Ignam vagaba un poco entre los pasillos de la planta baja mientras leía un libro.
– "Debes recorrer bien cada lugar que vimos esta mañana hasta que puedas moverte por el lugar por instinto, ve leyendo las reglas del palacio para tener dificultad".
Recordaba Ignam mientras caminaba pacíficamente habiendo leído varias páginas del libro y sabiendo en que piso y sección del palacio está.
– Eso dijo pero supongo que si soy bueno reteniendo información, ya casi completo toda la vuelta sin haber saltado alguna habitación.
En un momento cuando iba a cruzar de esquina, se detuvo en seco escuchando la voz de Bastian.
Parecía estar conversando con alguien que le respondía con una voz desagradable.
– Es difícil que esto no me lo tome personal Archiduque Grayrat.
– Solo hago lo que haría mi padre, en un todo o nada la probabilidad de fallo es un 100% al igual que el de acierto, ¿que tiene de malo probar la propuesta de su hermosa esposa?.
Ignam pensó en irse pero prefirió quedarse en esa esquina a escuchar lo que tenían que decir.
– ¡No la llames así!, Esa tonta mujer podrá haber tomado ese título pero jamás la reconoceré.
– No creo que lo necesite de igual manera, una mujer que pueda hacer lo que hizo por la corona es admirable y demuestra que le importas muy poco lo que tengas que opinar de ella.
– Solo lo consiguió porque la ayudaron, es obvio que es una marioneta de Sergei.
– Así lo vez tu pero yo veo otra cosa y más al conocer la distinta reputación que tienen ustedes en el palacio y por ende, el reino.
– ¿Que me quieres decir Bator?.
– Las pareces de esta casa escuchan y hablan de forma tan veloz que da miedo, ¿nunca le dijeron que debe tener cuidado con cada pequeña cosa que haga?, todos sabemos lo que le hizo a su pobre tesorero, la horrible decisión de haber traído a Miriel que enfureció a todo el reino, incluso que es obvio que está pelea no es contra la chica Niniel, es contra su pobre madre que en paz descanse.
Bastián golpea con fuerza el pasamanos de la silla, Bator dió una gran sonrisa ante su reacción.
– No saques tus propias conclusiones Bator, que nos conozcamos desde niños no te da derecho a hablarme así, solo busco lo que es mejor bajo mis propios términos.
– Esas conclusiones ni siquiera son mías, son la de los demás y esto no tiene que ver con amistades Bastian, tiene que ver con trabajo, no soy el amigo o enemigo de ninguno de los dos, su pelea es suya, yo solo tomaré el bando que me dé el mejor resultado.
– ¿Y para ti ese es el lado de esa pueblerina?.
– Cuida tus palabras Bastian, tu reputación baja más mientras más la insultas, comportate acordé a lo que eres. Bator suspira fastidiado y recuesta su rostro en la palma de su manos con fastidió. – También quiero hacer las cosas bajo mis propios términos, en mi caso, tomar la decisión que hubiera tomado mi padre como Archiduque y ese es la mente desconocida de la nueva reina porque almenos yo no le tengo un extraño rencor a mi padre como tú.
Bastián baja la mirada sin saber que responder ante el.
– Se supone que soy tu rey.
– Y ella es mi reina, Bastian, no cometas una estupidez.
– No tengo porque hacerte caso.
– Como quieras, ¡Oye, mayordomo!, sal de ahí.
Dijo Bator en voz alta exaltando un poco a Ignam, el salió de su escondite con calma dirigiéndose al frente de los dos.
– ¿Si, señor?.
– ¿Vez?, las paredes tienen oído, aunque sea un lugar enorme, siempre abra alguien cerca.
– No creo haberte visto antes.
Dijo Bastian mirándolo con atención, Bator hizo lo mismo fijándose en el de cabeza a los pies con una sonrisa.
– Eres muy bien parecido para ser un mayordomo, ¿no preferirías venir conmigo?.
– No, gracias, soy un novato que empezó hoy, tengo prohibido hacer alguna labor o seguir las órdenes de alguien que no sean las del señor Sergei así que disculpenme.
Hace una reverencia e intenta irse pero Grayrat lo vuelve a llamar.
– Hey chico, no he acabo.
– Si estás con Sergei, significa que eres un mayordomo de esa ... chica.
Murmuró al final Bastian replanteándose lo que dijo Bator.
– ¿La reina?, perfecto, se que acabas de decir que no recibes órdenes pero ¿podrías ir a preguntar cuando veré a la reina?, estoy impaciente.
Ignam lo piensa un poco observando a Bastian y decide tomar iniciativa.
– Puede seguirme, lo llevaré con ella.
– Expendido!, nos vemos reinito. Dice levantándose para ir con Ignam.
– Yo también iré.
Responde Bastian queriendo levantarse pero Ignam contesta de inmediato con un tono fuerte y paralizante.
– Me niego.
Ambos se sorprenden de la presión que el les ejercía, aquella forma de hablar les recordó a Niniel en la sala de reunión.
– ¿Como te atreves a decirme que no puedo ir por mi propio palacio?.
– Me-ni-e-go, rey o no, se atreve a seguirme a dónde se encuentra Niniel y no dude en que lo haré lamentarse.
Dice con mas firmeza poniéndose a la defensiva, Grayrat disfruta el valor de Ignam para hacer eso pero no quiere más retrasos.
– Vámonos valiente mayordomo, déjalo así Bastian, igual es mejor que tú también te apartes de los problemas.
Bastián se resigna quedándose en su asiento frustrado, Ignam se va en silencio junto a Grayrat camino a la habitación de Niniel.
– Me agradas niño, pero no deberías ganarte la guillotina con tanta rapidez.
– Gracias, igual eso no me asusta, no dejaré que se acerque a Ni... la reina.
– Hay vas de nuevo, ¿son ustedes muy cercanos?.
– Creo que es algo que no debería saber.
En medio del camino se encuentras con Sergei que los observa con mucha impresionó.
– ¿A dónde van?, Ignam.
Sergei lo aleja un poco de Grayrat y hablan en voz baja entre ellos.
– ¿Que haces con el?.
– Bastian tenía retenido al Archiduque, creo que buscaba una forma de encontrarse con Niniel así que los intente separar como pude.
– ¿Te metiste en problemas con el por esto?.
– Probablemente.
Sergei frota su sien y mira un momento al Archiduque que lo saluda con una sonrisa.
– Luego hablaremos sobre eso, no lo hiciste tan mal pero preferirá que te quedarás lejos del alcance de Bastian.
– Entiendo, lo siento.
Sergei se dirige al Archiduque y lo invita a seguirlos, el pensaba llevarlos a algún salón pero decidió que sería más simple llevarlo a la habitación de Niniel en contra de los normas reales.
Cuando llegan a su puerta, Sergei toda y luego asoma su cabeza revisando que Niniel estuviera lista.
– Majestad, le he traído al Archiduque Grayrat, ¿le molesta hablar con el en su habitación?.
– No, adelante.
Le abren el paso a Grayrat y el admira la sencilla habitación de Niniel dirigiéndose hacía ella directamente.
Sergei cerró la puerta dejando a ambos solos retirándose del lugar con Ignam.
Grayrat le tomaba mucha atención a Niniel, traía un vestido simple de color celeste y su abundante cabello café caía suelto en dirección a su rostro, comía sus nueces leyendo algunos libros los cuales movió un poco para hacer espacio en la mesa invitando a que se siente con ella.
– Por favor, siéntese Archiduque.
– Muchas gracias por recibirme en sus aposentos majestad, es la primera vez que vea la habitación real de la reina, supongo que dice mucho de su personalidad.
– Eso supongo y dígame, ¿ha que vino a verme?.
Cuando el se sentido, sacó de su saco un pequeño cuaderno con una pluma tinta.
– Como tienen ahora la pésima costumbre de atender tarde, seré bastante breve majestad.
Dijo de un modo grosero hacia Niniel pero ella no lo noto, por su parte, la hacía sentir más a gusto que las formalidades con la que tendían los demás a hablarle ahora.
– No hay problema, puede ser directo conmigo.
Le sonrió prestando toda su atención, Bator también sonrió pareciendo interesante como no se inmuta por el.
– Genial, ayer no dió explicaciones sobre lo que quiso decir con la inversión en herbolaria y quiero escucharlo, me intriga saber que la hizo llegar a esa conclusión con tanta seguridad.
Abre su cuaderno y se prepara para escribir lo que va a decir.
– Eso es muy fácil Archiduque, es algo que tengo en mente desde hace mucho tiempo, si tuviera que ponerlo en palabras simples diría que es una fila de naipes, el mayor comercio siempre es la comida que decallo porque los hogares y restaurantes ya no pueden comprar ingredientes, que vienen de mercados, que vienen de las cosechas, que no están produciendo por un problema de plagas y falta de otros materiales para el óptimo desarrollo de las plantas.
– ¿Que tiene que ver eso con la herbolaria señorita?.
– ¿Con que suelen preparar los tónicos, pociones e insecticidas necesarias para las cosechas?.
Grayrat se detiene un momento y la mira sorprendido, ella sonríe un poco avergonzada continuando.
– Además, esas personas tendrán también el ingreso necesario para invertir en los mercados cuando puedan abastecerse de nuevo o almenos así lo estaba pensando... ¿Es una mala idea?.
Bator ríe con fuerza haciendo sonrojar más a Niniel y dice.
– Definitivamente no se puede subestimar a las reinas de Azalea que importa de dónde vengan, una idea así podría funcionar.
– Gracias.
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Comments
Alejandra Calabuig
Me encanta tu novela es chistosa y a la vez hermosa felicidades
2022-07-01
3
🍒CHELI🍒
Bueno al menos ese Bator no parece un idiota como creí, no juzga a la reina por su procedencia, lo que le dijo a Bastián es muy cierto y tal parece no tomara partido ,el al igual que Niniel piensan primero en el reino.
2022-06-26
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