5) La vergüenza.

-Vamos a caminar, dijo el héroe serio aún. 

Nos bajamos, el parque apenas tenía gente, estaba muy tranquilo y se veía enorme. Comenzamos a caminar en silencio. Me dolían los pies , eso me hizo recordar cuánto odiaba los tacones. 

-¡Sabes!, vengo mucho aquí cuando necesito pensar, estar solo. Se notaba  ya más calmado. 

-Me encanta la naturaleza, la paz que emana de este lugar. Disculpa por lo que voy a hacer, es que no soporto los tacones  me encanta sentir la hierba en los pies, sonreí y me saque los tacones. 

-Vaya, jamás había hecho eso. 

-¡De verdad!. Quítate los zapatos verás que se

siente increíble. Le dije muy contenta. 

-No como crees me dijo avergonzado. 

-¿Te da miedo?, vaya no creí que fueras tan cobarde le dije retandolo. 

-No me da miedo. Se sacó sus zapatos, se ve que ahora está más feliz y relajado. 

-Ves que es una gran experiencia, ¿qué dices si hacemos una carrera? lo rete. 

-¡Claro que no, porque vas a perder! Corrió muy rápido. 

-Oye eso es trampa.

Me engaño y salió corriendo. 

-¡Voy a ganar! Se lo ve muy contento. 

-Eso veremos. Me solté el cabello y corrí tan rápido que sentía que volaba. 

-Llegamos cerca de unas hermosas flores. Él se detuvo de pronto, y yo que iba tan a prisa no pude detenerme me tropecé.

Me tomó con fuerza pero la velocidad a la que iba, nos tiró al césped el cayó primero, ¡ y sí! yo caí justo encima de mi héroe.

Quedamos frente a frente, otra vez como aquella noche, solo que ahora estámos más cerca. Mi cuerpo encima de él, sus brazos en mi cintura, sus ojos y los míos se encontraron. Mi corazón late a mil por hora, puedo sentir el suyo igual.

La respiración se nos aceleró, qué sensación tan loca, nos acercamos un poco más, el huele tan rico. Estámos a punto de darnos un beso y no no se dio. Nuestros teléfonos sonaron.

 

Me levanté lo más rápido que pude. 

El también se levantó.

-¿Hola? Contesto su celular….

Yo hice lo mismo era mamá, salvada por mamá,

-hola mamá ¿cómo estás?. 

-Hija de mi vida, me tienes en ascuas, como te fue cariño, dijo mi madre muy emocionada.

-¡Bien!, mami tengo el puesto, ¡que alegría!.

Regresé a ver a mi héroe y estaba hablando muy concentrado. -Mamá no me vas a creer ¿te acuerdas de Eduardo?. 

-Si, quien olvidaría a un chico tan guapo dijo ella. 

-Pues él es el dueño de la empresa en la que voy a trabajar le dije en voz baja. 

-¡Que maravillosa sorpresa Kiara!, pero... si ya lo conocías, ¿Cómo no sabias tal cosa?.

-¡Eeee!... Mamá podemos hablar en la casa mi jefe está aquí.

Voltee, ya había terminado de hablar. - Nos vemos tarde ok, te amo mamá cuídate adiós. 

-¿Era tu madre?, que simpática es ella, ¿está preocupada?.

-¡No!, está contenta le conté que soy tu asistente.

- Sabes me pregunto cómo te conocí, no se lo vayas a decir nunca, por favor, le tomé las manos sin pensar y me acerque.

 

-Tranquila ya lo sé, pero con una condición dijo en un tono algo pícaro. 

-Le solté la mano y me eché a un lado. 

-¡Tranquila!, no es nada malo, solo quiero saber que hacías esa noche aquí, tan sola y llorando. 

-Subí la mirada. Que desgracia, porque me hacía recordar tan horrible situación.‎ Y aun así, el tiene algo que me inspira confianza.

-Eduardo sabes no quiero hablar de eso, no estoy lista, es que es tan doloroso para mi que prefiero olvidarlo a él.

-¿A él? Dijo con curiosidad. 

Me acordé de él, aun no lo he superado pues una lágrima logró salir. Luché tanto para contenerla. Me senté en una banca para ocultar mi tristeza. 

Él se sentó junto a mí, me secó las lágrimas y dijo: -Perdóname Kiara no quería hacerte llorar, olvídalo por favor. Para mi sorpresa me abrazo. 

-¡Vaya que patética soy!. 

-No digas eso, no te volveré a preguntar nada.

Lo abrace, con él me siento protegida, quisiera permanecer así y olvidarme de todo. 

-Nunca había conocido una chica tan loca como tu me dijo sonriendo. 

-¡Loca! Vaya gracias por el cumplido le dije y lo solté. 

-Tranquila, lo digo en sentido figurado. 

-¡Así!, ¿cómo es eso? Le pregunté. 

-Mira la verdad, yo no hago estas cosas, si salgo a caminar pero no con una chica, nunca. Menos con una tan linda no he tenido suerte.

Mucho menos haber abandonado una reunión de trabajo.

Hizo una pausa de silencio y después de un momento continuo.

-Mis padres murieron cuando tenía 21 años, apenas había terminado de estudiar y ya tuve que hacerme cargo de los negocios de papá, y de mi hermana menor, tengo un hermano mayor.

Quién estaba muy ocupado por supuesto, él ya tenía sus negocios su familia, él vivía en ese entonces en España, así que yo era el elegido para dirigir los negocios de papá.

Nunca más pude salir de viaje, tuve que dejar las fiestas y todo lo que los muchachos de mi edad hacían.

Y ahora te conozco a ti. Y estoy aquí en un parque sin zapatos, que locura. Siento tantas ganas de vivir muchas cosas que deje por trabajar todos estos años. 

Que hombre tan increíble pensé.

-Eduardo si antes te admiraba sin conocerte, ahora estoy tan impresionada y muy contenta de saber que no eres el típico hombre que sólo piensa en diversión y chicas. Tu te hiciste cargo de tu hermana ahora entiendo por qué me ayudaste. Eres el hombre ideal seguro que tu novia es la más feliz del mundo. 

Estábamos tan cerca el uno del otro. Hay por dios, pero qué me pasaba con este hombre. 

Sonrió. -No tengo novia.

Vaya era su esposa pensé y cambie mi cara.

-Perdón tu esposa dije más asombrada. 

-No tengo esposa. 

-No mientas, por favor le dije muy enojada. Me levanté y seguí caminando. 

-El me seguía riéndose. Podía escucharlo, eso me ponía histérica porqué negaba a su novia si yo la conocí en frente de él.

 

Me detuve cerca de una pareja, ellos estaban muy enamorados se podía ver que estaban locos de amor.

 “( y me acordé de Tomás, solíamos venir al parque, nos tomábamos de las manos, caminábamos hasta llegar a lo más alto, ahí no había nadie nos recostamos en la hierba y veíamos el cielo abrazados, en ocasiones el se quedaba dormido, yo lo abrazaba fuerte. Creí que todo ese amor iba a durar para siempre. Cuanto amor que creí él sentía por mi)” 

-En qué piensas, me susurro al oído. 

Me había olvidado de Eduardo, volví a enojarme con él, porque negaba a Carla, seguro que Tomás hacía lo mismo conmigo.

-Sabes creo que deberíamos volver al trabajo le dije sería. 

-¿Qué te pasa?, me preguntó preocupado. 

-¿Ves esa pareja?. 

-Si se ven muy enamorados, ¿verdad?. 

-Así se ve tu novia por ti le dije y me di la vuelta. 

Él reía. -No tengo novia, me volvió a decir.

Que desgracia empezó a llover.

Muy enojada le dije: -¿por qué le haces eso a Carla?, se ve que ella te quiere mucho. Sabes hace un mes he estado tan triste, llorando por hombres como tu que no valoran a las mujeres, que lo dan todo sin esperar más que amor.

Mi novio me dejó plantada en el altar por otra mujer y ese mismo día murió mi papá por culpa mía, le dio un infarto por verme tan desesperada. Me puse a llorar hasta perder la conciencia cuando desperté, papá estaba en un hospital a los pocos días murió. 

-Kiara que pena es horrible lo que te ha pasado, disculpa dijo desesperado. 

-A la que tienes que pedirle disculpas es a tu novia, le dije muy enojada.

-¡No!, a ti es que debo pedirle disculpas.  Recuerdas que  dije que tuve que cuidar de mi hermana, pues ¡Carla es mi hermana!, ella es muy celosa siempre hace lo mismo, dice que no quiere que tenga novia porque cree que me voy a olvidar de ella, es un poco dramática, ¿me disculpas? No quería hacerte llorar, se veía asustado. 

-¡Hay,  no!, que vergüenza contigo acabo de tratarte tan mal, disculpame por favor, yo creí que ella era tu novia, bueno ella lo dijo. ¡Que vergüenza!, estoy muy apenada. Disculpame por gritarte así.

-Oye, te digo un secreto dijo sonriendo. -Te ves bonita así con el cabello suelto, toda empapada te queda muy bonito ese vestido, no entiendo como él te pudo hacer eso, sencillamente es un tonto. 

Me dio mucha vergüenza y tristeza su comentario, que horror le había gritado toda mi vida y sin razón. 

-¡Vamos al auto!, no quiero que te enfermes por mi culpa. Me tomó de la mano. Caminamos a su

auto, no corrimos ya estábamos mojados.

Cuando llegamos él me abrió la puerta. 

-¡Pero te voy a arruinar el asiento!. 

-Tranquila, no importa además yo estoy igual, nos quedamos sentados en silencio mirando la lluvia.

Después de un tiempo, él se puso sus zapatos.

-Sabes no creo que podamos regresar al trabajo con esta ropa. Te puedo invitar a mi departamento. Abri lo ojos como platos. -No vayas a pensar nada malo ok. Solo quiero que comas algo y puedas secar tu ropa. Terminó la frase algo preocupado por mi reacción. 

La verdad si me daba mucha vergüenza pero creo que sería mucho peor si llegaba a la oficina así, y peor a mi casa, con gente tan chismosa y peor con lo de Tomás. 

-Si no es molestia para ti, creo que a mi no me molesta,  tampoco quiero que pienses que soy una persona abusiva o algo por el estilo dije preocupada ahora yo por su reacción.

-No digas eso, aunque apenas te conozco siento como si llevará años tratando contigo.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play