Como el título lo indica, se debe destacar antes de proseguir, la importancia de este concepto, ¿qué es la insatisfacción?:
*La insatisfacción es un sentimiento interior que experimenta una persona cuando siente que una realidad determinada no cumple sus expectativas. La insatisfacción muestra un nivel de desencanto personal\, producido por la frustración de que no haya cumplido un deseo determinado*.
Aclarado el termino, podemos continuar señalando que no se busca desvalorar o darle beneficios a una figura en particular.
Lo que conocemos como “realidad", trabaja según patrones socioculturales, implantados de generación en generación, por ende, somos reflejo de los mismos, tal cual a un espejo. Que, en su mayoría, la sociedad se mueve a favor de una frecuencia masculina, comprendiendo con esto, el porque resalto una fortaleza femenina.
Más no quiere decir, que todo sea a su favor, como podemos observar, el universo es un Ying y Yang.
Una energía masculina y otra femenina, así como cada uno de ustedes queridos lectores, sea cual sea su género, están conformados por ambas.
Para explicarles mejor, la energía masculina es aquel pensamiento lógico, sin lugar a dudas, un resultado lineal, que no puede tener fallas ni mucho menos complicaciones. No se permite así mismo, el sentimentalismo, al este poder representar un obstáculo para la fluidez del proyecto, decisión o negocio.
Como sucede en el caso de la energía femenina, donde las emociones predominan y el pensamiento lógico, de buenas a primeras es interrumpido o alentado a fallar por la impulsividad.
Poco después, que estas emociones bajan su vibración, la mujer se da el gusto de poseer un pensamiento lógico. Situación que normalmente, perturba al masculino, inutilizándolo o su instinto (comúnmente el agresivo), dominarle casi por completo. Claro está, existen diferentes casos y no necesariamente iguales, hago mención de la mayoría.
- Ejemplo perfecto de esto, al hablar de nuestro personaje principal, es:
● Alexandra: Básicamente, podemos deducir hasta ahora que su energía masculina, busca el predominar, al no interesarse por las emociones o posibles sentimientos a relucir con el tiempo. Sólo busca un beneficio o placer, ya sea, por las diferentes experiencias que la vida le permitió, para fortalecer una posible debilidad, ante un futuro lejano.
Ustedes se preguntarán, ¿puede señalarse como positivo, tales experiencias?, ¿enfocándonos desde su niñez?
- La respuesta a esas preguntas, es un si, les explico:
Cada persona que llega a tu vida, no es por coincidencia, ni mucho menos piense, que esta ahí por estarlo y cuando quiera, pasa la página. Todo tiene un “porque” y cada una es reflejo de “tu propio ser", muchas veces no se percatan de estos detalles, al estar inmersos en el victimismo.
Lo gracioso, es que muchos responderán “cuando quiero y como quiera, me limito a un grupo de personas o persona, y al resto lo alejo”. Si, probablemente todos llevemos a cabo esa película, pero a la final, destaca lo mismo.
Permitiste la entrada de esas personas a tu vida, ¿por qué?
- En determinado momento, te identificaste con estos e igual está sucediendo con tu entorno actual.
- Por lo que, te atreviste a criticar y viceversa, siendo al final, similares de manera consciente o inconsciente.
Lo mismo ocurre con las experiencias del día a día, cada paso, cada avance al crecimiento, implica alcanzar una meta.
Donde se presentan multitud de obstáculos, que a veces pueden llegar a ser irracionales, pero cuando respiras, te centras en tu paz y quieres definir el aprendizaje, para otorgarte beneficios.
Sonríes para ti y dices:
- Gracias a él o ella, soy mejor persona, gracias a esa vivencia con él o ella, puedo decir, soy esta versión de la cual estoy orgullosa y ante muchos, no tiene comparación.
Y así sucesivamente con cada uno de nuestros personajes, según necesidades, deseos o nuevos cambios, que el corazón o espíritu les pida a gritos. Llegando a ser, injustos o hasta indiferentes por el dolor ajeno, importando sólo su felicidad.
En base a lo explicado y con una mejor perspectiva de la realidad, continuemos donde nos quedamos, con nuestros personajes:
Día Viernes, cierre de la compra
- Constantino: Despierta, se hace tarde mi amor.
- Kenia: ¿Que sucede?, déjame descansar, no iré al trabajo hoy.
- Constantino: Quiero vengas conmigo, es un momento importante para mi.
- Kenia: Sabes que no quiero vivir esa situación, me hará falta el negocio.
- Constantino: Ambos nos sentimos igual, por ello no hagas algo, de lo que luego te arrepentirás.
- Kenia: Dame tiempo para despertar.
- Constantino: Ok, preparare el desayuno.
Como ya lo saben y esta de más mencionarlo, nuestra femenina no se arrepentirá de asistir al cierre de contrato, al contrario, quien sabe que tipo de emociones le espera.
Ustedes sabrán lo que es la intuición, ¿cierto?
Pues, tal cual, nuestra protagonista esta sintiéndola en esos minutos, bajo las sábanas, al su corazón gritar entre nervios, “corre y vive lo que te espera”, mientras su mente, más calmada, le dice “no hay nada que no puedas controlar, respira".
Habilidad, don o poder, como se le desee llamar, que junto a otros mas, daremos a relucir a medida avance la historia.
Incluyendo a nuestra Alexandra, que olvidó dar detalles de una particularidad que la acompaña desde su niñez, hasta la actualidad, para no ser vista más irracional o sin lógica alguna, de lo que ya puede aparentar.
Regresando a lo anterior:
La ingenuidad de nuestra Kenia, confundía este presentimiento con el apego o posesión sobre un capital, veamos que ocurre:
- Constantino: ¿Te gustó el desayuno?
- Kenia: Si.
- Constantino: ¿Qué te ocurre?, desde que te levantaste, estas desanimada.
- Kenia: Aquí pensando, ¿estas seguro de vender el local?
- Constantino: Lo estoy, tengo motivación para empezar algo nuevo.
- Kenia: Ok.
- Constantino: Tu necesitas también de ello, iniciar algo nuevo o diferente, en corto tiempo, si todo sale bien, hacemos cambios por tu lado.
- Kenia: Algo nuevo… - suspira.
- Constantino: Exacto, tranquila, que poco a poco saldremos de esta rutina, en la cual estamos inmersos y ha afectado nuestra relación.
- Kenia: Puede ser eso... – lo duda.
- Constantino: Lo es, no hay razón alguna que nos separe.
- Kenia: Esa clienta, ¿seguro vendrá?
- Constantino: Así sea para molestarme, lo hará, es cuestión de comprobar su capital.
- Kenia: Me comentaste, ¿que la conoces por ser uno de tus mejores clientes?
- Constantino: Compra volúmenes altos de su medicamento, por ello puedo creerle y he escuchado diferentes cosas de ella.
- Kenia: ¿?
- Constantino: Toma decisiones impulsivas sin lógica alguna, cuestión que me puede beneficiar.
- Kenia: Entiendo.
- Constantino: Lo más gracioso, ha tenido mala suerte en el amor, la conoces y no entiendes como una mujer tan bella, esta sola.
- Kenia: Que directo, ¿te gusta?
- Constantino: Para nada, tu tienes más oportunidad de conquistarla.
- Kenia: ¿?
- Constantino: Gusta de mujeres, por ende, es un hombre más del grupo.
- Kenia: Tan abierta es… - se sorprende.
- Constantino: Desde su juventud, nada o nadie la ha detenido en ello, es irracional, ¿no?
- Kenia: ¿Quién te ha contado eso?
- Constantino: Es un rumor que corre de boca en boca, después de cada quien conocerle, mi persona como tal, no lo sabe de ella.
- Kenia: Es difícil tomar una decisión como esa, tan a la ligera.
- Constantino: Te veo muy pensativa, ¿sorprendida?
- Kenia: Cuando alguien quiere ser feliz.
- Constantino: No entiendo a que te refieres… - se muestra extrañado, por la reacción.
- Kenia: Nada, ya podemos irnos.
- Constantino: Ok.
De aquella pequeña conversación, lo que más destaca es la frase “algo nuevo", palabras que claramente transmitían ese anhelo de experimentar lo que hace poco sintió, diferente al cotidiano en el supermercado.
El ser humano nunca esta satisfecho, tenga lo que tenga, alcance lo que alcance, a medida que las metas se logran, la que le sigue es más grande.
Millones llegan a un punto, que ya no son felices, así se les otorgue todo. No comprenden que la importancia y valor de cada cosa o día a día, esta en si mismos.
Negocio
- Kenia: No ha llegado la interesada.
- Constantino: A las 9:00 AM, es la cita pautada, tenemos una hora para despedirnos.
- Kenia: Inteligente de tu parte, el engañarme con el horario.
- Constantino: No diría eso, sólo quise recordar el pasado y nuestra grata experiencia en el local, cuando lo inicie.
- Kenia: ¿Qué me estás diciendo con eso?
- Constantino: Tu lo sabes... – toma la mano de su mujer.
Sin mucho que pensar y poca resistencia de su pareja, ambas figuras apoyadas en paredes se podían observar, jugando al gato y al ratón, atrapándose mutuamente, inclinados e impulsados con uno que otro estante.
El paisaje paso a ser de pulcro y organizado, a un cuarto con variedad de obstáculos en el suelo, lleno de carcajadas, delicados besos, miradas juguetonas y abrazos cálidos. Se podría decir que el ambiente perfecto, para relajarse después de tanto estrés.
Pero como nada dura para siempre y el tiempo corre, no se habían percatado del transcurrir de esa hora determinante.
Siendo un breve espectáculo, muy motivador para Alexandra, quien los observaba desde las puertas abiertas, interrumpiendo el jugar emotivo de esos niños.
- Alexandra: Disculpen, veo están ocupados, ¿vuelvo más tarde?
- Constantino: ¡Oh, Alexandra!
- Kenia: ¡¿?!
Seguida de esta corta interacción, aquel caballero es empujado por la femenina en sus brazos, a causa del reflejo inminente que no se hizo esperar. Dejando desorientada a la víctima y generando una leve sonrisa en la futura dueña del lugar, por las acciones agresivas a continuar:
- Constantino: ¡¿?!
- Kenia: ¡La farmacia esta cerrada, a caso no lee el cartel, discutía unas cosas con mi socio, retírese!
- Alexandra: ¿?
- Constantino: Mi amor… - estaba sorprendido.
- Kenia: ¡Te he dicho que respetes mi espacio, espero no vuelva a pasar!
- Alexandra: … - guarda silencio, disfrutando.
- Constantino: Cálmate, déjame hablar.
- Kenia: ¿Qué sucede?, usted, ¡vuelva más tarde!
- Constantino: … - suspira.
- Alexandra: ¡Chica cálmese, yo soy la compradora de la cual le hablo su esposo!
- Kenia: ¿Qué tu que…? – calla sorprendida.
- Constantino: Lo que te dice, ella es la futura dueña de esta farmacia, o lo era… - se entristece.
- Alexandra: No te preocupes, me retiro.
- Constantino: El que se retira soy yo, por favor atiéndela, estoy agotado y necesito descansar.
- Kenia: … - no refuta.
- Alexandra: Perfecto, imagino ella sabrá organizar todo esto.
- Constantino: Si le place, sino sólo cierren, ahí están las llaves.
- Kenia: Pero… - busca detener a su pareja.
- Constantino: No quiero hablar contigo, nos vemos en la casa más tarde.
- Kenia: Constantino… - se entristece.
- Alexandra: Kenia, por favor organicemos y lo alcanzas, tiene cosas que hacer.
- Kenia: Esta bien.
- Constantino: Que obvia eres, ahora resulta sabe tu nombre.
- Kenia: ¿?
- Constantino: Espero algo de consciencia de tu parte… - observa a su amiga.
- Alexandra: No es a mi, a quien debes decirle eso.
- Kenia: Disculpa.
- Constantino: Eres la opción más sensata que me queda, hasta luego.
- Alexandra: Descansa.
Cerrando de esta manera, un breve capítulo que nos motiva a indagar sobre resultados ha acontecer en la soledad de estas dos mujeres. Una joven adulta que no sabe lo que quiere o sólo busca salir de lo cotidiano. Y otra joven, que decidirá entre el bienestar ajeno o la satisfacción personal.
¿Será esta femenina, aquella herramienta a usar para marcar sus manos o sello de propiedad?
O mejor aún, aquella ilusa mujer estará dispuesta a darlo todo, incluyendo su libertad e independencia, ¿para estar al lado de una figura, que acelera su corazón?
Y que tal vez, no obtenga nada de lo que desea, sino ser un pasatiempo.
Puntos que aun sonando descarados o crueles, son el día a día de nuestra realidad.
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