– ¡Paren todo!, ¡detengan está maldita boda de inmediato!.
Grito de forma alocada alertando a todas las personas que se encontraban en el salón, giraron rápidamente en dirección a la puerta asustados y el impacto los paralizó al ver que la fuerte voz histérica venía de la verdadera princesa Miriel que había llegado algo desaliñada luchando por moverse en su enorme vestido.
Antes de que alguien si quiera pudiera reaccionar, Niniel tomo un trago desesperado de su copa y empujó la que tenía Bastian directo a su boca seguido de un puñetazo en el estómago, esto provocó que se ahogara tragando parte de aquel líquido rojizo también.
Bastián no paraba de toser confundido agachándose contra el sueño tratando de respirar.
Habiendo tomado ambos de aquellas copas que se partieron contra el suelo como si nunca hubieran contenido algún líquido, una incómoda sensación invadió el cuerpo de Niniel como si sus venas ardieran en llamas extendiéndose más allá de su cuerpo hasta recorrer cada rincón del reino en un segundo que sintió cien devolviéndola después desorientada a su caótica realidad.
– ¡No!, ¡el era mío!, ¡arrestenla!.
Gritaba Miriel histérica queriendo romper su vestido para poder correr a atacar a Niniel, mientras más luchaba por hacerlo menos se podía mover, también se escuchó el agotada voz de Madam Marín detrás de Sergei.
– Sergei, lo siento se me escapó. Se detuvo viendo que Miriel ya estaba ahí. – Oh, olvídalo.
– Buen trabajo en tratar de dejarla encerrada en su habitación, Yelena, lo conseguiste por una buena cantidad de tiempo.
Los guardias querían hacer algo pero ninguno se atrevía a moverse, la intensa presidencia de Luck los congelaba esperando que el diera alguna orden para actuar pero no lo hacía, solo observaba el espectáculo con una enorme sonrisa, de igual manera estaban los sirvientes observando a Sergei y Madam Marín pero ellos tampoco hacían nada más que sonreír al ver a Niniel.
Los invitados estaban confundidos y furiosos del lado de Miriel mientras que el lado de Bastian la mayoría también estaba inmóvil.
– ¿Quien demonios es ella?.
– ¿Porque nadie hace nada?.
– ¿Esto es una especie de complot contra Ungernia?.
– ¡Nos están insultando incluso delante de nuestro rey!.
– ¡Niniel!.
Entre los gritos de los invitados, se escuchó la voz de Ignam llamándole desde el balcón del segundo piso, Ella se retiró el velo junto con la peluca rubia que traía mostrándose ante todos.
– Tu, estúpida Harapienta.
Dijo con dificultad Bastian recuperando el aliento, ella lo miro con inocencia quitando la cola del vestido, alzo la mano derecha mostrando una extraña cicatriz que se formaba alrededor de su dedo anular como un permanente anillo.
– Es esposa para ti, mi rey.
Bastián quiso tomarla del vestido pero ella levantó su falda por completo mostrando que el interior estaba hueco con una enorme enagua improvisada vistiendo un simple pantalón debajo, el vestido apenas traía tres capas de tela permitiendo que subiera sin dificultad a la mesa detrás de ellos con sus pies descalzos.
– ¡Mi nombre es Niniel Vi Bauty!.
Ignam le lanza la corona real desde el balcón y ella lo atrapa en el aire colocándola en su cabeza.
– ¡Y de ahora en adelante yo seré la nueva reina de Azalea!.
– ¡No!. Grito Miriel mirando con irá a Niniel – ¡Papá!, ¿¡Porque nadie hace nada!?, ¿¡Porque no se mueven!?.
Lloraba desesperadamente en medio del pasillo sin poder moverse por su vestido.
Su padre, el rey de Ungernia, yacía sentado en su puesto aguantando la ira.
– Quiero una buena explicación para este circo.
Bastián entra en pánico al escucharlo y busca con la mirada a Sergei pero el había desaparecido junto a Madam Marín.
Se levantó y quiso abalanzarse contra Niniel en un intento de atacarla pero Luck reaccionó más rápido que el pateando la mesa con intensidad fuera del alcance de Bastian, estrellándose contra la pared y haciendo caer a Niniel en sus brazos.
– Hora de irnos, majestad.
Dijo Luck con gran humor y sale del salon corriendo. Niniel se abraza a su cuello completamente ruborizada por el espectáculo.
– Lo hice, enserio lo hice.
Murmura temblorosa y helada aferrada de los fuertes hombros de Luck.
– Lo hiciste, le robaste el novio a la princesa Miriel y ahora yo me robó a la novia.
Luck ríe a carcajadas corriendo entre los pasillos, los sirvientes que pasaban los veían con mucha curiosidad.
Al contar la quinta habitación al final del pasillo, Luck entro teniendo cuidado con ella y la baja cerrando la puerta.
– Vamos, nos están esperando.
Hablo Ignam escondido detrás de un mueble de la habitación, entre ambos chicos le arrancan la falda del vestido quedando Niniel solo con el pantalón.
– ¿Los siguieron?.
– Di la orden de que nadie se moviera pero siendo ahora Bastian el rey, no durara mucho.
Ignam activa la puerta que yacía escondida en la pared, los tres se adentran cerrándose la puerta detrás de si como si nunca hubieran estado ahí, un guardia en ese instante forzó la puerta para entrar pero solo encontró la desgarrada tela del vestido.
Cuando el guardia volvió al salon, Bastian lo tomo con fuerza del cuello.
– ¿¡Dónde están!?.
Aquel guardia se mantuvo firme ante el.
– No lo se, majestad, desaparecieron.
– Carajo, los voy a reemplazar a todos ustedes bola de inútiles.
– ¿¡Porque no se movieron para detenerla!?.
– Nosotros debemos seguir las órdenes del coronel Lutrein, específico que no hiciéramos nada durante la boda sin su permiso, que importa que sucediera.
– Malditos conspiradores.
Lo suelta empujando al guardia lejos de el y se queda en medio del salón tratando de pensar que hacer.
Revuelve su cabello con una mano y luego la observa fijando su atención en la marca de matrimonio impregnado en la piel de su dedo anular.
– Esto es sin dudarlo obra de Sergei.
Miriel seguía llorando desconsolada tirada en el suelo, sus invitados luchaban por moverla poco a poco a un asiento para que se pudiera calmar con un poco de dignidad.
– No es justo, ¿Quien era esa mujer?, de repente la jefa de las sirvientas me encerró en mi habitación y dijo que no interfiera en la boda, pero era mi boda, ¡mía!.
Balbucea entre lágrimas mientras daba patadas fuera de si complicando a sus invitados el sostenerla.
Su padre que hasta ahora solo estaba presenciando todo sentado en su puesto, se levantó llamando la atención de las personas, el se acercó a Bastian con una temible calma.
– ¿Quien era ella?, se nota que la conoces.
– Rey Bayhor, yo...
– No me dez malas explicaciones y respóndeme correctamente, Bastian, ¿quien es?.
– Una extraña chica que mi madre deseaba que fuera la reina pero me le opuse por querer casarme con su hija, señor.
El rey Bayhor levanto un ceja ante esa oración.
– Ya entiendo pero existen mejores formas de declarar una guerra Bastian.
– ¡No es lo que parece, este es un atentado contra mi!.
– No lo dudo pero eso no cambia las cosas, aunque si despierta mi curiosidad, ¿Porque dices que es un atentado?, no, tengo algo mejor, ¿Porque no puedes controlar a tus súbditos?.
– Parece que las leyes de Azalea no me lo permite.
– ¿"Parece"?. Pronuncia con enojo. – Bastian, tengo años conociéndote a ti y a tus padres, estaban tan metidos en su trabajo que eran admirados por los los demás reyes de los otros nueve reinos pero no me digas que su hijo no es igual.
Bastian presionaba con fuerza sus puños sintiéndose cada vez más aplastado por las palabras del rey Bayhor.
– Por favor, no diga eso.
– ¿No?, Con esto me dejas en claro qué no conoces nada sobre tu reino, ni tu gente y mucho menos tus sirvientes, ¿Que paso con el buen Sergei que aún no te ha instruido en todo estos tiempos que han estado sin el saber de tu madre?.
Bastián no sabía que responder, solo se mantuvo callado evadiendo la mirada del rey. El rey Bayhor suspiro y nego con la cabeza decepcionado de su silencio.
– Vámonos de aquí, ya no hay nada que hacer en este lugar.
Hablo en alto hacia sus guardias, uno de ellos le hablo preocupado.
– pero majestad, ¿usted esta seguro?, su hija-
– Mi hija tendrá que aceptarlo, esto ya está fuera de nuestras manos, ahora el príncipe... no, el rey Bastian está casado con la señorita llamada Niniel, lo único que los puede separar desde ahora es la muerte.
– Si, su majestad.
Entre varias personas intentan tomar a Miriel para irla arrastrando hacía la salida, ella solo se quedaba tumbada son querer moverse.
Parte de los guardias Ungernios se separan a buscar las cosas de Miriel en su habitación subiendolas una por una al carruaje real.
– Por ahora te dejare tranquilo Bastian pero en algún momento tomaré las represalias por hacerle esto a mi hija, tenlo por seguro.
Todos ellos salieron del lugar quedando solo algunos de los invitados de Bastian, muchos de ellos eran nobles encargados de distintas áreas del reino.
– Felicidades rey Bastian, creo que sabe que necesitamos una conferencia obligatoria con usted y su esposa, ¿verdad?.
– Si, una vez que aparezca Sergei daremos comienzo a ella, hay varias cosas que se deberán hacer a partir de ahora.
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Comments
Linda U.
Pobre Bastian...🤣🤣🤣🤣 pero se lo merecía de cualquier modo 🤣🤣🤣🤣🤣
2023-06-10
0
🍒CHELI🍒
Este capítulo me mato de risa 😂😂😂 ,ahora sí va a arder Troya o mejor dicho el reino.
2022-06-23
5