La Villana Es Un Desastre

Rafael estaba sentado en la mesa más apartada del comedor. Jugaba distraído con su desayuno mientras consideraba la posibilidad de pedir disculpas a Sol. Siendo razonable la chica a estas alturas debía pensar que es un loco. En realidad empieza a dudar de ese sueño que tuvo hace dos meses. No sabe cómo explicarse el hecho de conocer a una persona sin haberla visto antes, pero aún así no está actuando como un caballero.

La chica de su sueño le hizo mucho daño, lo drogó y violó, le destruyó el noviazgo, lo acosó de mil maneras y finalmente se lanzó por las escaleras tratando de llamar su atención, muriendo cuando ya se había hecho a la idea de tener un hijo. Hasta eso le quitó. Claro tenía razones de sobra para odiar a esa chica, pero esa era la de su sueño.

La Sol de la realidad nunca lo había conocido, nunca lo había acosado y, sin embargo, qué había hecho él con ella en su pánico por no repetir un pasado que ni siquiera sabe si es real.

Para empezar invadió, aunque de forma no intencionada, su intimidad estampándola contra el suelo, la botó de su propia habitación mientras la insultaba con palabras y hechos. La siguió a la enfermería creyendo que estaba tramando una fechoría, cuando en realidad estaba inconsciente, provocando una pelea con su hermano.

Se pasó la mano por la cabeza con evidente descontento hacia sí mismo. Pobre chica, nadie merecía ese trato, en la primera oportunidad que tuviera le pediría disculpas y la compensaría de alguna forma por todo lo sucedido hasta el momento. Con esta nueva determinación se sintió más conforme.

Se levantó de la mesa justo cuando por la puerta del comedor hacían su entrada su exprometida, Sol y su hermano. Vio que hablaban y se sentaban juntos a la misma mesa, como si se conocieran de toda una vida; pero qué pesadilla era esta?

Disculpas ni disculpas, si lo que pensó hace unos momentos hubiera sido cierto, por qué entonces estaban esas dos mujeres juntas. No, no se iba a precipitar. Observaría primero desde lejos y actuaría en consecuencia.

Por su parte Sol pensó que se indigestaría con el desayuno, todo el tiempo temió que algo sucediera, afortunadamente no fue así.

Al salir del comedor debían pasar por secretaría a recibir el programa de estudio del año académico. Sol no había tenido tiempo de agradecer al atento Secretario por su ayuda las dos ocasiones anteriores. Aprovechó el momento para hacerlo. Y en el proceso observó lo guapo que era, antes no había prestado atención debido a las disparatadas circunstancias que solo le sucedían a ella claro está, pero ahora como diría una de sus amigas de la otra vida "que Dios bendiga el pavimento por donde pasa ese monumento".

Sol eligió su programa de estudio acorde a sus gustos, pero se sintió mortificada, ya que Amarilis se le pegó como una sanguijuela y terminó pidiendo exactamente lo mismo que ella; pero en fin de qué se asombra, si con la suerte que tiene de milagro y no ha venido Rafael también a solicitar bordado.

Sus primeras clases serían esa semana las siguientes: ciencias contemporáneas, filosofía, botánica, etiqueta, espíritu artístico, idiomas, historia imperial y deportes.

Rafael se había quedado cerca oyendo lo que pedían esas dos y pudo percatarse de que Sol estaba algo molesta porque Amarilis pedía exactamente lo mismo.