He venido por ti

Ignam camina por un sendero terroso en medio de impresionantes metros de cultivos en proceso de maduración de una extensa granja que decidió visitar bajo la ardiente luz del sol del medio día, después de meterse entre la cosecha de tomates se detuvo a un lado de Niniel que estaba concentrada cortando los tallos podridos de las plantas con unas tijera sin darse cuenta aún de que el estaba ahí, inmersa en sus pensamientos con una mirada deprimida.

– Niniel, ¿No estás trabajando demasiado?.

– Estoy bien.

Murmuró Niniel sin retirar su vista de la planta que estaba tratando, Ignam también se contagia de su tristeza.

– Mentirosa, lo tienes en toda la cara, estás preocupando a todo el mundo.

– Lo siento, no me había dado cuenta.

– Escuchaste las noticias, ¿verdad?.

– Está en boca de todos.

– Esa gente es despreciable, ha solo dos días de aquel baile de repente dan una orden de que ese príncipe tomará el puesto como gobernante y en vez de ayudarnos, solo habla de su tonta boda con la princesa Miriel Renard de Ungernia.

– Ellos sabrán que hacen... supongo.

– Niniel, ¿tu desánimo tendrá que ver con que ahora ella será la reina?.

– Claro que no.

– ¿Entonces es porque te arrepentiste de haber asistido al baile?.

– Jamás. Respondió de forma firme frunciendo levemente el ceño y después siguió. – enserio soñaba con ir y aunque las cosas no salieron como esperaba, fue mágico... almenos una parte de esa noche.

Niniel hace una mueca asustada recordando lo del calabozo colocando la tijera a un lado por el temblor en sus manos, Ignam se agacha a su altura suavizando su voz.

– Lo entiendo, a mi también me está costando asimilar lo que sucedió y más porque a mi eran al que iban a-

– ¡No lo digas!.

Alza la voz abrazándose a si misma y el la abraza.

– Lo siento, a veces siento que necesito mencionarlo para liberarlo de mi interior.

– Yo no puedo, no quiero y no es lo único que invade mi mente.

– ¿Entonces que más te perturba?.

– La reina... ¿estará bien?.

Ignam se congelo un momento intentando no decir algo desagradable por su odió hacía las personas que vienen de aquel lugar.

– Olvídate de eso.

– Yo también tengo algo que liberar, su mirada, sus manos, su voz, si insistencia, la impresión que dejó de mi es tan fuerte que no me deja pensar, no deseo ser reina pero...

Se detuvo tomando aliento sin saber cómo acabar su oración, todo era muy confuso.

– Comprendo, una propuesta como esa dejaría una fuerte impresión en cualquiera pero al final, eso no tiene nada que ver con nosotros.

– No... no lo tiene.

Ignam le da unas palmadas en su cabeza y se levanta volviendo al sendero para irse.

– Nos vemos después, solo me desvíe un momento del trabajo para ver cómo estabas, no dejaban de molestarme con que viniera a ver si estabas bien.

– ¡Recuerda comer bien en tus descansos!.

– ¡Si!.

Niniel sonrió y tomo una profunda bocanada de aire sosteniendo de nuevo las tijeras para seguir con su labor, paso otras dos horas en ese lugar antes de dirigirse alegremente hacia la cabaña del dueño cerca de la plantación.

– Señor Baver, ya he terminado.

Le dice a un agradable hombre de cuerpo robusto pero fuerte que esperaba alegremente por ella con una canasta llena de diversas cosechas de la granja.

– Muchas gracias Niniel, tengo la canasta lista para ti.

– Gracias señor Baver. Le sonríe amplio tomándola y se queda observando que algo le parece preocupar. – ¿Sucede algo señor?.

– Si... por el momento ya no necesito que vengas a ayudarme, las cosas se están complicando demasiado en la granja, las cosechas están siendo invadidas por plagas así que las sobrevivientes se van mayormente a los mercaderes y lo poco que quedan de eso se distribuye pobremente entre los trabajadores, perdóname.

– ¿Plagas?, ¿no tienen con que combatirlas?.

– Normalmente el palacio manda medidas para protegerlas pero...

Niniel le sonríe suave llamando su atención para que no se sienta triste.

– No se preocupe por eso, si necesita algo más no dude en llamarme, igualmente le daré mi mano aunque no me pague por ello.

– Lo mantendré en mente pero no suena lo ideal, cuídate mucho pequeña.

– Ya no estoy tan pequeñita.

– Siempre serás pequeña para la gran parte del pueblo, ahora ve y disfruta la canasta con tu familia.

– Claro, muchas gracias.

Se retira de la granja caminando de vuelta hacía el pueblo saludando levemente a las personas con una sonrisa hasta encontrarse con una chica que le hacía muchas señas mientras administraba un puesto de frutas.

– ¡Niniel!, ¿Quieres unas manzanas?, solo me quedan dos y no quiero que se desperdicien.

– ¡Por supuesto!.

Cuando Niniel se acerca a tomarlas la chica se inclina hacia ella murmurando con mucha emoción sin soltar las manzanas.

– ¿Sabes?, dicen que un hombre muy apuesto te está buscando.

– ¿Que?, ¿Quien?.

Niniel la mira sorprendida retirando las manzanas de su mano y le da una mordida a una de ellas, la chica ríe disfrutando de la información.

– No tengo idea, no lo había visto por aquí, ¡AH!, ¡ahí está!.

– ¡Niniel!.

Justo cuando la chica señalo detrás de ella, escucho aquella familiar voz que la hizo voltear de golpe, aunque estaba con ropa informal, sabía bien que era.

– Lu- digo, ¿Coronel Lutrein?.

Dudo por un momento tratando de pensar como lo debería saludar, Luck rio por su torpeza llegando a detenerse a su lado.

– Por favor, no seas cortes conmigo, puedes llamarme Luck si lo deseas.

– Luego de saber bien quien eras es muy difícil hacerlo.

– Solo es un título, soy un hombre común como los demás.

– Espera, ¿Es el líder de la guardia real?.

– Nop, Gracias Viví, eres un sol, nos vemos después, saludame a tu mamá.

Niniel tomó la mano de Luck y comenzó a correr lejos del lugar mientras el se deja llevar por su impulsó.

– ¿Que haces?.

– No puedes decir que eres parte del palacio, familia real o lo que sea, en estos momentos todos odian a cualquiera que venga de ahí.

– ¿Y si se enteran?.

– Saludas en primera persona a tus ancestros.

Luck se encoge un poco sorprendido sin dejar de correr sosteniendo la mano de Niniel, después de pasar cuatro calles, se detuvieron soltando sus manos cerca de una plaza para tomar aire.

– Que buena resistencia tienes.

– ¿Porque me estabas buscando? y además vestido asi.

– ¿Tan mal me veo?.

– En bocas de todos, eres apuesto.

– ¿Y en el tuyo?.

Ella se encoge de hombros con una sonrisa ruborizada evitando responder, camina hacia una fuente en medio del lugar a sentarse en la orilla. Luck la sigue sonriendo ampliamente también.

– Si que eres difícil de encontrar Niniel.

– Bueno, hay mucho que hacer por el reino.

Niniel observa a otro lado y cuando Luck le sigue la mirada se encuentra con muchas personas trabajando con una semblante cansado, llenos de preocupación y hasta algunos llorando sentados en la puerta de sus casas sin alguna señal de consuelo.

– ¿Que es... esto?.

– Dicen que echaron a varias sirvientas porque no les agradaban a Lady Miriel y los productos de todo tipo escasean tanto que no existe oportunidad de que encuentren un nuevo trabajo o sobrevivir la próxima semana.

– No había escuchado bien sobre eso, no suelo estar mucho tiempo en el palacio o en el pueblo.

– ¿Entonces dónde?.

– Donde deba estar, puede ser en mi cuartel, la zona de entrenamiento, otras zonas del reino... Nuestras bases están en una posición media entre el palacio y el pueblo además de que al ser el líder me mantengo mayormente en una oficina recibiendo constantemente información sobre lo que sucede en ambos lugares pero nada de lo que es leído es comparable ha... verlo con mis propios ojos... Es tan desagradable, se supone que tengo que proteger a mi gente.

– No es tu culpa Luck, no es culpa de nadie.

– Es la culpa del principe.

Dice Luck con irá apretando con fuerza sus puños en un mar de impotencia, Niniel se sorprende sin retirar su vista de el.

– ¿Que quieres decir?

– El en vez de preocuparse por ustedes, solo está pensando en si mismo, al punto de que incluso nosotros estamos siendo amenazados por el en el palacio... nos encontramos entre su espada y una pared.

– La... primera vez que lo ví me dió una mala impresión pero no pensé que el pudiera ser una mala persona, solo muy explosivo.

– No lo conozco muy bien pero hasta ahora solo puedo decir que es alguien terrible.

– ¿No hay algo que nos pueda ayudar?.

Murmuró para ella misma mirando al suelo con tristeza por todo lo que estaba ocurriendo y Luck le dió una mirada tierna regalando una leve sonrisa.

– La hay.

Ella movió un poco sus pies y decidió alzar la mirada centrándose en sus ojos.

– ¿Cuál?.

Luck se arrodilla frente a ella tocando su corazón con la palma de su mano manteniendo los ojos cerrados, se deja llevar por la brisa pronunciando con una firme y suave voz.

– La razón por la que he venido por ti, por favor Niniel, te lo ruego, conviértete en nuestra amada reina.

Los ojos de Niniel se abrieron de par en par llenando sus mejillas de un fuerte rojo carmesí, paralizada y helada por su repentina petición. Aunque ya se lo habían pedido, la forma en como lo hizo Luck invadió su cuerpo y acaricio su alma.

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Comments

Miriel Dorada

Miriel Dorada

Es terrible siempre que obligas a alguien a hacer lo que no quiere y cuando los restringen tanto que no pueden hacer la mínima cosa, siempre tiene consecuencias problemáticas.

2022-07-17

2

🍒CHELI🍒

🍒CHELI🍒

El principe parece ser un idiota que solo le gusta vivir de apariencias y por lo que se ve la prometida es igual de intensa 🙄🙄🙄

2022-06-18

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