Festival.

—¿Cómo lo supe...?—pregunta confundida Thania.—yo...—planeo entrometerme para que no arruine mi plan.

—Señor Leorio, ¿es un interrogatorio?. Creo que mi hermana no debería contar mucho acerca de eso, mejor tener un perfil bajo, ¿no es así, Thania?.—consulto con una sonrisa.

—Rose tiene razón. Es mejor permanecer con un perfil bajo, señor Leorio.—dice y se coloca el broche.—dígale a su amo, que me encantó el presente.

—Bien. Apropósito, ¿tengo unas preguntas para ustedes?.—habla Leorio mientras bebe vino.—¿Qué harían si un negocio de su padre entrará en banca rota?, no me malentiendan, pero, ¿irían por el dinero fácil para salvar el negocio?, por ejemplo, ¿apuestas o recompensas?.

—Mm...creo que trataría de salvar el negocio con esfuerzo...lo de las apuestas es algo complicado, no es legal y la verdad no me gustaría todo eso. Creo que me iría por la recompensa de algo. Aunque quizás sea poco el dinero, es algo.—dice Thania un tanto nerviosa.

—Wow, es realmente muy correcta. ¿Y usted, señorita Bernolth?.—me pregunta un poco sin ganas.

—Haría lo mismo que mi hermana, la verdad. Las apuestas no son legales y una señorita como yo no podría hacer todo eso.—trato de sonar un poco egocéntrica.

—Ajá. Bueno. Señorita Thania, un gusto haberla conocido, espero que nos llevemos bien, mi amo está interesado en trabaja con usted algún día.—¿trabajar con Thania?, ¿el príncipe heredero?, es estúpido.

—Señor, ¿de casualidad su amo es de la realeza?, es que por la tela de su traje. Se ve muy cara.—pregunto inocente.

—Quien sabe. La verdad, es que mi amo, quiere darle una sorpresa a la señorita Thania. Por lo tanto su identidad es anónima, hasta que él venga personalmente.—dice y se levanta de su asiento.—un gusto de verdad, haber tenido esta cena tan agradable con todos ustedes, Vizconde Rene. Me disculpo por irme así, en medio de la comida, pero mi amo, me dijo que a cierta hora tengo que volver con él. Muchas gracias. Permiso.—sale por la puerta del comedor.

—No cabe duda que mi hija está despertando el interés de personas de clase alta.—dice el Vizconde.—aun si quiera se a presentado socialmente y ya tiene pretendientes. Mira ese broche de oro puro, mi niña.

Así es como comenzó una amistad de la familia Bernolth con ese amo fantasma.

.....

Han pasado unos tres meses, y aún no sabemos la identidad de ese amo que está completamente interesado en el intelecto de Thania, mejor dicho de la señorita Bernolth, que ayudó a atrapar a ese ex soldado.

—Realmente estoy aburrida.—me siento en la ventana de mi habitación.—hace mucho calor.—y hoy en la noche hay un festival en honor al compromiso del príncipe heredero con la princesa Minerva.

No creo que vaya...estoy exhausta.

"—Cada que haya un festival, quiero que vayas. Así te recordará a mi, Rosesita.—"

Papá...solo por hoy, no cumpliré aquella promesa.

—Señorita Rose.—habla Misty sonriendo nerviosa.—Me gustaría pedir esta tarde libre. Quiero ir al festival de esta noche. Juro que le compensaré.

—Puedes ir, no es necesario que me pidas permiso. Incluso por ser tan buena conmigo, te daré uno de mis vestidos.—me acerco al armario.—elije el que más te guste.

—Señorita, muchas gracias.—mira embobada mi armario.—¿puedo...?—me muestra un vestido azul que usé hace un tiempo.

—Pruebatelo.—le sonrío. Ella se cambia en mi baño y sale sonriente.—Te maquillaré, así vas con Lázaro.

—S-Señorita Rose, yo...—se sonroja.—no es lo que piensa.

—¿Me equivoqué?—le sonrío juguetona.—él no tiene esposa ni nada, aprovecha. Él trabaja por su hermano y madre. Ve con confianza.—le doy aliento.

—Gracias.—toca su cabello nerviosa.

En el transcurso de la tarde, hablamos sobre Lázaro y matrimonio. Ellos dos están en edad, que se conozcan bien, se nota que ambos se gustan. Ambos rondan los veintiuno, apoyaré en lo que sea a Misty.

Llegó la noche y yo la ayudo a maquillarse.

—Listo. Te ves hermosa.—le sonrío.

—Gracias. Señorita, estoy nerviosa. ¿Usted le gustaría...acompañarme?...—pregunta tímidamente.

—No tenia planeado salir, pero si insistes. Todos los años voy sola a los distintos festivales. Deja me coloco un vestido y me ayudas a arreglarme.—digo mientras agarro el vestido que me regaló Gian. Está muy lindo. Es mi favorito. Nunca tuve un vestido color rojo. Me gusta. Me siento linda.

.....

Gian.

—¿Festival?.—toco mi cabeza.—estoy demasiado ocupado, lo del casino me tiene exhausto.

—Señor, le servirá para distraerse un poco del trabajo, ¿no cree?.—dice Leorio.

—Bien, iré pero solo.— Leorio a estado un poco nervioso desde que hablamos del festival. Realmente no quiere ir conmigo.—tienes la noche libre. Lleva a tu hija, si eso es lo que quieres.—digo firmando un documento.

—Gracias, señor Gian.—me hace una reverencia.

—Te he dicho miles de veces que no me digas señor, ambos tenemos la misma edad, la única diferencia es que tu te casaste a los quince, ya tienes una hija y yo hace poco me comprometí. No eres inferior a mi, solo por una clase social, Leorio.—le doy un codazo.

—Señor, es por respeto.—bromea mi amigo.—Bueno, iré con mi pequeña, Gian. Ten una linda noche.

—Igual.—le sonrío y después suspiro.

Realmente me hace falta un espacio para mi.

....

Es realmente aburrido, no es tan divertido como pensé, debe ser donde estoy solo aquí.

Miro hacia un lado y veo un vestido familiar.

¿Esa no es la señorita Bernolth?.

Iré a saludarla. No, antes debo comprarle un presente.

Rose.

Nunca la había estado pasando tan bien en un festival, siempre estaba melancólica por mi padre.

—Señorita, iremos a comprar unos bollos, ¿nos acompaña o se queda aquí a descansar un momento?—pregunta Misty, de la mano con Lázaro.

De seguro necesitan tiempo a solas.

—Me quedaré aquí, no se preocupen. Los espero.—les sonrió.

—Bien, cuídese. Nos vemos luego.—se va con Lázaro.

Después de comer el bollo, me iré a casa. Para que ellos pasen el resto de la noche juntos.

Ahora a esperarlos.

—Vaya, que sorpresa.—escucho una voz familiar.—Qué grandiosa coincidencia, señorita Bernolth.

—¿Es enserio?. A donde vaya me encuentro contigo, Gian.—suspiro.

—¿No está feliz de verme?.—pregunta sonriendo y mirando a mis ojos.—Esta noche se ve más radiante de lo normal.—me da un ramo de flores.

—Esto es...—demasiado incómodo. ¿Mmm?.—¿de dónde sacaste estas flores?. Solo crecen cerca del palacio y está prohibido el uso comercial. ¿Las robaste?.

—No, para nada. Las compré, ¿son ilegales?.—pregunta un poco cabizbajo.

—Solo las personas de clase billonaria pueden comprarlas...

—Ahhh, entonces no está prohibido del todo, ¿no?.—sonríe seductoramente.—Quien sabe, quizás soy un billonario, hijo del mismísimo rey del otro imperio.

—No bromees así, idiota.—le golpeo la pierna con mi tacón.

—Se le ve hermoso ese vestido...Me recuerda a uno que le regale a una señorita muy grosera que estaba vestida de pantalón.—se acerca y toma un mechón de mi cabello y lo besa.—¿Me concede esta pieza de baile, mi lady?.

En eso, detrás de mi se escucha una explosión.

...Continuará......

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