Victoria Casani es una chica de 24 años con poca vida social, su día a día se basa en ir a la universidad y forjar su carrera a base de esfuerzo y dedicación, ella sueña con ser arquitecta, ella vive con sus padres Carmen que es de Asendencia Mexicana y Lorenzo que es Italiano, también con su hermano mayor Gabriele, viven en la hermosa ciudad de Florencia- Italia.
Leonard Loannou tiene 38 años, es un excelente decano de diseño arquitectónico y hace poco se unió a (Università degli Studi di Firenze, UNIFI) en Florencia, el es de origen Griego, pero decidió mudarse a este nuevo país, ya que le llegó una excelente oferta de esta universidad, a la que por mucho tiempo estuvo aplicando, pero hasta hace unas semanas se le dió la oportunidad gracias a su excelente perfil profesional.
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CAPITULO 14
En medio de mis pensamientos ya estaba por quedarme dormida, cuando escuché el sonido de una notificación que había llegado a mi celular, lo tomé con algo de pereza, era un nuevo mensaje.
📩- Hola, acabo de llegar a casa, nos vemos mañana -- escribió Leonard y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
📩- No tienes que darme explicaciones, pero ya que estás en casa, entonces descansa-- finalicé el mensaje.
📩- No quiero malos entendidos-- fue lo único que escribió y yo no entendí.
📩- ¿a qué te refieres?-- pregunté pero no hubo respuesta, supongo que se ha quedado dormido.
Dejé mi celular en la mesita de noche y me acosté a dormir, no quise darle muchas vueltas al asunto y enredar mi mente, más de lo que ya está.
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Dormí tanto que no me di cuenta de la hora, cuando por fin reaccione me levanté, tomé un baño y me vestí, luego miré mi celular, ya iban a ser las 11 de la mañana, bajé y me preparé un sándwich, mi madre estaba limpiando la sala.
- Buenos días, dormilona, ¿si te divertiste?-- me preguntó.
- Buenos días, mami, sí, fue divertido -- respondí sin dar detalles.
- Pero los escuché llegar muy temprano -- dijo.
- Si, algo me hizo daño, y decidimos volver a casa--
- ok... Hija, ve y levanta a tu hermano y a Fiorella, necesito que desayunen y que tu hermano me ayude a mover la sala -- me pidió mi mamá, yo asentí.
¡Toc - Toc! toqué la puerta de su habitación varias veces hasta que por fin la abrió.
- Hola, que quieres tan temprano -- indagó.
- ¿temprano? Ya casi es medio día, mi madre te necesita, así que levántate y baja rápido, dile a Fiorella que baje también a desayunar-- finalicé.
- Está bien, ya bajamos -- dijo antes de cerrar la puerta.
Regresé a mi habitación, la organicé, luego dejé mi mochila lista con mi laptop y algunos apuntes que hice, luego bajé a ayudarle a mi madre con sus preparativos para su reunión con sus amigas.
Ella me daba indicaciones y yo lo hacía, todo el día me la pasé corriendo de un lado para otro, mi hermano y Fiorella también ayudaron bastante, la tarde ya casi terminaba, no había tenido tiempo de decirle a mi madre que iría a casa de mi Decano para hacer el diseño.
- Mamá -- hablé, ella estaba sacando los tamales de la vaporera, que ya estaban listos.
- Dime--
- ahorita a las 5 debo estar en casa del Decano, tenemos una exposición en un par de semanas y debemos realizar un plano para que nuestros compañeros hagan la maqueta, lo íbamos a hacer acá, pero tú tienes tu reunión y así no podremos avanzar nada-- le dije.
- Está bien, entonces llévale unos tamales, y dile que si puede, pase por acá, quiero presentarle a Sonia -- dijo mi madre.
- ¿sigues con eso?--
- Si, no tiene nada de malo, se llevan casi 20 años de diferencia, pero recuerda, gallina vieja da buena sustancia, no lo olvides -- su dicho me causó mucha gracia.
- Tú no tienes arreglo, pero le diré, si no viene no me culpes, no lo puedo obligar si no quiere-- le advertí.
- Lo sé hija, tampoco soy una acosadora --
Yo subí a mi habitación a tomar de nuevo otra ducha, estaba sucia por tantas cosas que tuve que hacer, cuando estuve lista tomé mi mochila y bajé.
- Ya estoy lista, me voy-- dije.
- en la encimera de la cocina hay una taza con varios tamales para tú profesor, y recuerda mi recado --
- Si mamá, no lo olvidaré, apenas llegué le diré -- dije, tomé el tazón y salí rumbo a la casa de Leonard, estaba muy nerviosa, sería mi primera vez dentro.
Toqué él timbre y a los pocos segundos él abrió la puerta.
- Hola, llegaste a la hora exacta -- dijo.
- Lo sé, es que ya no aguantaba más estar en casa, mi madre está con lo de los preparativos y he estado toda la tarde ayudándola-- me mire los brazos-- oh, mira, estos tamales te los envió mi mamá -- se los entregué.
- Dale las gracias de mi parte, sigue por favor, soy un grosero, no te he hecho pasar -- se hizo a un lado y yo me adentré a su casa.
Con decoraciones minimalistas, una paleta de colores en tonos gris, negro y madera oscura, daba un aire varonil y sexi, tragué con dificultad la saliva que había formado en mi garganta.
- Leonard..... Perdón, Decano..-- iba a seguir hablando pero me interrumpió.
- Leonard, puedes decirme así, se escucha muy bien mi nombre cuando sale de tu boca -- dijo y yo me sonrojé.
- eh.. Yo.. -- en ese momento recordé el recado de mi madre, era la excusa perfecta para evadir está situación -- Leonard, mi madre te manda a decir, que si puedes ir a casa, te quiere presentar a una de sus amigas-- hablé rápidamente.
Él comenzó a reír -- ¿tu madre me está buscando pareja?-- indagó.
- te pido disculpas en nombre de ella, mi madre es así, a veces se entromete en la vida de los demás, yo solo cumplo con trasmitir el recado, si tú quieres ir, vas y si no, pues ella entenderá -- dije.
- Si yo voy a tu casa es por ti, no hay nadie más que me interese, ¿te queda claro?-- yo no pude sostener la mirada.
Aclaré mi garganta -- No sé que es lo que quieres lograr, tengo muy claro que eres mi Decano, y no está permitido que se tenga ningún vínculo aparte de alumna - profesor, te puedes meter en un problema grave si descubren lo que estás intentando, y yo no voy a ser juguete de nadie, quizás actúe como una niña asustadiza, pero detrás de eso hay una mujer que ha sufrido mucho y que pasó por una situación traumática, y esto solo es un escudo de protección que he creado en estos años, así que no te confundas, soy muy inteligente -- tomé mi bolso dispuesta a salir de su casa, pero él fue más ágil que yo y se interpuso en mi camino.
- Discúlpame si mis intenciones no han sido claras, a veces soy muy impulsivo y hago las cosas sin pensar, pero nunca lo he hecho con la intención de hacerte sentir mal, o de querer jugar contigo, tengo 38 años, quizás si eres un poco menor para mí, pero no eres menor de edad y soy consciente que tampoco eres una niña, no te vayas por favor, te prometo no molestarte más -- imploró.
- Está bien, pero vamos a comenzar de una vez, no podemos perder tiempo -- dije y él asintió con su mirada un poco triste, mi corazón se contrajo de verlo así, pero tengo que ser fuerte.
Saqué mi laptop y mis apuntes, él hizo lo mismo, me mostró todas las medidas y los parámetros que debíamos tener en cuenta.