Por otro lado: Una niña

...Al otro lado. Una niña no muy diferente a Paul....

Alguna vez te has preguntado, ¿Qué pasaría si los niños ven películas de terror? ¿Qué pasaría si se le añade una pizca de realismo?.

Ningún niño -explica el especialista- está apto o capacitado para ver cosas fuera de su madurez emocional, la psiquis de los menores aún es inmadura. Todo lo que su mente no pueda entender, no lo debe ver, y es que hay imágenes que la mente de los niños aún no puede digerir.

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/de7en7/1/los-ninos-no-deben-ver-peliculas-de-terror

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A esta pequeña niñita, de tan solo 5 años, aún no la llamaremos por su nombre, por ahora este queda en anonimato.

Era una pequeña cuya vida cambió de forma drástica al toparse con el mismo miedo. Por alguna razón, sus padres eran afiliados a los films de terror, podrían haber batido un récord Guiness por ello.

Por alguna otra razón, la mentalidad de esta niña no se limitó a los juegos ni mucho menos a peppa pig.

Empezó a construir su propia filosofía. Era de aquellas personas que gustaban de tener la razón de todo, que odiaba escuchar otras opiniones, que construía su propia inteligencia.

Aunque claramente, se podría confundir por aprendizaje autodidacta, esto solo era ignorancia. —¡Pero vamos!. ¡Estamos hablando de una chicuela de 5 años!.

Un día, mientras aquella niña volvía de coser ropa para sus muñecas, la madre se encontraba con el ceño un tanto fruncido.

—Bah! Esa peli, no da ni nervios, no entiendo porque de niña me asustaba tanto —dijo con disgusto mientras echaba al bote de basura un DVD.

—¿Puedo ver de qué va esa peli?

Preguntó la niña. Su madre no estaba de acuerdo en ello, sabía que tal película no era lo suficientemente aterradora para alguien con cierto conocimiento mundano, pero tampoco apta para un público infantil.

—Cuando crezcas.

—Entonces acompáñame a verla _

—suplicó.

—No tengo tiempo...

—¡Vamos!, Estoy segura de que tiempo te sobra, solo estás yendo a buscar otro DVD.

La madre resopló.

—Bueno.

Volvió a tomar el DVD de entre los desechos plásticos y mal organizados. Se fué a la cocina a preparar algunos sandwiches de jamón, sirvió Coca-Cola en dos vasos descartables; para que luego ambas se sentasen al frente del televisor.

Al principio, la madre se sentía un poco nerviosa por cómo iba a reaccionar su hija, pero decidió que no tenía por qué hacerlo, ya que ella estaba allí; podía consolarla, y lo que es más, podía darle el ejemplo de no asustarse.

Conforme la película iba avanzando, la madre ganaba cada vez más confianza, siendo así que:

"No puedo asustarme frente a ella, si lo hago, me imitará"

Con este pensamiento, el tiempo pasó demasiado lento, la niña no dió señales de temor o ansiedad en ningún momento, por lo que su progenitora concluyó que todo estaría bien.

—¿Mama?

—¿Qué pasa?

—¿Por qué no te asustaste en ningún momento?

Ella le sonrió.

—Es que yo ya he visto demasiadas como esas. —respondió.

—Ah ya.

—Ya oscureció, ve a dormir.

—No quiero, —protestó la pequeña— ¿me prestas la tablet?.

—No, debes ir, ya es tarde.

—¡No quiero!

—¡AHORA! —espetó.

E inmediatamente se fue a su habitación.

Durante la noche, la niña como siempre, basándose en sus propias costumbres, se puso el pijama, pero esta vez no quiso dormir con su muñeca preferida _fue por el film_ se arropó con las frazadas: Acomodó el edredón de forma que este le cubriese toda la cabeza, y al fin pudo dormir por la hora siguiente.

—¿Qué hago para poder dormir?, No entiendo cómo mamá no tuvo miedo.

"He visto varias y peores que esas, no le tengo miedo nada"

—Mamá vió varias de esas, y ahora no le tiene miedo a nada.

Otro día.

—¡Por qué te llevaste todas mis películas!

—Eh... Ah sí, esta, la del muñeco diabólico, está interesante.

—¿Qué?, Pero, ¿no te da miedo?, a un adulto quizá no, en cambio, a un niño...

—No me asusta, me encanta, además es por mi bien.

—Ah...

—Si veo más de estas, no le tendré miedo a nada, ¡creceré sin temores!.

—Oh, —"pero qué estoy escuchando".

—¿Puedes comprar más para mí?.

—¡No!, Ya devuélveme las.

—Mami, ¡por favor!.

_¡QUÉ NO! —cuando la madre decía que no, era un no definitivo.

Escuchando esto, la pequeña se fue corriendo, casi llorando.

—¡Eres mala! —estando ya a diez metros de su madre, le sacó la lengua, y echó a correr aún más rápido.

El panorama se repitió durante un buen tiempo, entre gritos y adulaciones por parte de la hija, la madre fue perdiendo firmeza frente al tema. No solo le permitió seguir viendo terror, sino que fue aceptando la explicación de su bástaga.

—¿May, estás segura de que está bien?.

—¿Que no ves?, le entretiene. Nuestra hija será una mujer valiente

El la miró con incredulidad, mas no objetó absolutamente nada.

La pequeña, yacía sentada en el sofá, con la vista puesta en el televisor. _"sé que mis padres están allí, no puedo verme asustada" _Escenas obsenas y perturbadoras se reflejaron en sus pupilas, no mostraba ninguna expresión.

—Dejémosla, tenemos trabajo que hacer.

Tan pronto como el padre y la madre salieron del cuarto, la niña fue inmediatamente a cerrar la puerta. De forma instintiva talvez, apagó el televisor, se subió al sofá que era lo más cerca de ella, y con una cobija se envolvió.

En el interior de este, esas espeluznantes Imágenes, no paraban de repetirse en su mente. No podía dormir, no podía levantarse, porque el fantasma del barco la estaría esperando, tampoco podía dejar de pensar en él.

Los pensamientos no la dejarían en paz, lo único que pudo hacer es llorar.

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