, aquí los tengo yo mismo.

Me enseñó las llaves junto a mi bolso.

—No me mires así, me las ingenie para encontrarlo ahora sube al auto y larguemonos de aquí. —dijo con una sonrisa triunfante.

Suspiré.

No lo cuestioné al respecto y mejor subí al automóvil.

Tenía que llegar cuanto antes para parar lo caliente que me sentía.

Por lo visto él tomaría el mando así que lo dejé ser.

De reojo, ví su escultural físico.

«Sus brazos son musculosos. Inclusive se le marcan sus venas en todo su brazo.»

Deseo que me toque con sus gruesos dedos…

¡Nooo!

Mi sex* estaba húmedo y eso dejo petrificada.

¿Cuándo fue la última vez que me sentía así?, me hice esa pregunta.

El automóvil arrancó a una velocidad considerable mientras tanto yo no podía controlar mi lascividad

Mis labios ya estaban resecos y los latidos de mi corazón eran incontrolables.

Maldije durante el trayecto.

El deseo carnal era de lo peor.

…

Finalmente llegamos al departamento, yo bajé a la velocidad de la luz dejando atrás a Harry.

—Espera Teffany vas caminando muy rápido.

—E-Este necesito con urgencia ir al baño ya. —ya

sonaba incoherente.

Llegué al departamento y abrí rápidamente.

Pero, él me detuvo.

—Desde que subimos al automóvil noté que estabas extraña.

«Vaya, que perspicaz. Esto es su culpa.», me dije por dentro.

—S-Solo es la calor.

Desvíe la mirada de él.

No toleraba sentir la presión de sus ojos.

—¿En serio? ¿Por qué apartas la mirada? —me cuestiono.

Solo rogaba para que me soltará y correr al baño sino yo era capaz de atacarlo a él.

«¡Esto no está bien!»

—Teffany solo dime qué tienes o que te duele.

Su voz hizo eco en mi interior.

Me quebré mentalmente con mis pensamientos lascivos; mi expresión cambio de inmediato.

Empecé a divagar cosas eróticas ante su presencia.

Podía sentir el calor incandescente encolviebdome por completo.

Entonces, lo mire a los ojos.

Llevé mis manos a su fornido pecho y lo toqué suavemente.

Él frunció el ceño.

—¿Qué…

—D-Deseo que me toques ahora. Estoy sedienta y…tú puedes llenarme.

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