¿Se encuentra bien?

La reina Sophia se encontraba sentada en un sillón frente a la puerta de la habitación, a su mano izquierda estaba parado Sergei con una gran serenidad igual al de la reina y a su mano derecha, mirándolos con desprecio estaba el príncipe Bastian.

– Por dios, ¿que te hicieron?, ¿quienes se atrevieron a hacerte daño?.

Dijo Sophia sorprendida y molesta al ver a Niniel tan desaliñada junto a una toalla con sangre entre sus manos.

– Yo me encargaré de eso majestad, tenga por seguro que mis subordinados pagarán por esto y dentro de unos minutos debería llegar el médico para atender sus heridas.

Le dijo Luck agachando su cabeza en respeto, Sophia extiende lentamente su mano hacia el dando una pequeña seña de retirada.

– Cuento contigo coronel Lutrein, por favor, déjanos a solas y que nadie nos interrumpa.

– Si, su majestad.

Luck se retiró en silencio dejándolos solos con ella, Sophia los miraba con dulzura y al mismo tiempo cansancio.

– No se queden ahí, no duden en acercarse hacia mi, deseaba verte querida.

Ignam y Niniel se encontraban muy tensos con la presencia de Sophia. Dieron unos pasos hacia adelante hasta acabar en frente a ella y Niniel la saludo con una torpe reverencia que la hizo avergonzar.

– Es un placer conocerla, majestad.

Ignam en cambió solo guardo silencio observando a Sophia, Bastian le irritaba que fueran sumamente groseros pero Sophia y Sergei lo ignoraron sabiendo que no iban a saber que hacer.

– Siento mucho lo que sucedió.

– Ni siquiera sabe que pasó así que mejor guarde sus disculpas.

Respondió Ignam un poco molesto terminando de hacer reaccionar a Bastian.

– ¿¡Como que atreves a hablarle así a mi madre!?.

Sophia lo detuvo posando su mano frente a el y pidió silenció llevando sus dedos a sus labios.

– Basta Bastian, comportate con nuestros invitados, tienen todo el derecho de decir eso, no se que sucedió pero no puedes ignorar los detalles, sus expresiones, sus ropas, sus heridas y... la sangre cuentan algo que nunca debió pasar.

Bastian respiró hondo apretando con fuerza sus puños manteniendo su irritabilidad al margen aunque la pésima mirada que tenía también Sergei sobre el, no lo ayudaba.

– Lo lamento.... Comenzó a hablar Niniel con el tono más alto que pudo estando un poco ronca. – No quería hacer nada malo, solo tenía ganas de conocer el palacio pero eso obviamente era algo imposible para alguien como yo, mi mejor amiga fue la que me dió la idea de colarme solo por esta noche para admirarlo e ir... Deseaba conocer el lugar del que me hablaban mis padres cuando niña como si fuera un cuento de hadas.

Sophia recibió sus palabras con una tierna sonrisa.

– ¿Te gusta las cosas que tengan que ver con la familia real?.

– Si, todo me parece mágico, el como nos protegen como si el rey y la reina fueran los padres de cada persona en el pueblo.

– Eran. Ella transmitía sus palabras con alegria pero Ignam lo apagó sin titubear. – Ahora solo tenemos una horrible madre que nos está dejando morir.

– ¡Ignam!.

Lo regaña Niniel pero Sophia niega con la cabeza aceptando lo que acababa de decir.

– Eso lo sé perfectamente, no tienen padre y su madre está muriendo, por eso desee armar este baile.

– ¡Oh, Cierto!, hoy iba a nombre a Lady Miriel la próxima reina, ¿verdad?.

– Es una adorable chica pero no. Sophia mira de reojo a Bastian que a su vez evita su mirada aún enojado. – En realidad el baile es para encontrar una reina.

– ¿De verdad?.

– Cariño, ¿cómo te llamas?.

– Niniel.

– ¿Solo Niniel?.

– Niniel Vi Bauty, majestad.

– Muy hermoso, los llame porque quiero que tú, Niniel, seas la próxima en tomar el trono.

– ¿¡Que!?.

Gritaron Bastian e Ignam al mismo tiempo por el impacto mientras que Niniel solo se la quedó observando con incredulidad, giro su vista hacia Sergei que no parecía estar muy sorprendido y luego a Bastián que se notaba que esa noticia no le agrado.

– ¿Yo?.

– Tu.

Pregunto Niniel señalando a si misma y Sophia no dudo en responderle con confianza.

– ¿¡Mamá estás loca!?, ¿¡Tienes afectado el cerebro!?, ¿cómo piensas que voy a casarme con... con....

Bastian estaba tan alterado por la irá y la indignación que no pudo completar la frase pero Ignam la continúo molesto con su reacción.

– ¿Con que?, ¿una plebeya?.

– ¡Exactamente!, que horror pensar que podría tomar a esta harapienta cómo esposa.

– ¡El verdadero horror es que ella desperdicie su vida al lado de un principito atontado como tu!.

Sophia y Niniel ignoraron su pelea mientras veían a la otra con una resignada sonrisa.

– Disculpe a mi hermano.

– Disculpe a mi hijo.

Niniel se acercó a Sophia y se puso de rodillas frente a sus piernas, tomo sus manos sintiendo sus suave y cálida piel mientras la miraba extrañada.

– Su majestad, ¿se encuentra bien?.

Sergei parecía querer decir algo pero Sophia solo le dió una pequeña mirada que lo hizo retroceder y ella apretó sus manos con firmeza.

– ¿También crees que estoy loca?.

– ¿Usted no?.

– Eso supongo pero en realidad estoy muy cuerda.

– ¿Pero porque quiere que alguien como yo, sea la reina tan repentinamente?.

– No cualquiera puede ser la reina de Azalea, tu misma lo haz dicho, la reina es la madre que protege a todo su pueblo y no todas son buenas madres pero estoy convencida que tú lo serás desde que te ví en medio del salón desde el balcón.

– Eso no responde mi pregunta, ¿Porque precisamente yo?.

– Eso es algo que no te puedo decir... Aún.

– No creo poder aceptar esto.

– ¿No te gustaría ser parte de mi familia?, muchas niñas sueñan con eso.

– Muchas niñas sueñan con cosas que yo no.

– Por favor, aceptalo, no tengo como convencerte pero tiene que ser tu.

– ¿Tengo la opción de decidir?.

– Un poco.

– He dicho que no.

Luck entra desesperado con el médico detrás de el y correr a detener a Ignam y Bastián que estaban comenzando a ir hacia los golpes.

– ¡Detenganse!, ¿¡que estupidez están haciendo frente a la reina!?.

– Déjame poner a este sucio plebeyo en su lugar.

– Inténtalo niño de mamá, ni un buen golpe sabes hacer, me dan cosquillas.

Luck se mantiene en medio de ambos par aquel no fueran por el otro y Sophia no duda en regañar a Bastián.

– Por favor Bastian, actúa como el príncipe que tanto presumes ser.

– ¡Madre!.

– Si estarás con este comportamiento, entonces sal de la habitación, solo quería que supieras que ella será tu prometida.

Luck se impresionó volteando a ver a Niniel y ella desvío la mirada avergonzada. Bastián abandono la habitación enojado mientras Sergei ayudaba a Niniel a sentarse junto al médico para que la atendiera.

– Ignam.

– No lo digas, ya lo se.

Niniel también iba a regañar a Ignam pero el era consiente de sus acciones, suspiro volviendo a ver a Sophia.

– Majestad, no vuelva a decir que soy su prometida, no puedo tomar de esposo a alguien que no amo y que claramente me desprecia, ser una reina es algo descabellado que no pienso aceptar, no tengo razones para hacerlo, por favor, no me presione.

– Lo siento, te presionaré hasta el último momento, la reina solo puede serlo tu.

– Entonces mentiste al decir que puedo decidir.

– Lo hice, Azalea lo amerita con urgencia.

El ambiente se volvió muy tenso, el doctor trato de terminar de vendar sus brazos rápido para poder salir.

Cuando acabo, solo hicieron una reverencia en despedida y los guardias acompañaron a Niniel e Ignam de vuelta al pueblo.

– ¿¡De tantas nobles que asistieron, porque ella!?.

Entro Bastian de nuevo a la habitación apenas ellos se habían ido, solo quedaba Sergei junto a Sophia en la habitación.

– ¿Que tiene de malo?

– Es una pueblerina de la calle.

– ¿Tan mal te crie para que hables así de una mujer?, que importa de dónde venga, es una señorita y será la mujer con la que te casarás, ¡nada de lo que digas me hará cambiar de opinión!.

– ¿Que hay de mis deseos?.

– Tus deseos te llevarán a la ruina y al reino también, esto lo hago por-

– ¡No!, ni te atrevas a terminar esa frase, nada de esto es por mi, es por tus estúpidos caprichos sin sentido, estoy arto que nunca me dejaras hacer nada que quisiera, siempre estando encerrado en el palacio cumpliendo únicamente las cosas que tú querías sin ningún tipo de peros pero ya no deje que lo hagas más.

– ¿¡Estás amenazando a tu propia madre!?.

– ¡Si!.

Sophia golpea con suma fuerza el brazo de su silla con su puño, la rabia la mareo al instante.

– Joven Bastian, valla a su habitación y medite sobre sus palabras.

Bastián le da una desagradable mirada a Sergei y vuelve a salir, Sophia no pudo evitar comenzar a llorar.

– Sergei.

– Si mi señora.

– Encuentra la manera de que se casen, no importa los medios, no importa nada ¿o me crees loca también?.

Sergei sonrío dulce y seco sus lágrimas con un pañuelo de sus bolsillos.

– No, jamás podría pensar eso, tus órdenes son absolutas para mí... Sophia.

– Guía a Bastian y Niniel tanto como se te sea posible.

– Lo haré, lo juro sobre mi vida.

Aquel sirviente se arrodilla frente a ella y toca su pecho agachando la cabeza en un símbolo de completa devoción.

Sophia se susurra unas cuantas palabras más y al acabar, cae inconsciente sobre el hombro de Sergei.

Las llamas de las velas en el palacio y el reino se estremecen como si estuvieran a punto de apagarse.

Sergei la sostiene entre sus brazos como si ella fuera una fina tela que se la llevara el viento.

– Mi cuerpo y alma están para servir fielmente a mi señora y madre de todos su majestad la reina, cueste lo que me cueste, que importa quien sea ella.

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