Mi futuro esposo

—Harry... —volví a pronunciar ese nombre que hacía eco en mi cabeza.

Mis lágrimas eran como un manantial, no podía con la incertidumbre de mi interior.

Él me vio con una expresión neutral.

—No era mi intención hacerte llorar. —dijo sonando culpable.

Me cubrió con la sábana y se sentó en el borde la cama mientras yo me preguntaba quién esté hombre...

El nombre de Harry daba vueltas en mi cabeza.

«¿Quién era Harry?»

Él se mantenía quieto y en silencio.

—Supongo que recordaste algo, ¿verdad?

Me limpié las lágrimas y me senté a un lado de él.

—Ví algo que me conmovió muchísimo; sentí un vacío en mi corazón.

Y sí, aún sentía ese vacío, algo me faltaba y no lo comprendía.

Entonces observé el rostro de él en las penumbras...

El perfil de ambos tenían cierta similitud y me dí cuenta de algo escalofriante.

—Puedo ver perfectamente dibujada en tu cara, una expresión de consternación. —murmuró.

Suspiré en silencio.

Por supuesto que estaba consternada.

Era inevitable que el miedo me volviera a consumir.

—D-Dime.

—¿Qué te digo?

—Lo que eres. —le contesté.

Él soltó un gran suspiro.

Se puso de pie, dándome la espalda.

—Mira... —musitó.

Desconocía lo que pretendía.

Mire sin parpadear; él se quitó la ropa superior en un segundo.

Abrí mis ojos como platos al ver las marcas de su espalda.

—Observa muy bien los símbolos de mi cuerpo, claro que no lo vas a entender pero al momento de morir... —hace una pausa.

«Él acaba de decir...¿morir?»

Los vellos de mi piel se erizaron.

—No pude transcender, mi alma quedó suspendida en un espacio paralelo. —lo escuchó decir, atenta a cada palabra que sale de su boca.

Miraba su ancha espalda con esos símbolos raros marcados en su piel blanquecina.

Pero algo no cuadraba aún para mí.

¿Qué tenía él que ver conmigo?

—¿Qué tratas de decirme? —inquerí.

—Yo soy Harry...

Voltea a verme.

—Yo era tu futuro esposo. —termina por decir.

El silencio era ensordecedor.

No podía procesar lo que acababa de escuchar.

«¿Mi futuro esposo?»

Mis labios no paraban de temblar.

—D-Debe ser una broma. Yo no he tenido novio... —murmuré.

La cabeza me empezó a doler y los latidos de mi corazón eran incontrolables.

—Es que tú me olvidaste en ese “accidente” Teffany. —dijo con una sutil sonrisa.

Ese accidente que me dejó secuelas que no podía controlar; las noches que permanecía completamente despierta y el estrés de ir todos los días a un tratamiento que no entendía.

Entonces...¿cómo era posible que olvidará a mi futuro esposo?

Alguien que murió en ese accidente y yo no sabía absolutamente nada.

—No lo puedo creer, realmente que no puedo, cómo es posible que pueda verte, que me tocarás de esa manera y que incluso me digas que eras mi futuro esposo y... estés muerto. —le dije llena de nervios y de incertidumbre.

¿Por qué nadie mencionó sobre dicho accidente?

¡¿Por qué me lo habían ocultado?!

Se me hizo un hueco en el estómago por pensar demasiado.

—Teffany...

—No me digas más, aún intentó controlar lo que pienso. Jamás creí toparme algo como esto.

«¿Por qué ahora tenía que suceder esto? ¿Por qué cuándo decido salir adelante y empezar un nuevo inicio?»

Todo era muy extraño.

¿Qué sucedía con mi vida?

Repentinamente se me acercó y se puso en cuclillas, tomó mis manos y lo miré a la cara.

—Sé que es repentino lo que está pasando pero tus recuerdos van a resurgir y quiero ser yo quién esté a tu lado, todo este tiempo he estado en la oscuridad, mi personalidad es una mierda pero...

Ahora toma mi mentón.

—Quiero que recuerdes quien soy para ti, y solo entonces podré transcender.

—¿Transcender? —pregunté confundida.

—Si, cuando sepas quién soy, yo voy a desaparecer, ¿comprendes?

No había sentimientos encontrados en ese momento ya que no lo conocía pero el hecho que me dijera que iba a desaparecer, me dió pavor.

Él solo estaba buscando la manera para que recordaré lo que fue para mí y así finalmente despedirse del mundo terrenal.

—¿Por qué apenas tiene que pasar esto? —pensé en voz alta.

—Porque tú y yo ya habíamos estado aquí y también es porque la gente que te rodea oculta algo... —mencionó con un tono irritado.

—Yo quiero protegerte de esa gente malvada que te trata de hacer daño.

¿Cuál gente malvada?

Negué con la cabeza y alejé su mano de mi rostro.

—Un momento, estás diciendo algo sin sentido.

—Nada tiene sentido ahora Teffany pero esa carita tuya demuestra miedo. —espetó.

—No es verdad. —refuté.

Quería salir corriendo de allí y volver a la ciudad.

Olvidar todo y hacer como si nada me hubiera pasado pero no tenía escapatoria.

—No seas renuente. No te metas en la cabeza que todo esa una ilusión porque tú misma me estás mirando.

Su mano volvió a mi mentón.

—Puedes sentirme, lo acabas de experimentar. Solo tú me puedes sacar de esa oscuridad Teffany.

«¿Acaso me está implorando ayuda...?», me pregunté.

—B-Bien. No estoy imaginando nada. ¿Qué puedo hacer para recordar lo que fuiste para mí?

Sabía que me estaba metiendo en un lío fuera de la realidad y a partir de ese momento, nada sería igual.

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