Ignam vigilaba sigilosamente los alrededores de los muros del palacio, en el portón había mucha vigilancia porque constantemente estaban entrando personas al lugar pero en todo lo demás no había mucha vigilancia, eso lo hacia sonreír tontamente.
– ¿Que estamos a punto de hacer?.
Dijo para si mismo comenzando a correr hacia los callejones tomando un camino directo hasta la parte trasera de la tienda que servía también como la casa de Peggy.
Se infiltró silenciosamente por la puerta yendo a la habitación de Peggy sabiendo que podría encontrar a ambas ahí.
– ¿Está todo bien aquí?.
Hablo entrando a la habitación pero cuando sus ojos se cruzaron con los de Niniel, se quedó impactado al instante.
Ella se encontraba en el centro de aquel desordenado cuarto luciendo un encantador y ajustado vestido marrón de corset, su falda era algo esponjosa y arrastraba contra el suelo junto a una abertura de detalle blanco, era la primera vez que Ignam veía tan arreglada a Niniel como si fuera una tierna señorita de la clase alta.
Niniel se avergonzó mucho cuando Ignam entro provocando que agachara la mirada tímidamente roja, jamás había visto una expresión así en Ignam o en algún chico directamente dirigido hacia ella.
– ¿Bueno?, di algo.
Hablo Peggy cortando la tensión penosa entre ellos, Ignam se recompuso hablando firmemente parpadeando un par de veces.
– Sabía que las encontraría aquí, ah... se cómo entrar al palacio.
– ¿De verdad?. Dijeron ambas al mismo tiempo.
– Bueno... he estado recorriendo los alrededores y cada diez minutos queda algún espacio sin vigilar por un buen rato, podría entrar por el jardín que está cerca del salón.
– Ignam, ¡Eres grandioso!.
Exclamó Niniel muy alegremente poniéndose un poco emocional, Peggy toma la mano de ambos y las junta mientras los va empujando hacia la salida.
– Eso es genial, ahora vayanse antes de que lleguen mis padres.
Ambos asintieron y salieron con prisa hacia el lugar de donde vino Ignam, correr con un vestido como hacia que Niniel no pudiera correr muy bien pero no de detenía, toda su concentración estaba en aquellos altos muros que la separaban del palacio.
– ¿Tienes tacones?.
Menciono Ignam revisando que en los alrededores no hubiera alguien.
– No.
– ¿Que?, ¿estás descalza?.
– Si.
– ¿Estás loca? ¿y si alguien lo nota?.
– Apenas conseguí un vestido, ¿de dónde iba a sacar unos tacones?.
– Olvídalo, prepárate para saltar.
Ignam juntó sus manos y Niniel salta sobre ellas consiguiendo impulsarse hasta la cima quedando sentada sobre el, desde ese ángulo se podía notar que el interior del vestido no era más que capas de retazos de telas diferentes camufladas por la capa principal.
– Peggy, eres realmente increíble.
Murmuró Ignam admirando el vestido, Niniel pensó igual cuando lo noto.
– ¿Como haré para salir?.
– Hazlo por el portón principal cuando hagan cambio de turno.
– Si se podía entrar por el portón, ¿porque estoy pasando por aqui?.
– Sigue llegando personas así que está muy cuidado, cuando todos estén dentro podrás salir por el sin problemas, ahora vete, alguien viene.
Ignam corre de vuelta al callejón más cercano para esconderse. Niniel se dejó caer hacia el otro lado del muro aterrizando de rodillas sobre el suelo con dificultad, no se lastimo y se levantó rápido acercándose al salón buscando que nadie la hubiera visto pero cuando estuvo a pocos metros del lugar sintió como si todo su cuerpo perdiera el equilibrio bajo un fuerte mareo que la dejo helada, luchando por poder respirar.
– "¿Que es esto?. Pensó inmóvil mientras luchaba con la desorientación y su falta de aire.
Un guardia que venía del interior se percató que estaba extraña y fue preocupado a ayudarla a ella.
– Disculpa señorita, ¿se encuentra bien?.
Niniel fija su mirada en el intentando actuar con normalidad asustada de que la descubran.
– Si, estoy bien.
Murmuró con suavidad pero para el era obvio que no se encontraba nada bien.
– No parece tener buena cara señorita, déjeme llamar un médico para usted.
– No, enserio estoy bien, solo necesito un poco de aire fresco y después volveré adentro.
Niniel intenta dar unos pasos hacia el salón pero casi cae al suelo haciendo reaccionar rápido al guardia con tomarla entre sus brazos.
– Cuidado, ¡enserio necesita ayuda!.
– ¡No!.
– ¿Porque no?.
Ella agachó la cabeza pensando en que hacer con el.
– Me... dan miedo los doctores, se que si me relajo un poco estaré bien.
El guardia podía sentir que eso era una mentira pero no lo ignoro no queriendo presionarla más, la llevo al interior del salón y bajo sobre un sillón que estaba apartado de la multitud.
– Permítame quedarme a su lado hasta que se encuentre mejor, por favor, mi trabajo es velar por su completa seguridad.
Niniel se queda viendo un rato a ese gran hombre, sus brazos se sintieron sumamente fuertes cuando la cargo, le llamaba la atención la diferencia de contexturas entre ambos, haciéndola parecer pequeña.
– Gigante.
Murmuró distraída y luego se sonrojo por completo al darse cuenta de lo que acaba de decir pero el solo le sonrió amplio ante su comentario.
Niniel se giró rápido para observar a las personas que bailaban felizmente en medio del salón.
No se había percatado de lo sumamente inmenso que era, los detalles en mármol y plata eran impresionantes para ella combinado con los invitados cubiertos de extravagantes vestidos y joyas que la cegaban con su brillo ante la luz, realmente era un lugar mágico para alguien tan sencilla como ella, la expresión en sus ojos tan inocente y cautivadora hacían sonreír al guardia que no había parado de admirarla desde que se giró.
– Hermoso, ¿verdad?, he estado en muchas bailes y siempre me quedo asombrado con ellos.
– Si, es tan lindo.
– ¿Conoces a alguien de aquí?.
– ¿No y tú?.
– Varios, pero más al anfitrión.
Ella rie sintiéndose tonta por haber preguntado eso.
– Claro, eso era obvio.
– ¿Es tu primera vez en un baile?.
– Si, estaba inmensamente feliz por venir, quisiera admirar cada rincón que tiene este increíble palacio.
– Pero no se puede recorrer las instalaciones, algunas áreas están restringidas para los invitados.
– Ya me lo imaginaba.
– Almenos no sola.
Dice provocador cerca de su oído, ella lo mira algo sonrojada interesada en sus palabras.
– ¿Que quieres decir?.
– Si te sientes mejor, te puedo escoltar por todos los lugares que se nos sean posibles acceder.
Niniel sonrió amplia y cálidamente ante su propuesta.
– Eso me encantaría.
Sin dudarlo, ella se levantó pero se seguia sintiendo extraña. El la ayuda dejando que se apoyara de su brazo comenzando a escoltarla por los largos e imponentes pasillos del palacio.
Caminaban en guardando un poco de silencio pero no era molesto para ellos, disfrutaban la compañía del otro y en algún punto a él le dió curiosidad.
– ¿Puede decirme su nombre, madam?.
– Yo... soy... Miel.
– Dulce.
El responde al instante haciéndola reír avergonzada.
– ¿y tú?, no sabía que los guardias pudieran ser tan familiares con las personas del exterior.
– Mi nombre es Luck y si estamos en servicio no lo hacemos pero del resto podemos interactuar, por ahora no tengo nada que hacer más que supervisar a mis soldados y disfrutar de la fiesta.
– Eso es muy interesante señor suerte, es un buen nombre para ti.
El también se sintió avergonzado por su comentario y continuaron vagando por los pasillos hablando de cosas triviales y al azar.
Muchos minutos pasaron inmersos entre los dos, Niniel se había olvidado de su malestar pero la interrupción de una sirvienta le hizo recordar su propósito del porque estaba ahí.
– Coronel Lutrein, el señor Sergei está pidiendo que todos estén en el salón para recibir a su majestad la reina.
– ¿La reina?.
Eso la sorprendió pasando a ver a Luck.
– Dile que voy enseguida.
Ella asiente y se aleja rápido perdiéndose por el pasillo. Luck comienza a caminar de vuelto al salon con Niniel.
– Creí que ella estaba en cama sin poder moverse.
– No puede pero se hicieron varios preparativos para que pudiera salir unos minutos de su habitación a presentarse en el baile.
Cuando llegan de vuelta al salón, ambos se separan tomando distintos caminos perdiéndose de la vista del otro.
– Así que coronel.
Murmuró Niniel quedando inmóvil en el centro del salón junto a todos los demás, la tensión subía a cada segundo, los invitados estaban muy expectantes haciéndola sentir mal otra vez, las cortinas del balcón del primer piso se abrieron empezando a hacer que todos aplaudieran al mismo tiempo con entusiasmo.
– ¡Todos reciban con gran respeto a nuestra amada reina, Sophia Beristain de Azalea!.
Anuncio con una fuerte voz un guardia mientras otros dos sentaban a la frágil mujer en su trono. Ella levantó su mano en un saludo que todos respondieron con una reverencia, reverencia que Niniel no sabía que se tenía que hacer por lo que trato de reaccionar rápido en hacerlo para que nadie se diera cuenta pero la reina Sophia, si lo noto. Su mirada se quedó clavada en la pequeña Niniel que había comenzado a moverse para salir de ahí.
Sophia le hace señas a un guardia para que se acerque y ella le susurra pacientemente en el oído.
La entrada del jardín parecía estar siendo cerrada pero aún así Niniel se acercó tratando de lucir natural.
– Disculpe señorita, no puede pasar.
– Solo quiero un poco de aire fresco.
– Perdone, acaban de dar la orden de no dejar salir a nadie.
Niniel hizo como si fuera a volver al centro del salón y en el momento en que el guardia se despistó, no dudo en correr con todas sus fuerzas hasta lograr salir al jardín.
– ¡Oiga!.
Grito el guardia sin poder hacer nada alertando a los demás y a los invitados en el salón. Casi de inmediatamente se escuchó la profunda voz de la reina provenir del balcón con mucha ansiedad impactando a todos.
– ¡Detenganla!.
Los guardias no dudaron en correr tras de ella, las personas se asustaron por la exaltación de la reina que hasta se había levantado de su silla asustando también al príncipe que creyó que se iba a caer.
– Mamá tranquila, los guardias atraparán a la chica y se encargarán de ella por su cuenta, tu no tienes de que preocuparte.
– Esa es mi preocupación, no quiero que ellos le hagan daño, díganle a Lutrein que valle por ella.
– ¿Que?.
Bastian veía a su madre sin poder entender que tenía en la cabeza, sus acciones cada vez le parecían demasiado, ahora intenta velar por una chica que allanó el palacio y que ahora corre por su vida rodeada de guardias en el jardín.
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Comments
Cinthia Ccosi Roque
me suena a algo como la cenicienta uuuuyyyy q lindo🥰🥰🥰
2022-08-05
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