Convénceme.

Niniel miraba fijamente a Luck que le parecía tan encantador frente a ella esperando su respuesta en silencio pero agachó un poco la cabeza respondiendo de forma muy fría.

– Eso no tiene nada que ver conmigo.

Luck tembló un poco completamente impactado levantando su mirada hacia ella.

– ¿Que?.

– Lo que sucede en el palacio... no tiene nada que ver conmigo, la reina será Lady Miriel, por favor, no digas cosas tan absurdas como esas otra vez.

– Niniel...

El hizo para tomar su mano pero ella se levantó rápidamente para apartarse de el dándole la espalda.

– Basta, ya no sigas más.

Luck se quedo quieto en el suelo mirando como se iba alejando de el hasta que la perdió de vista, Niniel caminaba con prisa mordiendo su labio inferior cristalizando sus ojos por las lágrimas.

– Eso es absurdo, completamente absurdo, lo siento tanto, Luck.

Murmuró afectada por tratarlo de esa manera, siguió caminando buscando nuevos trabajos que hacer por el pueblo para distraer su mente, al día siguiente mientras caminaba comiendo un pequeño pan se encontró de nuevo con Luck a unas calles delante de ella.

– ¡Niniel!.

Apenas lo vio comenzó a correr tratando de perderse de vista entre los callejones en medio de los edificios pero Luck podía seguirle el paso sin dificultad.

– Déjame en paz, te di mi respuesta.

– Dame otra oportunidad.

– ¡Ya dije que no!.

Corrieron por un largo tiempo hasta que Niniel ya no pudo más sentándose en el suelo de un callejón recostando su espalda contra la pared, Luck también se sentó a su lado tomando profundos bocados de aire exhausto.

– Tienes una increíble resistencia.

– Cállate.

Luck se rió mirándola toda sudada y ella también rio un poco retirando el sudor de su frente.

– Valla coronel, ¿no puede seguirle el paso a una mujer sin cansarse?. Le dice en broma con una pequeña sonrisa apartando su mano. – ¿Porque volviste por mi?.

– Tengo prohibido volver a mi labores como coronel sin ti.

– ¿Porque me quieren de reina?.

– Porque así lo quiere la reina Sophia, almenos eso dijo antes de caer en inconsciencia, hace días que no despierta y posiblemente no lo hará más.

– ¿Porque solo yo?, ¿Porque no alguien más?, ¿No tengo derecho a escoger?.

– Solo hago lo que me pidieron, se lo mismo que sabes tú.

Ambos se quedan mirando mutuamente intentando pensar que harán sobre el otro.

– ¿Cómo... piensas convencerme?.

– No se me ocurrió nada para eso.

– Que malo eres en tu trabajo.

– ¡Oye!.

– Es la verdad, ¿como un distinguido líder puede salir sin un plan?.

– En realidad tenía uno y se estropeó así que voy por la deriva.

– ¿Así que estarás pegado a mi como una pulga hasta que lo logres?

– No lo digas de esa manera.

Ella rie con fuerza disfrutando su compañía y también contagiando su alegria a Luck.

– Espero que seas mi pulga de la suerte hasta entonces, por ahora~.

Dice alegremente levantándose del suelo para sacudir su desgastada falda, extiende su mano hacia Luck y el la toma un poco curioso levantándose también, ella lo guío de vuelta a la avenida del pueblo mirando a su alrededor sin soltar su mano.

– ¿A dónde vamos?.

– Hasta que se te ocurra como convencerme de ser reina, vas a ayudarme con el trabajo, no podemos solo estar aquí sin hacer nada.

– Oh... ¿Que tipo de trabajo?.

– Niniel, ¿Puedes ayudarme con unas cajas?.

Les hablo un hombre con una gran sonrisa junto a una carreta cargada de cajas, Niniel le devuelve el saludo con el mismo entusiasmo.

– Por supuesto, hoy tiene suerte señor, el también va a ayudarnos hoy.

Dice Niniel golpeando la espalda de Luck colocándolo al frente de el.

– Por supuesto, si es que no le importa.

Respondió Luck un poco tímido y el hombre también palmea su hombro para tranquilizarlo.

– Muy bien, mientras más manos tengamos, mejor.

Comenzaron a cargar las cajas hacia el interior de la casa frente a ellos, Luck no podía evitar ver de vez en cuando como Niniel cargaba varias cajas sin descanso, lo hacia sonreír de admiración por su fortaleza a pesar de su cuerpo. Al acabar con las cajas, aquel hombre les invito a tomar el almuerzo junto a el, hablando por un largo rato sobre su vida, su familia y lo difícil que se le estaba haciendo mantener su hogar, Luck solo se mantenía en silencio escuchándolos con atención sintiéndose un poco triste por su relató pero Niniel le seguía la charla con familiaridad. Al acabar, fueron llamados de nuevo por alguien inmediatamente que los vieron salir de aquel hogar, una joven madre necesitaba que cuidarán a sus hijos mientras hacía algunos recados fuera, después atendieron a una señora que quería ayuda en reparar su habitación, todo el día paso cumpliendo recados a cada persona que lo necesitará dejando a Luck extremadamente cansado pero a diferencia de el, Niniel seguía rebosante de energía y ánimos.

– Tu ganas, de alguna manera esto se siente más duro que las guerrillas.

Niniel se inclino a verlo de forma curiosa junto a una sonrisa juguetona caminando hacia atrás frente a el.

– ¿Ya no puedes más?, podamos ir a descansar por hoy.

– Eso me encantaria.

– ¿Te estás quedando en algún sitio?.

– No, sali solo con esta pequeña mochila con algo de ropa y dinero.

Luck la palmea la mochila en su espalda y ella se tiene extendiendo sus manos hacia el.

– Entonces ven conmigo a una posada, mi habitación tiene espacio de sobra porque el gerente insistió en darme una grande.

– ¿Ambos en la misma habitación?.

– Si.

– ¿Es una broma?.

– No.

Las mejillas de Luck se tornan completamente rojas sintiendo su rostro arder, Niniel lo miro con incredulidad.

– ¡No podemos hacer eso!.

– ¿Que tiene de malo?, ¿Eres capaz de hacerme algo malo mientras duermo?.

– ¿Que?, ¡no!.

– Entonces andando, quiero un baño y tú también necesitas uno, apestas.

Ella comienza a caminar con rapidez mientras el la sigue estando muy nervioso por la idea de entrar juntos a una habitación bajo la mirada de todos.

– No es adecuado que un hombre y una mujer estén en un mismo cuarto sin ser amantes o... estar casados.

– Que exagerado, solo seremos dos personas deseando descansar y ya.

Entrando a la posada la recepcionista recibe con afecto la llegada de Niniel, ella pide la llave de la habitación y una cama extra para Luck, el estaba nervioso pero la recepcionista acepto sin tomarle importancia. Niniel sube hacia el segundo piso guiando a Luck hacia la habitación designada y entrando retirando sus zapatos.

– Puedes entrar al baño primero, ha sido un duro día para los dos.

Se gira a ver qué Luck se mantiene en la puerta nervioso y ella suspira tomando el cuello de su camisa para arrastrarlo hasta el interior del baño, coloca una toalla entre sus manos que tomo del armario y le cierra la puerta.

– ¡Bañate!, no seas un niño.

Luck seguía paralizado en medio del baño sin saber cómo reaccionar apretando con fuerza la toalla que yacía entre sus manos.

– ¿Será que no he lidiado con mujeres desde hace mucho tiempo o ella es extraña?.

Murmuró para si mismo entrando en la regadera a tomar un largo baño frío aprovechando de lavar también su ropa para que esté seca y limpia al día siguiente. Cuando estuvo completamente listo, volvió a la habitación pero Niniel ya no estaba, la busco con la mirada y después se vistió con una nueva muda de ropa de su mochila para salir a buscarla fuera en los pasillos.

– Niniel, ¿Dónde estás?.

Camino por un rato hasta encontrarla arrodillada en el suelo del pasillo del último piso, abrazando a un anciano frente a lo que parece ser su habitación, el hombre lloraba desgarradoramente entre sus brazos tomando la espalda de Niniel con fuerza.

– ¿Porque?, ¿Porque ellas?, Mis amadas rosas de primavera.

– No es su culpa, hizo lo que pudo por ellos, ahora deben estar bien en su nuevo hogar.

– ¡No!, son esos malditos nobles, ellos se la llevaron, se llevaron a mi amada Rosalía y mi Narciso.

– Por favor, tranquilo, no diga eso....

– No, no, no, ¿si de verdad les importamos porque no hacen nada por nosotros?, les rogué tanto por un pequeño frasco de médicamente, les rogué cada día que nos podían abastecer de hierbas para almenos encargarnos de hacerla nosotros mismos pero ¿que hicieron?, nos ignoraron, nos empujaron fuera de la entrada del palacio, nunca vimos ni una pequeña mirada de compasión, intente tanto ayudar a mi pobre hija y la perdí, perdí a mi linda Rosalía, perdí con ella a su pequeño narciso, ¿Porque se tenían que ir asi?.

Llora con tanta fuerza que su cuerpo no deja de temblar, entre todo ese llanto Niniel noto la presencia de Luck volteando a verlo fijamente con tristeza.

El también estaba temblando, paralizado en medio del pasillo a unos pasos de ellos escuchando las tristes palabras de aquel hombre devastado por el duelo. Una mezcla de rabia, dolor e impotencia emanaban con tanta intensidad de Luck que Niniel aparto la mirada hacia otro lado manteniendo el silenció por los dos sin parar de abrazar al pobre hombre que no paraba de balbuceando sus lamentos vuelto nada en su pecho, esperando que en algún momento se calmara su dolor.

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