Niniel observaba con inquietud el reloj de vela posicionado en una mesa entre las camas de la habitación marcando las cuatro de la mañana levantándose luego de algunos minutos con cuidado para ir a la ventana empañada de humedad, pasa el costado de su palma para despejar un pedazo por el que admira las calles oscuras cubiertas de ligera neblina sorprendida por un momento por la voz de Luck.
– ¿No puedes dormir?.
– No ... ¿te desperté?.
– Un poco, tengo sueño ligero por estar siempre pendiente de algún peligro, desperté apenas sentí que te levantaste de la cama.
– Es alentador saber que estoy en buenas manos pero también suena que debió ser muy duro conseguir algo así.
– Te llegas a acostumbrar.
Luck le hablaba manteniendo sus ojos cerrados buscando sentarse en la cama mientras Niniel permanecía en la ventana observando la calle con curiosidad.
– Me siento tan ansiosa... por todo.
– Cualquiera lo estaría.
– No lo puedo soportar.
Niniel sonríe caminando con frío hacia su cama a tomar su mochila para caminar seguido al baño dejando a Luck desorientado mientras frota su rostro terminando de despertar.
– ¿Que haces?.
– No puedo dormir más, saldré a buscar una forma de llegar a capital central mientras te quedas aqui durmiendo.
– ¿Que?, ni loco dejaré que salgas sola a esta hora de la madrugada bajo frío de la noche mientras solo me quedo tranquilo durmiendo, iremos los dos.
– ¿No te importa?.
Sale del baño con su vestido desgastado dejando que ahora entre Luck en el a cambiarse con su mochila en mano.
– Descansamos cinco horas, para ti no será mucho porque lo normal es dormir más de ocho pero para mí poder dormir cada dos días por tres horas es el paraíso.
– Dime qué es una broma.
– Me gustaría que así lo fuera, majestad.
Dice Luck saliendo del baño siendo sorprendido por el golpe de una almohada de parte de Niniel estando entre avergonzada y enfadada causándole mucha gracia riendo por su expresión.
– ¡No lo digas!.
– Cuando te corones tendrás que soportar eso cada que nos veamos.
– ¡Hasta entonces no lo digas!, vamos hasta que nos contacte Sergei, será mejor estar en capital central que quedarnos aquí.
– ¿Cómo piensas aguantar el frío?
– Voluntad, supongo, no tenemos dinero y por como están las cosas comienzo a dudar que alguien pueda darnos una mano.
Luck rebusca en su mochila y saca una gran bolsa de monedas enseñándose la a Niniel.
– Yo tengo, ¿pero abra alguien despierto a esta hora?.
– Se de alguien que está despierto y nos pueda llevar a cambio de varias monedas.
– Bien, entonces vámonos.
Ambos salen de la posada siendo invadidos por el frío de la neblina que les permitía ver débilmente las calles rodeadas de farolas con luz opacas mientras caminan por un tiempo hacia una tienda de telas dónde negocian con el mercader un empujón hasta las cercanías de capital central a cambio de un cuarto de la bolsa que traía Luck permitiéndoles entrar a su carruaje y empezar el recorrido.
– ¡No quiero ese vestido!.
Gritaba Miriel dentro de su habitación en el palacio real mientras Sergei se apresuraba en revisar que estaba pasando encontrando a una sirvienta tomando aire en medio del pasillo frente aquella habitación.
– Inténtelo usted señor Sergei, no logro hacer que este se termine de arreglar para ya no estar tan atrasados con el funeral.
– Tranquila, ve por un té para usted, descanse.
– Si, Señor.
– ¡Quiero uno más hermoso, debo verme bien ante esos pueblerinos y mi adorado Bastian!.
Sergei respiró profundamente frente a la puerta de la habitación dando algunos toques antes de poder abrir.
– ¡Pasa!.
No dudo en entrar con cuidado para ver a las sirvientas formadas en una fila horizontal cerca de Miriel completamente rígidas mientras la habitación estaba hecha un desastre de vestidos de luto tirados por doquier.
– Princesa, ¿Aún no escoge un vestido?, ya son las diez de la mañana, nos estamos retrasando.
– ¿Me estás culpando?, ¡todos estos vestidos son horribles!, ¿¡Porque no pueden darme uno lindo!?.
Sergei toma un poco más de aire y se dirige hacia la cama para tomar uno al azar de los que estaban ahí comenzando a actuar como si sufriera una gran pena.
– Oh, el joven Bastian había escogido este por su cuenta para usted y al parecer ni siquiera le gustó, ¿ahora como se lo diré?.
– ¿Enserio?.
Miriel fue rápido hacia el y le arranca de sus manos el vestido para observarlo detenidamente.
– Mi juramento no me permite mentir princesa.
– ¿Porque nadie me lo dijo?.
– No quería que lo supiera, esperaba que usted lo escogiera sin saber que lo preparo el.
– Tan lindo.
Miriel sonrió ampliamente corriendo hacia su vestidor arrastrando también con ella a una de las sirvientas.
– ¡Bueno, largo de aquí!, bajaré apenas termine.
Todas las sirvientas salieron despavoridas de la habitación junto a Sergei que fue agradecido después por las sirvientas que parecían a punto de llorar.
– Gracias señor Sergei, usted siempre sabe que hacer.
– Ya me acostumbré a tratar con ella, vallan a prepararse y que ahora la atienda otro grupo de sirvientas.
– Como ordene, Señor.
Ellas asintieron apresuradamente para irse de ahí dejando a Sergei solo en el pasillo, camino un rato por estos hasta llegar a uno completamente vacío para sacar el pequeño reloj que compartía con Luck.
– ¿Estás ahí, Lutrein?.
– Aquí estoy.
– ¿Que es ese ruido de fondo?, ¿dónde están?.
– En un carruaje camino a capital central, Niniel insistió.
– Que bueno, iba a pedirles eso pero la mañana ha estado agitada y no tuve tiempo de comunicarme con los dos.
– No se preocupe, cuando lleguemos no tardaré en avisarle.
– Bien, solo quería decirles eso, no estoy en condiciones para hablar ahora, cuidado con que alguien los note.
Sergei guarda el reloj escuchando los pasos de alguien acercarse por el pasillo hasta toparse con Bastián vestido de un elegante traje negro mate.
– ¿Que haces Sergei?.
– Ahora mismo iba a ver a su madre.
– Vallamos juntos ... es momento de salir a la capilla.
Ambos caminaron en silencio hacia la sala principal del palacio donde se encuentra en el medio sobre una plataforma elevada el ataúd abierto de Sophia decorado hermosamente en el interior con las flores, juguetes y dulces que a ella le gustaban mientras ella yacía en el interior como una pálida muñeca durmiente.
Sergei no pudo evitar dar un profundo respiró abrazando todas sus emociones y guardandolas en el fondo de su pecho cuando la vio.
– Sergei, tengo una duda.
Dijo Bastian mientras la miraba, Sergei se sentía muy emocional en este momento pero aún así se forzó a hablar con el.
– Dígame joven Bastian, ¿Que quiere saber?.
– Podría explicarme ¿Dónde está el coronel Luck Lutrein y porque nadie me lo quiere decir?.
Sergei no reaccionó hacia su pregunta y solo respondió con naturalidad.
– Eso es fácil, uno de sus capitanes reporto problemas en la zona este y el fue a investigar directamente.
– ¿Entonces porque nadie me lo quería decir?.
– Depende de ha quien se lo preguntó, las cosas de la guardia son solo de la guardia, mías y las del rey.
– Soy su gobernante ahora, debería saber.
– Debe ser coronado primero y pedirles jurar ante usted para que pueda ser avisado sobre esas cosas, se lo intente enseñar antes pero-
– ¡Cállate Sergei!, solo dime lo esencial y ya.
– Eso era esencial.
– ¡Cállate!, tus reproches son todo menos esenciales para mí.
Bastian se enoja bastante y Sergei cierra sus ojos manteniendo silencio con la cabeza agachada.
– Que molestó, El coronel debería estar aquí para despedir a su reina, si no puede hacer algo así busquen a uno nuevo.
– Joven Bastian.
– ¿Que quieres?.
– El está haciendo su deber, si aplicamos esa lógica en todos, perderíamos el 80% de la armada imperial y mucho más.
– Creí que todos se la pasaban aqui.
– Aquí tenemos la base central pero el reino es extenso, existen mas bases y muchos más guardias incluso fuera del reino, deshacernos de un buen coronel solo por esto es una enorme perdida.
– Bien, lo dejaré pasar.
Lady Miriel interrumpe entrando al salon corriendo directamente a abrazar a bastian con un expresión de profundo dolor al borde de las lágrimas.
– No puedo creer que de verdad se allá ido, bastian.
Bastián la abraza con fuerza consolando la y murmura afligido.
– Todo estará bien, que bien que ya estás lista.
– Demore porque me costaba asimilar que esto estuviera pasando, es tan duro y debe ser aún peor para ti.
– Si... pero ahora debe estar al lado de mi padre como ella quería, vamos... ya es hora de llevar también su cuerpo junto a el.
Ella asiente y dan inicio a la ceremonia de entierro.
Varios guardias cargan el ataúd a la salida del palacio en formación, antes de salir Bastian mira a Sergei inmóvil dándole la espalda.
– Sergei, ¿No vendrás?.
– Por favor, no me obligue... quiero quedarme aquí.
Bastián prefirió esta vez dejarlo en paz terminando de salir junto a Miriel quedando solo en medio del salón.
Su cuerpo temblaba sin poder moverse, entre el silencioso palacio empezó a resonar unos tacones hasta que una sirvienta de un traje más elegante que las demás se posa frente a el y lo hunde con cuidado contra su pecho en un fuerte abrazo.
Instantáneamente aquel anciano sirviente comenzó a llorar aferrándose a ella.
– Déjela ir Sergei, debes dejar salir todo.
Murmuró suavemente llorando también junto a el.
– Gracias Yelena.
– Ni lo digas, se muy bien que el más afectado por esto eres tú.
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Comments
🍒CHELI🍒
Bastián y su prometida son muy irritantes, 🙄 Niniel la tendrá muy difícil, lo bueno es que tiene gente alrededor que la ayudara y protegerá ☺️🙂
Me encanta 💕😍, se ha convertido en una de mis novelas favoritas 💕 redactas de una manera que te transporta a la historia 💯💐
2022-06-20
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