Máscaras.

Gian.

Pedí que me abrieran las puertas, pero aún no hay respuesta.

Después de unos minutos sale un mayordomo y me abre.

—Puede pasar a ver a su prometida, príncipe.—dice haciéndo una reverencia.

Odio las formalidades.

No saben cuanto extraño ser un pueblerino más.

Entro y todos están esperándome frente a la entrada haciéndo reverencia y abriendo el paso hasta la princesa Minerva que está al final.

Yo camino suspirando y llego hasta esa mujer.

—Cariño, ¿cómo estás?.—me sonríe Minerva.

Yo le miro indiferente y después miro a su lado.

Solo puedo divisar su cabello castaño y su vestido rosa. Está en la pose de reverencia.

—Hey, señorita Bernolth. ¿No disfrutó ser grosera conmigo?.—me acerco y le digo en el oído.

Está inmóvil y temblando. Debe ser la sorpresa.

¿No era más alta?.

—Déjame ver tu rostro.—le ordeno. Ella hace caso omiso, pero puedo ver el rostro lloroso de una chica que jamás había visto en mi vida.—Tu. ¿Quién eres?. No eres la señorita Bernolth.—digo un poco exaltado.

—Y-Yo si soy la señorita Bernolth, su majestad. Thania Bernolth.—dice la chica entre sollozos.

Yo suspiro y paso las manos por mi cabello.

—Su majestad, asusta a mi cuñada.—dice Minerva.—Mire, la hizo llorar.

—D-Disculpe las molestias, señorita Bernolth.—me doy la media vuelta y me dirijo hacia la puerta.

—Príncipe, ¿se va ahora?.—pregunta Minerva mientras acaricia a esa chica Thania.—¿Tan pronto?.

—Solo...vine a ver el palacio. Quería ver si es que seguía en buenas condiciones.—dicho esto, me marcho.

....

—Deja de reír, Leorio.—digo molesto.

—Yo te lo dije. Quedaste en ridículo.—se carcajea.

—Tsk.—chasqueo la lengua.

—Incluso hiciste llorar a la chica Thania. Yo gané.—me dice y coloca su mano para que le de dinero.

—Ten.—le coloca una bolsa con monedas en las manos y sigo leyendo documentos.

Así que Rose, ¿verdad?. Rose Bernolth...

Es un lindo nombre.

Creo que lo he escuchado en algún lado...

"—La esposa del duque Marley.— llega Leorio corriendo.— Dicen que la asesinaron en frente de su esposa, su majestad.— Exclama asustado.

—Ya no soy, "su majestad", Leorio.—suspiro.—Ella no es mi esposa, tampoco. Minerva es quien hizo todo eso del golpe de estado. Odio que me relacionen con esa mujer. ¿Quién era la Duquesa de Marley?.—pregunto mientras bebo agua y le veo atravez de los barrotes.

—Rose, Rose Bernolth de Marley."

Ya lo recuerdo, escuché de ella antes de que me ejecutaran.

Bueno, ahora esta bajo mi cuidado que es lo mejor. Juro que no dejaré que muera nuevamente.

Tengo la ventaja de saber el futuro.

.....

Rose.

—¿Así que Thania fue donde la princesa Minerva?.—pregunto a Misty.

—Si, señorita. Avisarle que mi hermana está fuera.—dice tímidamente.

—Venga, dile que pase.—le sonrío. Mientras ella va a buscar a su hermana, yo camino hacia una caja de dulces y saco unos cuantos.

En cosa de minutos, golpean la puerta.

—Pueden pasar.—digo en voz alta y me siento en el sofá.

—Señorita Rose, aquí le presento a mi pequeña hermana.—sale de detrás de Misty una niña de cabello oscuro y con una capucha que cubre su rostro.

—Acércate.—le digo sonriendo. Ella se acerca y me hace una reverencia.—No, no es necesaria, Eliza.

Ella se queda callada y mirando hacia abajo.

—Pasen a sentarse, ustedes son mis invitadas.—Misty me mira alegre.

—Hola, me llamo Rose, ¿cómo estás?.—la tomo de las manos.—¿Me dejarías ver tu rostro, Eliza?.

Ella se queda paralizada y comienza a temblar.

—La asustaré, señorita.—respira profundo.—Está bien...solo no grite ni despida a mi hermana.

—Preciosa, no lo haré.—le sonrío.

Ella suelta mis manos, lentamente se saca la capucha y coloca su cabello tras las orejas.

Yo la miro asombrada. Sus ojos son tan hermosos, jamás había visto unos así antes.

Me da tristeza ver la mitad de su rostro con una gran quemadura. Aún es una niña.

—¿Puedo...?—le miro, ella sabe que mi intención es tocar su cara.

—Adelante.—me sonríe.

Yo con sumo cuidado levanto mi mano hasta tocar su rostro.

—Eres tan hermosa, pequeña.—le digo mientras acaricio su cicatriz.—¿Siempre quieres...la quieres cubrir?.

—Si, todos se asustan al verme...También, no es nada bonita.—dice con lagrimas en los ojos.

—Escucha, al parecer cuando tu te colocas la capucha no ves nada, ¿me equivoco?.—ella niega.—Entonces, te daré un regalo. Más o menos tenía pesando que regalarte, por lo que me había contado Misty.—me levanto y voy a mi armario.

Misty me habló de que le causaba mucha inseguridad su rostro quemado. No soporta siquiera verse en un espejo.

En la realeza, hay una moda bastante rara, la cual viene justamente de nuestra Mirel Almodo Venecien, usar una máscara.

Es por eso que antes de que viniera Eliza, compré unas con el dinero de las joyas que empeñé.

—Ten.—le entrego una cajita junto con los dulces que saqué antes.—Es uno de mis regalos.

Le miro y sus ojitos brillan de la emoción.

Lo abre y ve las máscaras con detenimiento.

—Yo...muchas gracias, señorita.—comienzan a caer sus lagrimas.

Yo la invito probarse una y que sea vea en mi espejo.

—Espera, antes de que te la coloques. Eliza, quiero que te mires y aceptes la cicatriz. Lo que te regalé no es para que la ocultes, si no que es moda.—le sonrío y la llevo al espejo con los ojos cerrados.—Cariño, quiero que cuando diga tres, suspires fuerte y abras los ojos lentamente.—uno...dos...—tres...

Ella se mira y con sus dedos recorre su quemadura.

—Esto, aunque tu no quieras, te acompañará toda la vida. Y quiero que aceptes todo lo que ves en el reflejo. Tu rostro, tus manos, tus hermosos ojos, tu cabello lacio y largo. Mírate, eres hermosa.—le sonrío y me posiciono detrás de ella.

—Gracias, señorita.—suspira sonriendo y después se coloca una de las máscaras.—También me veo bien con esto.

—Claro que si, te ves muy bien con y sin la máscara querida.—la abraza Misty mientras llora.

—Hermana, eres una llorona.—ríe su hermana pequeña.

Estaba disfrutando de la escena tan conmovedora, hasta que recuerdo algo.

Con lo que acabo de hacer, le cambié el futuro a alguien más.

Ésto puede ser para bien o para mal.

Ya no puedo estar confiada en el futuro que sé.

Todo la historia está cambiando, puede que Thania ocupe el lugar mío...

Y todavía no encuentro a la cabecilla que está detrás de mi muerte.

—Misty, perdón por interrumpir. Necesito que hables con mi madre y ayudes a preparar mi debut en alta sociedad. Eres mi dama de compañía. Quiero debutar junto con Thania en sus cumpleaños.—ella asiente.

Si debuto junto con otra persona, y justo cuando ésta celebra sus cumpleaños, paso desapercibida más fácilmente que un debut solo mío.

...Continuará......

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Un saludo y muchas gracias por leer. <3

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