Si era verdad

Confiada de mi misma, me quedé a pasar la noche en la casa de mis padres.

Por mi automóvil no había mucho que hacer, eso es lo que dijo mi padre; se encargó de llevarlo al taller mientras yo esperaba en casa.

Me sentía ansiosa por Harry ya que no me encontraría en el departamento...

Después de todo él tampoco dijo a dónde iría, dudaba que él se molestará por mi ausencia.

Ya había anochecido.

—El nombre de Harry...no puedo dejar de pensar en él.

Honestamente sí estaba desesperada por él. Solo tenía que ser paciente y tan pronto amaneciera tomaría el bus para llegar al centro de la ciudad.

Bajé por un vaso de agua.

El silencio inundaba toda la casa.

Mis padres habían salido a comprar de comer, me llevaban pero preferí quedarme.

Yo... tenía que prepararme mentalmente para hablar con ellos sobre el accidente.

Mientras bebía el agua recordé que en la casa había un pequeño cuarto con candado, intenté entrar aquella vez que aún seguía con las heridas pero mi madre me detuvo, mencionó que no entrará allí que solo había cosas viejas.

Sin embargo, su actitud de esa vez era sumamente sospechosa.

«¿Qué es lo que oculta en ese cuarto?», me pregunté.

Estando completamente sola en la casa tuve arriesgada idea de averiguarlo antes que ellos llegarán.

Pero encontrar la llave de ese cuarto sería como buscar una aguja en un pajar.

—¿Qué hago?

Con esa ansiedad me dirigí al cuarto que se encontraba en la segunda planta.

Doble a la izquierda y llegué hasta el fondo, justo frente a la puerta.

Fue un alivio ver qué no había candado.

Sin esperar un segundo más, gire el picaporte oxidado y di un paso hacia adentro.

A simple vista parecía un cuarto normal con cosas guardadas adentro pero algo me llamo la atención.

Un pequeño estante en una esquina junto a un maniquí que para mi asombro llevaba un vestido blanco.

Pase saliva fuertemente.

Lo sentí de inmediato como mi corazón empezó a latir con fuerzas.

Me estaba acercando a algo que me iba hacer cambiar.

Suspire profundamente.

Con pasos sigilosos me acerque hasta el estante.

Observé a detalle el vestido blanco que no hacía falta preguntarme de que era porque obviamente era un vestido de bodas.

«¿Un vestido aquí? ¿De quién podría ser...?»

Inspeccione el estante y con cierto nerviosismo, agarré una cajita; le quité la tapa de encima y eran unas fotografías entre otras pequeñas cosas.

No entendía porque tuve miedo de ver más allá.

Aún así, empecé a revisar las fotografías.

Una foto en particular me hizo temblar de pies a cabeza...

Era yo al lado de Harry; ese mismo en la foto era él y no tenía dudas a pesar de sus similitudes de ahora.

—Entonces, él... —me quedé a medias.

Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta.

Todas las fotografías eran mías junto a él; simplemente nos veíamos como una pareja feliz y llenos de amor.

No daba crédito a lo que veía.

¿Por qué no puedo recordar esos momentos?

Mi mente se nublo.

«Él si murió, sí iba a casarse conmigo.»

Aunque no recordará nada, los sentimientos los tenía muy clavados en mi corazón lo que provocó que llorara desconsoladamente.

Me dejé caer de rodillas mientras seguía mirando cada foto.

No me percaté que mis padres habían llegado.

Realmente ni me importaba, ellos me habían mentido durante dos años.

¿Qué clase de padres eran?

Escuché sus voces.

—Hija, hemos llegado.

Dejé de llorar; había llegado el momento de enfrentarme a ellos.

Sus pasos cada vez más se acercaban.

—¿Teffany? —era la voz de mi padre.

—Hija, ¿qué haces aquí? —pregunto mi madre con un tono nervioso.

—¡¿Por qué me ocultaron esto?! —le grité.

—¿Por qué lo hicieron?

Me puse de pie y expuse sus mentiras.

Ambos se quedaron estáticos, estupefactos por mi reacción.

—Les hice una pregunta, ¿por qué mierda me ocultaron esto?

La ira y la tristeza se mezclaron en mi interior.

—Teffany, se supone que tú no puedes recordar nada. —mencionó mi madre.

Si, era muy cierto su afirmación pero eso no significaba que me ocultaron que yo tuve un novio, alguien que se iba a casar conmigo.

¿Cuál era el propósito de ocultar algo así?

—Solo quiero que me digan la verdad. He tomado medicamentos desde que salí del hospital según para mi insomnio y el estrés pero no hay mejorías. Me fui de la ciudad por recomendación del doctor pero...solo empeoró. Yo empecé a tener extraños sueños...

No podía decirles que veía a Harry y que él me contó todo.

—Te estás alterando hija, es mejor que regreses a la habitación y descanses.

—¡No! No estoy alterada solo les estoy pidiendo que me digan la verdad.

Mi padre se acercó con una expresión de lastima.

—Hija, no estás bien de tu mente. —lo escuché decir.

Eso sin duda me irritó.

Antes que pudiera decir algo más, sentí un pinchazo en el cuello.

Solté las fotografías y mi cuerpo se desvanecío.

Lo último que escuché, fue: —Duerme, mañana habrás olvidado todo.

«No, no, no. Yo no quiero olvidar otra vez. Harry...te necesito.», suplique.

Cerré mis ojos y caí en un profundo sueño.

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