Ojala pudiera hablar con Eduardo. Quisiera que sepa que yo no escribí esos mensajes. Tengo que salvarlo de alguna manera mi amor que miedo me da que vengas.
Tomas me dejó encerrada en el cuarto y estuvo planeando como obtener su dinero sin fallas, escuche que hay otro hombre ahí con él. Me imagino es otra rata como él.
Son casi las 7 de la noche, tengo mucho miedo de lo que estos dos malditos tengan pensado hacerle a mi novio.
Escucho que suben por las escaleras. Me tiemblan las piernas del miedo. Tengo que ser fuerte, si quiero salvar a Eduardo debo actuar de forma inteligente.
Tomás entró por la puerta muy despacio.
-¡oh!, estas despierta princesa. Venia a ver si querías algo de comer. Tu casi esposo llegará en más o menos media hora. Sigo chateando con él, esta convencido que eres tú.
Respiré profundo y dije con calma.
-Que buena noticia. Sabes he razonado sobre nuestra relación y pues tienes razón, tu y yo debemos estar juntos. Yo sufrí mucho cuando me dejaste pero la vida nos esta dando una oportunidad para estar juntos otra vez. Le sonreí dulce.
Abrió sus ojos como platos por la sorpresa.
-Que alegría princesa. Ya decía yo que pronto reaccionarias.
Me tomó por la cintura suave. Y me dio un pico.
- Ya tendremos tiempo para estar juntos princesa.
Sentí asco de estar en sus brazos y peor de sentir sus labios. Tengo que ser fuerte.
-Aunque tu te adelantaste, le dije con una sonrisa falsa. Recordé esa horrible escena. MALDITO pensé.
-¡Princesa tranquila!, no paso nada. Te deseo mucho pero si vamos a estar juntos quiero que sea los dos consientes.
-¿De verdad?, dije con mas calma.
Si princesa pero de hoy no pasa. Tenemos que celebrar después de recibir todo ese dinero.
¡Que alivio! Gracias a Dios que me cuido de este idiota. Con más ganas ahora voy a salvar a Eduardo. Aunque el dolor en mi vientre aun sigue constante, seguramente es por la menstruación que debe estar por venir.
-Entonces Tomy ¿cual es el plan? Dije más animada.
-Vamos princesa te explicaré todo abajo en la sala.
Su plan era tan idiota como el en realidad. Por supuesto yo soy el anzuelo. Ese otro idiota es quién esta destinado a disparar a mi novio. Lo oigo decir cada estúpida palabra que sale de su asquerosa boca y quisiera acabarlo con mis propias manos.
Tranquila, respira. Me dije a mi misma.
-Bien princesa hora de trabajar dijo Tomás serio.
-¡Hola!, dije algo nerviosa.
-¿KIARA?, dijo sorprendido es que acaso el no esperaba que yo contesté. Debe ser mi impresión, seguro ahora piensa que soy la peor mujer.
¡Respira, respira!. Tome mucho aire. Tengo que seguir el plan.
-¡Si, soy yo!
-¿Estas bien? Chiquita. Quede sorprendida sin palabras. Acaso el aun confía en mi. ¡Dios que confusión.
-¿Qué pasa kiara? Dijo resoplando de Ira Tomás. ¿Qué te dijo? Pon el altavoz. Me ordeno.
Tomas me quitó el teléfono.
-Sr. Astudillo, que gusto escucharlo. ¿Qué desea con mi mujer? Estamos juntos por si le queda alguna duda.
-Lo sé Sr. Alcanzar. Yo solo quiero hablar con Kiara. Quiero que me diga en la cara que me deja por usted. Claro sin peleas.
-¡Muy bien!, tiene usted mi autorización para entrar en mi casa. Siempre y cuando tenga el dinero. Qué no es para mi por supuesto todo es para mi princesa. Seria lo menos que usted podría hacer por ella.
-¡SI!, por supuesto el dinero no es problema.
Las luces de un vehículo se veían por la ventana de la sala. Parece que es una moto.
-¡LLEGUE!
Tomás colgó el teléfono.
-¿Estas listo Omar? Grito.
-¡Si jefecito!, respondió Omar desde la cocina.
-OK a mi señal. Princesa será mejor que colabores. Deja los nervios dijo extraño.
-Estoy lista dije tranquila.
Tomás abrió la puerta rápidamente.
Mi guapo novio apareció por la puerta con cara de pocos amigos. Esta vestido de manera casual unos Jean color azul oscuro y una chaqueta gruesa color negro. En su mano derecha una mochila.
-Sr. Astudillo que gusto volver a verlo. Dijo Tomás sarcástico. Pasé es usted bien venido.
-No puedo decir lo mismo debido a las circunstancias dijo Eduardo muy serio.
Me miró de pies a cabeza, seguro le doy lastima, estoy totalmente demacrada. Mi corazón se aceleró. Quisiera advertirle ahora mismo todo. Dios mío ayúdame a no perder la compostura, al menos aun no.
-Kiara, podemos hablar a solas preguntó Eduardo.
Respiré profundo.
-Me gustaría dije con vos suave.
-Lamento que no pueda ser así dijo Tomás. Esta conversación es de los tres.
-Sr. Alcanzar no será por mucho tiempo, es solo un pequeño mensaje departe de Rebeca para su hija. Creó debería tener un poco de respeto al menos por ella señor. Aquí tengo el dinero que me solicitaste también.
Todo se puso muy tenso. Tengo que hacer algo para que Eduardo no salga herido.
Me acerque hasta Eduardo. Y tomé el dinero.
-Gracias, lo necesitaba urgente dije muy seria. Se lo lancé a Tomás rápidamente. Puedes verificar el dinero.
Tomás quedo sorprendido por mi actuar. Pero como era de esperar quedo contento al abrir la mochila llena de dinero. No reconozco al nuevo Tomás lo que sé es que es un hombre sin escrúpulos.
-¡Vete!, le dije casi susurrando. ¡rápido!
Tomás volvió en si. -¿Pasa algo?.
-Absolutamente nada. Señor Astudillo gracias por su visita, y por el dinero por favor dígale a mamá que estoy bien. Camine hacia Tomás. Y le tomé la mano. Como puede ver ahora estoy con Tomás. ¡váyase por favor!
-Tomás me hizo a un lado y se puso frente a Eduardo. Claro que no, ya que vino hasta aquí al menos podría tomar una taza de café.
¡Hay no!, esa es la señal. Vi a Omar salir muy rápido de la cocina apuntando directo al corazón de mi amado Eduardo.
¡No puedo permitirlo!.
Todo fue muy rápido. Golpee a Tomás con un jarrón lo más fuerte que pude en la cabeza. Y salte frente a Eduardo. Lo abrace lo más fuerte que pude. ¡bum! Sonó el disparo.
-¡Kiara, No! Grito Eduardo.
Caímos al suelo. Eduardo como mi colchón y yo encima de él.
Pronto entraron muchos hombres vestidos de negro y armados.
-Arriba las manos. Deténgase grito un hombre muy alto. Atraparon a Omar.
Tomás también fue capturado. Estaba sangrando en la cabeza al menos algo hice.
-Kiara, cariño resiste por favor. Debió ser la adrenalina recorrer por mi cuerpo que no me di cuenta del disparo.
-Mi amor, Eduardo ¿Estas bien?. Tosí fuerte y sentí un dolor ardiente erca del hombro al lado izquierdo. Me queje.
-Estoy bien chiquita, no te preocupes por mí. Voy a presionar la herida Kiara por favor tienes que soportar el dolor.
Rompió mi camiseta. Presiono fuerte con su mano derecha el costado izquierdo entre mi pecho y cerca del hombro.
-¡AY! Grite del dolor.
-Llamen una ambulancia por favor. Grito Eduardo.
-Ya están por llegar señor. Dijo aquel hombre alto que vi antes.
-¿Y la policía, ya esta aquí?
-Si, señor. Los dos hombres están siendo llevados al departamento de policía
-Ve con ellos por favor, encárgate de que los encierren. Apenas pueda iré.
-¡Si, señor!
-Eduardo yo lo siento. Te juró que no planee esto, yo me siento muy culpable.
El dolor es horrible , jamás he sentido algo igual. Estoy muy débil estos días no he comido bien.
-Tranquila Chiquita. No te preocupes por nada ahora. Sus ojos están rojos de ira. Seguro piensa que lo traicione.
-Por favor perdóname Eduardo. Dije muy débil.
-Kiara resiste por favor, ya casi llega la ambulancia. Arrancó más tela de mi camiseta. Y volvió a presionar. La sangre se siente tibia por mi pecho.
-Tengo mucho sueño. Dije débil.
-Kiara, mí amor aguanta por favor suplicó Eduardo.
-Cerré los ojos. Estoy en un estado de trance. No puedo moverme.
-Señor permitamos encargarnos de la señorita. Era una voz desconocida.
Sentí cuando mi novio me soltó.
-Pronto suban a la chica en la camilla.
Me duele quería gritar.
-Vamos le daremos primeros auxilios.
Dios mío por favor sálvame.
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