—Entonces...¿para que me contrató?.—pregunta Marlo, ya en mi habitación.
—Necesito que me ayudes. No es algo fácil...—digo seria.—Necesito encontrar a una persona. Es alguien con mucho poder, pero no se su identidad. Esa persona está planeando asesinarme o llevarme a la muerte de alguna manera.—hablo enojada.—tengo algunas cosas pendientes con esa persona.
—¿Cómo quiere encontrar a esa persona si no sabe quien es?.—consulta mientras se come una galleta.
—Eso lo tengo que averiguar.—si quiera yo se como encontrarla.—pero como dije es una persona con mucho poder. Ya teniendo eso, se hace más corta la lista.
Voy a mi escritorio y del cajón, saco una hoja.
—Es una lista de las personas que están por encima de mi, es decir que tienen más poder que un vizconde.—en eso recuerdo algo.—¿Te gusta el arte?.—Marlo queda pensativo.
—Se podría decir que si. Trabajé en la casa de un pintor, pero tuvimos unos problemas y me despidió. Aprendí mucho de él y antes de tener "ese" problema me dio unos libros. Realmente me enamoré de sus pinturas.—dice con nostalgia.
—Ya veo. Tengo un plan.—digo pensativa.—Cómo sabes de arte, deberías hacerte pasar como un chico prodigio y ser tutor de los hijos o de las personas que tengo en mi lista.—sonrío.
—¿Luzco como un prodigio?.—pregunta de mala gana, mostrando su ropa.
—Tengo fe en tu capacidad. La ropa es algo que se puede comprar con dinero. Tu inteligencia y tu esfuerzo viene de aquí.—toco su cabeza con mi dedo.
—Gracias, señorita. Pero, ¿cómo hará que le crean que soy un tutor de verdad?.—dice prestando suma atención en mi.
—¿Crees que aun existen personas que no se dejen llevar por el dinero, aunque tengan por montón?.—muerdo mi labio.
....
Me escapé de casa un rato, dejé a Marlo con Misty en el jardín y dije que iría a descansar a mi habitación.
Ahora ando buscando a Gian.
Le necesito para que me acompañe a falsificar algunos documentos.
Llevo algunas horas buscándolo y no lo encuentro.
Cuando quiero encontrarlo no aparece y cuando no quiero encontrarme con él, aparece de la nada.
Me siento en un banco y veo a los niños jugar en la calle.
Cuando de repente mi vista es interrumpida por unos hombres, quienes se colocan en frente mío.
—¿Necesitan algo?.—pregunto, pero éstos me miran y me levantan, llevándome con ellos.—Esperen. Sueltenme.—¿un secuestro?. Tengo miedo.
—Señorita, manténgase callada. El señor Gian, nos mandó a que la lleváramos con él.—dice uno y yo me quedo más tranquila.
Después de unos momentos, entramos a un burdel, estando dentro, entramos a un tipo de sótano.
Allí estaba Gian con otros hombres sentado en una mesa larga y elegante.
Gian se levanta y me lleva a otra habitación que está detrás de aquella mesa.
Ya estando solos, él me saluda.
—Señorita Rose, ¿cómo está?.—me sonríe.
Yo sin decir una palabra, me acerco y le pisoteo el pie con el tacón.
—No me podías mandar a buscar de una manera más normal.—le regaño.—casi muero del susto. Creí que me iban a secuestrar.
Él ríe a carcajadas.—Señorita Rose, es demasiado chistoso.—yo le miro enojada.
—Con eso no se juega.—golpeo su brazo.
—Sigo pensando que para ser una señorita es muy violenta. ¿Segura que no eres un demonio?—bromea.
—Demonio la más grande tu casa.—le contesto molesta.
Él, en un descuido me apega a su cuerpo y quedamos frente a frente, mirándonos a los ojos.
—¿Con esa boquita come pan?.—dice susurrando. Siento como su aliento choca en mis labios.—Eres tan grosera que quiero castigarte.
—Tú...—coloco mis brazos alrededor de su cuello.—No...te enseñaron a respetar el espacio personal, idiota.—le susurro devuelta y golpeo con mi rodilla su entrepierna.
Quien estaba hace un momento bromeando, ahora está retorciéndose de dolor.
—Ya te había dicho que no me toques tan a la ligera.—le hablo firme y después le doy la espalda para ocultar mi rostro.
Eso me puso muy nerviosa.
Mi rostro debe estar rojo de la vergüenza.
—Antes de que me raptaras, te estaba buscando...—él se levanta y toca mi hombro.
—¿Tanto me extrañaba?.—dice riendo.
Yo esperé a sentir su voz más cerca y doy un golpe para atrás queriendo golpearlo nuevamente.
—No me golpees de nuevo.—detiene mi mano.—Deja de ser tan violenta conmigo, Rose.—me acaba de tutear.—¿Para qué me buscabas?.
—¿Tomando confianza tan pronto, Gian?.—me doy vuelta y le miro a los ojos.—Te buscaba porque necesito tu ayuda.
—Nunca creí que me buscarías por ti misma. ¿En que quieres que te ayude?.—se sienta en la mesa del escritorio de la habitación.
—Necesito que me ayudes para hacerle documentos falsos a un amigo.—él me mira sorprendido.
—Tu sabes que eso es ilegal, ¿cierto?.—dice suspirando disgustado Gian.
—Lo sé...pero es importante, los necesito.—me muerdo el labio agobiada.—Por favor, Gian...
—¿Para qué?, si es tan importante...quiero saber para que son esos documentos, Rose. No puedo hacer algo ilegal solo porque tu me lo dices.—me mira y frunce el seño.
—....—no sé que decirle, no se me ocurre ninguna mentira en éste momento.—Ese chico...me ayudará a encontrar a alguien. Lo necesito como investigador dentro de las casas de alta sociedad. Es bueno en arte y quiero hacerlo el tutor de esas familias.—el queda sorprendido.
—¿Planeas hacer todo eso, que es muy riesgoso para encontrar a alguien?, ¿a quien?.—pregunta curioso.
—Ni siquiera sé a quién busco, Gian. Por eso es que necesito que Marlo investigue. Lo único que sé, es que es clase social superior al vizconde y al duque. Quizás alguien de la familia real o incluso algún sacerdote.—digo ya temblando por pensar en lo que diga Gian.
—... ¿Para qué?, ¿qué es lo que pasa?, ¿cómo sabes que la persona que buscas es tan poderosa?. Son muchas preguntas y pocas respuestas, Rose.—comienza a levantar la voz.
—Es que no lo entenderías. Si cuento todo, no me creerías ni un poco. ¡Es algo complicado de explicar!. ¡Somos completamente extraños!.—grito y las lágrimas se comienzan a hacer presentes.
—Ya no somos tan extraños. He tratado hacer de todo para agradarte. ¡Creí que al menos nos habíamos acercado un poco!.—me grita ya más exaltado.
Con los gritos me recuerda a Erick. Me da miedo.
—¡Solo no grites!. Puedes enojarte todo lo que quieras pero no grites.—comienzo a temblar.
Gian me observa preocupado.
—Rose...perdón. No quería gritarte. Discúlpame.—se acerca y me abraza.—Tranquila...Escucha, no puedo hacer cosas ilegales sin una justificación clara, explícame bien. No te desesperes. Solo te pido que me expliques.
¿Le cuento todo desde un inicio....?
...Continuará......
...****************...
Hola, no olviden darle "me gusta" al capitulo, seguirme y seguir mi novela, además de comentar que les pareció.
Un saludo y muchas gracias por leer. <3
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 40 Episodes
Comments