Se ha ido.

Ambos caminaban por las calles bajo el abrasador sol de la mañana rodeados de muchas personas que observaba con curiosidad en la espera de que alguien necesitará ayuda volteando esporádicamente en dirección a Luck preocupada por lo que vivieron anoche.

– Esas cosas a veces pasan, Luck.

Murmura esperando alguna reacción pero el siguió caminando en silencio con el ánimo apagado hasta que se sorprende al recibir un puñetazo en el pecho por parte de ella.

– ¿Porque hiciste eso?.

– No te deberías torturar por algo que no podemos controlar.

– Estoy bien, solo siento que le he fallado caóticamente a mi pueblo, todos los guardias los deberíamos proteger y yo tengo el deber de que siempre sea así pero....

– Tu no fallaste, el príncipe Bastian fue quien nos falló.

– ¿Eso crees?.

– Odio pensar de esa manera pero es difícil no hacerlo cuando son sus órdenes las que nos están dejando caer.

El se quedó pensativo un momento mirándola con seriedad, tomo levemente la palma de su mano mientras ella lo mirada con atención.

– Niniel... tu-

Un fuerte grito sorprendió a los dos viniendo de una multitud cercana de dónde estaba escapando un maltratado hombre sosteniendo un saco con el que se apoyaba para empujar al que estuviera en su camino y escapar. Luck reaccionó instintivamente en tomar la cintura de Niniel pegando su cuerpo contra su pecho antes de que también la fueran a derribar mientras ella paso a abrazar también su cuello impidiendo que se fuera por el rufián.

– ¡No lo hagas!.

– ¡Pero-

– No quiero que te hagan daño por ir en contra de el.

– ¡Niniel!.

– Solo observa.

Luck no podía retirar su mirada de aquel hombre que se escapaba hasta no quedar rastro de el mientras las personas seguian con su día indiferentes de lo que acababa de ocurrir.

– No lo entiendo, ¿porque nadie reacciona?.

– Porque tienen sus propios problemas que resolver antes de poder pensar en alguien más.

Luck voltea a verla aún sosteniendo su cintura contra su cuerpo mientras ella mantenía agachada la cabeza con un suave rojo cubriendo su piel dejando que se valle apartando de el avergonzado.

– ¿Porque no hay guardias?.

– ...

– No me tengas piedad, por favor, ¿puedes decírmelo?.

– Bueno... no hay desde hace tiempo porque el pueblo los expulsó, están mal vistos después de muchos maltratos proporcionados a las personas de todo el reino y más en este zona además de que la mayoría de ellos se los llevo Lady Miriel para que cumplan con sus caprichos y hagan de vigilancia en la boda.

– ¡No me jodas!, ¡aún así pude haber ayudado a que no se llevará las cosas que robó!, ¿¡porque no solo me dejaste ayudarlos!?.

– Porque ibas a quedar expuesto como un guardia y serías expulsado de aquí también, aún así fuiste suspendido de tus servicios por mi, ahora eres otro Azalano más, Luck, no hay nada que puedas hacer.

Luck presiona con fuerza sus puños mientras temblaba de la irá hasta que se calmo al notar algunas lágrimas de Niniel caer en silencio, tomo sus mejillas entre sus manos y las intenta limpiar hablándole con ternura.

– Lo siento, no te quería asustar.

– Estoy bien.

– Solo... todo es tan frustrante para mí... ¿no te sientes igual?.

Niniel le sonrió un poco comenzando a caminar mientras sostenía su mano encontrándose con varias tiendas que habían comenzado a sufrir vandalismo por parte de niños en precarias condiciones que también buscaban entre las tiendas algo que robar para comer. Luck observaba confundido a Niniel la mayor parte del tiempo comenzando a ayudar por su cuenta también a las personas que llamaban por ayuda hasta llegar el medio día en pudieron tomarse un descanso con unos panes que una personas les quiso invitar.

– ¡Que viva el almuerzo!, ya estaba muriendo de hambre.

– Ahora que lo pienso, nunca te he visto usar dinero y tu pequeña mochila solo trae dentro una simple pijama.

Le menciona notando como Niniel estaba luchando por comer la finita tira de queso de su pan que no paraba de estirarse hasta llenar sus mejillas mientras ella también lo observaba un poco sorprendida de la expectante atención que mantenía en ella sentados en frente de la panadería la que fueron a comer.

– ¿Pe?. (¿que?).

– Adorable.

Respondió antes de echarse a reír a carcajadas provocando que se enoje con el propinando varios pellizcos por su espalda.

– Deja de reírte, tonto.

– Es como ver una niña que fue atrapada haciendo algo malo.

– Es culpa del pan.

– Como digas.

– Y por cierto, no tengo dinero.

– ¿Entonces como haces para vivir el día al día?, ¿Tus padres te mandan dinero?.

– No, no tenemos dinero pero las personas suelen darme cosas y ofrecerme refugió por lo que no me va tan mal.

– ¿Es posible vivir así?

– Aquí me tienes.

– ¿y tus padres?.

– Están en paupertas trabajando de lo primero que encuentran como yo pero el dinero apenas alcanza para la casa como para que me puedan mandar y de igual manera, no lo necesito.

– ¿Y no haz intentado hacer algo que los pueda ayudar?.

– Mis padres quieren que construya mi propia vida así que no me permiten interferir demasiado, lo poco que suelo ganar lo uso en mandárselos a escondidas.

– Incluso tu familia es peculiar cómo tú.

– ¿Verdad?.

Ambos terminan de comer y se levantan tomando camino hacia una enorme botánica dónde un chico pequeño de lentes muy gruesos los esperaba en la puerta sosteniendo una flor, guía a ambos al interior mientras les proporcionaba guías e instrucción sobre como tratar las plantas del lugar hasta dejarlos a solas con el trabajó rascando su cabeza como si algo no lo paraba de preocupar.

– ¿Estará muy preocupado por qué dañemos las plantas?.

– En realidad su preocupación es otra cosa.

– Lo dices como si supieras que es.

– Bueno....

– ¿Sucede algo malo?.

Niniel voltea un momento a ver al encargado y suspira comenzando a rociar las plantas con delicadeza con un irrigador.

– Esta es una botánica de estudio que se mantiene en base a pequeños negocios con alquimistas e inversiones del palacio pero ha falta de dinero muchas plantas han muerto por no tener lo necesario para sobrevivir, ha este paso tendrá que cerrar y buscar otra manera de mantener a sus hijas.

– ¿Enserio conoces todo lo que le sucede a las personas?

– Solo escuché que los alquimistas ya no compran hierbas, lo demás a partir de ahí es deducible.

– Amaría tenerte en mi escuadrón como informante, serías de mis oficiales más útiles.

– Suena interesante pero me gusta más seguir haciendo lo mismo que ahora.

– ¿Porque lo haces, Niniel?.

– ¿A qué te refieres?.

– Aceptas favores aunque no tendrás nada a cambio, caminas sin parar hasta recorrer el reino quien sabe cuantas veces y vives solo de la buena voluntad de la gente, ¿porque?.

– Es una buena pregunta....

– Oh, vamos, dímelo.

– En realidad yo tampoco lo sé.

Ella le saca la lengua de una forma divertida mientras se aparta a rociar otra fila de plantas, Luck se sorprende mucho permaneciendo junto a ella con curiosidad de saber más haciéndola reír.

– ¿Lo dices en serio?.

– Muy enserio, lo he hecho desde niña así que no recuerdo cómo empezó o porque pero me gusta, me gusta recorrer las calles, hablar con las personas, extenderles mi mano y que ellos lo hagan también mientras me considera como su amiga, no hay nada más.

– Espero un día comprendo que ocurre por tu mente.

– Me lo han dicho seguido pero mientras me puedes querer. Ríe juguetona mientras da una rociada de agua a su rostro. – Espero que seas el primero que lo llegué a hacer.

Luck seca su rostro con una amplia sonrisa y se dirige con comodidad a tratar las raíces de las plantas según las instrucciones que les dejo el encargando a seguir, aunque eran cosas de apariencia simple, con el tiempo se sentía tan pesado que pasaron las horas sin hablar hasta que Luck noto que parte de la iluminación de la botánica ya no provenía del tragaluz en el techo, si no de muchas lámparas que encienden su fuego al mismo tiempo por obra de la magia que encantaba el lugar decidiendo ir a verla entre los pequeños estantes de taxodium.

– ¿Que tal el trabajo?.

– Bien.

Murmuró teniendo un leve temblor en su cuerpo mientras se volvía pálida dejando de manipular las macetas pasando a frotando su frente.

– ¿Cómo te sientes, Niniel?, tienes la misma expresión que la noche que nos conocimos.

– Siento...

Niniel de repente da dos pasos hacia atrás sintiendo que el mundo gira abruptamente hasta que algo golpea con fuerza su cuerpo como una ráfaga de viento que incluso apaga todas las lámparas sin razón cayendo al suelo y siendo atrapada entre los brazos de Luck hasta que la luz vuelve a emerger y cuerpo se estabiliza cómo si nada hubiera pasado.

– ¡Niniel!.

– ¿Que fue eso...?.

– ¿Las luces?, tal vez un falló del mecanismo.

– ¡Eso no! ... La reina.

Murmura aterrada concentrando su mirada en Luck mientras que el no comprendía que responder.

– Enserio no estoy entendiendo nada, Niniel... ¿Que tiene la reina?.

– Algo me dice que ella acaba de morir.

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