La Historia De Sabrina Romano, En Una Noche Paso De No Tener Ni Dónde Dormir, A Tener Un Imperio Para Ella Sola....
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Beso Robado
Sabrina Romano:
Después de aquel día, todo parecía estar con normalidad, a excepción de que ahora Salvatore está en nuestras vidas, si, hicimos el negocio con el, y a estado pendiente de cada detalle, es bueno en su trabajo y cuida mucho su organización, mi padre está agradecido con él, ya que este último mes, me a enseñado mucho, aunque estos últimos días, al que he visto más es a Isidro, a estado actuando extraño, no se a que se deba y la verdad aunque le pregunté solo dice que todo está bien, a si que allá el, tengo una reunión con él ahorita, para ver lo de unas cosas de la empresa de tecnología Romano, pidió nuevas cosas de vigilancia y seguridad —Buen día Isidro —le dijo al verlo sentado
—Buenos dias, todo bien
—Si, aquí está, revísa el pedido, si está todo o no, antes de mandártelo —lo veo revisar y algunos 15 minutos después lo firma
—Esta todo, lo que pedí
—Ok, hay algo más que debamos atender.
—No, solo queria ver si salíamos a cenar hoy
—¿Hoy?, no creo poder
—Por que no
—Tenemos una reunión, con mi padre
—Okey, bueno me avisas cuando puedas
—Si —se levanta y deja un beso en mi mejilla, lo veo salir, suelto un suspiro, es un hombre guapo, pero realmente verle el parecido a ese hombre me impide verlo diferente a un socio, o cliente, de milagro acepto que sea amigo, pero de ahí a llegar más allá no puedo, es mucho el parecido, que no soportaría que me tocará, y realmente en mi no hay más que amistad para él, ojalá logré entenderlo y acepte solo mi amistad —Celina te encargo un café bien cargado por favor
—Si señorita —me encierro en la oficina todo el día, veo que son las 5 de la tarde, y no he comido, últimamente no me da hambre, aunque mi papá está bien, se que ahí hay enemigos afuera, esperando su momento para atacar, por eso no puedo bajar la guardia —señorita la buscan —levanto mi vista de la laptop y miro a Celina
—¿Si?, quien
—Yo —sonrio al ver a Salvatore recargado en el marco de la puerta con su sonrisa encantadora
—Pasa, Celina gracias —Celina sonríe y sale —que haces aquí.
—Tu padre me dijo que no iría a la reunión, pero que tú si, a si que pensé en pasar por ti, y a si vamos a comer, por qué no has comido cierto —niego con la cabeza —entonces nos vamos
—Si, solo guardo esto y nos vamos —lo veo que asiente y se recarga en la silla, cruzando sus piernas con una sonrisa, veo como toma su celular que no deja de sonar y el solo hace una mueca de desagradó y frunce el ceño —tu novia está enojada —levanta la vista para verme y se pone de pie, camina hacia mi, con una sonrisa
—No tengo, ya que espero a la indicada —dice esto tan cerca de mis labios, que logro sentir su aliento cálido, con sabor a menta, se aleja un poco y sonríe —y tu, como vas con tu novio —agrega sarcástico, yo solo rodó los ojos
—No tengo novio, no a llegado el que este a mi altura —Salvatore sonríe y sin dejarme reaccionar, estampa sus labios a los míos, me quedé inmóvil, no logré reaccionar, pero al final medio le respondí, se alejo y me miró con una sonrisa
—Son mejores los besos robados, ¿No crees? —a que está jugando este idiota, sonrió y tomo mi bolsa
—Nos vamos —lo veo rodar los ojos divertido, y su sonrisa se hace más grande, caminamos juntos hasta el estacionamiento, me abre la puerta del auto, me pone el cinturón y se acerca a mi rostro nuevamente, pero está vez solo deja un beso en la comisura de mis labios, lo veo rodear para subirse, llegamos al restaurante dónde sería la reunión, tomamos asiento y pedimos, en lo que esperamos al comprador, llega a los minutos, es un señor ya mayor, ojos obscuros y cabello medio blanco, sonríe y nos mira —un placer soy Sabrina Romano, y el es Salvatore D'Angelo
—Un gusto señorita Romano, es más guapa en persona, señor D'Angelo un placer conocerlo, solo conozco a su padre, es un grato placer conocer por fin a los herederos
—Tambien nos alegra conocerlo, señor Martinez —mientras hablábamos ví a Isidro llegar con una chica muy guapa, cuerpo de modelo, los dos sonreían, frunci el ceño, al ver como se la deboraba a besos, que corriente se ve eso, deben tener más respeto por los demas, y el respetar a la chica, sus ojos me miraron por unos microsegundos, y yo solo seguí en mi reunión con Salvatore y el nuevo cliente para ambos, logré sentir en ocasiones la mirada intensa de Isidro, aunque trate de ignorar, era algo incómodo la situación
—Estas bien —me preguntaba preocupado
_Si, bueno no, te cuánto cuando acabemos aquí —el solo asiente y continuamos con la reunión, unos 30 minutos más tarde, Salvatore estaba pagando la cuenta —señor Martinez fue un placer hacer este gran negocio con usted
—El placer es mío, de hacer negocios con ustedes, me gusta como piensas mujer, llegarás más lejos que tú padre, y tu Salvatore me agrada tu ambición e inteligencia, sigan a si, hacen un gran equipo juntos —yo solo sonreí ante eso, mientras estrechamos nuestras manos, sale primero el y después nosotros.
—Ahora me dirás que te incómodo allá dentro
—Si, estaba Isidro ahí dentro
—Y su presencia te molesta
—No, solo la forma en que me miraba, era como muy intenso, no se me sentí incómoda con su mirada fija en mi
—Estando conmigo nada te pasará —asenti con una sonrisa, y me abrió la puerta para subir al auto y después subió el, poniéndose en marcha, hasta la empresa, ya que ahí deje mi auto.