En la primera foto no había ni un solo buen ángulo, Edén estaba casi seguro de que, de haber estado presente, tampoco habría una buena forma de ver las cosas.
Ese era un beso destructivo, no había ternura ni cuidado de ninguna de las partes involucradas, sino simplemente hambre y odio, ese odio visceral que nacía cuando el amor no era suficiente para contener todo el huracán de sentimientos nacidos de la pasión, el cuidado y la misma juventud.
Lo sabía porque él mismo había odiado así a Adal en su juventud, una locura visceral que no podía ser contenida en sus cuerpos, para la cual los simples te quiero y te amo se quedaban cortos.
Y cuando sentían que todo era simplemente demasiado, cuando hacer el amor de forma dulce se volvía demasiado poco y ser agresivos no bastaba, pasaban a una forma que no era demasiado diferente a golpear, con moratones y labios rotos y huesos que dolían como si fueran a quebrarse con el más simple roce.
La segunda foto era el momento exacto en que se habían separado, solo un segundo antes de que ambos voltearan a ver a su público inesperado. Tampoco había un buen ángulo en esa, pero sin lugar a duda dañaba menos la sensibilidad de las masas.
Ambos se miraban a los ojos, los lentes de Sasha se habían deslizado pasando el puente de su nariz hasta la punta de esta, el aliento parecía haberse atascado en su garganta, mirando a Neus como quien sostiene el mundo en sus manos mientras el muchacho miraba con ojos entrecerrados y sorprendidos, un mar de fuego agitándose en su espalda.
La saliva y la sangre les escurría por la boca como veneno, las mejillas rojas y ropas fuera de su lugar, la imaginación de las personas era muy activa y este estaba siendo el mejor chisme en el último cuarto de siglo, opacando (al menos de momento) todo el escándalo sobre la paternidad dudosa de Sasha.
Edén había estado viendo las mismas dos fotos durante la última semana y ya sentía que las tenía pegadas a los parpados, Sasha, por su parte, parecía calmado.
Edén sintió que podría golpear al chico en la boca si eso no le acarreara problemas con Adal.
No valía la pena.
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Liza, así como todo el mundo, había visto esa dos fotos que parecían estar incluso en la sopa.
Había llorado durante dos días después de eso y para el tercero se limpió el rostro y marcho al despacho de su padre para escribir juntos una carta para los Sallow, pidiendo una explicación.
La carta había sido devuelta ese mismo día con solo unas pocas palabras garabateadas al reverso como respuesta: Guarden silencio y esperen, nos reuniremos.
Su padre volteo el escritorio en un arranque de ira.
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El día de la reunión, Liza bajo tarde. Normalmente estaría atendiendo a sus futuros suegros desde el inicio, pero con las cosas como estaban, no estaba segura de cual debería de ser el camino por tomar.
Sentados a la mesa estaba sus propios padres acompañados por Byrma y Adal.
Y Edén Astorga…
La columna de Liza tembló ante la visión del hombre que se sentaba a la derecha de Adal, sonriendo sin hacerlo realmente.
Edén era el patriarca de los Astorga, cabello oscuros y ojos aún más oscuros acompañados de una piel mortalmente pálida, casi enfermiza.
Y el olor de la muerte y la sangre pegadas a su cuerpo.
Liza se obligó a sí misma a sentarse junto a su padre y fue entonces cuando finalmente lo vio; a diferencia de otros reuniones, Sasha no se sentaba en la mesa junto al resto, sino que permaneció sentado en una silla apartada justo contra la pared, jugueteando con lo que parecía una foto en sus manos, ni siquiera prestaba atención al resto, aun si lo que se discutía en la mesa no era nada más y nada menos que su traición.
Se sentaba con la misma postura elegante y bien cuidada de siempre, pero Liza no sabía porque, había algo muy diferente en él esta vez, tal vez se debiera a las arrugas en su ropa o a la forma desordenada de su cabello.
O la constante más extraña sobre cómo las comisuras de sus labios seguían alzándose aun cuando él parecía querer evitarlo a toda costa. Siempre mirando la fotografía en su mano…
Jacob, con un estruendo, se puso de pie, golpeando las palmas sobre la mesa, los ojos de Edén se estrecharon, Adal bebió el té que les habían servido con una mueca de desagrado y Byrma golpeteo la mesa con la punta de la uña, acercando más los papeles que había ofrecido antes.
Liza miro a su madre en busca de una explicación, pero la mujer lucia muy pálida y perdida con los labios muy apretados, los ojos muy abiertos mientras negaba lentamente con la cabeza.
Una vez más, pudo ver como la sonrisa de Sasha divida su rostro, un cuchillo escondido entre toda la ternura y adoración nadaba en sus ojos.
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* Edén es el padre del primer hijo de Adal\, el cual murió antes de nacer.
*Byrma tiene los ojos verdes y Adal (creo que no se a mencionado antes) azules, los ojos de Sasha son negros igual que los de Edén, uno de los principales motivos de que su paternidad se ponga en duda.
*** Edén y Adal\, en realidad\, están emparejados entre si\, esto es algo que se tocara en capítulos mas adelante.
***Durante todo este capitulo\, Neus estuvo vomitando\, Mathis lo cuida y junto a Ludmila se están volviendo amigos lentamente (a Sasha esto lo pone inquieto).
--Si, todo un capitulo sin diálogos, lo siento (?).
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