Los Ojos Mágicos Cambian El Destino

La actitud de sus suegros ahora era completamente diferente de antes. Normalmente, siempre lo menospreciaban, pero ahora lo elogiaban.

Entonces Rangga sacó un fajo de dinero de su bolsillo y se lo entregó a su suegra.

"Madre, aquí hay 300 millones, tómalo, durante este tiempo he causado muchas molestias a ustedes," dijo Rangga.

De inmediato, Ratih se sorprendió al ver el fajo de dinero frente a ella. Con rapidez, Ratih tomó el dinero.

"¡Ja ja! Madre, rezo para que tengas aún más éxito," dijo Ratih.

"Deberías ser bueno con Miranda," continuó Ratih.

"Ahora nosotros vamos a entrar," agregó Ratih.

Ratih enseguida tomó la mano de Joni y lo llevó adentro de la casa. Ratih no podía esperar para mirarse en su habitación con los objetos que le había regalado Rangga.

Mientras tanto, Rangga no podía creer que ahora sus suegros eran distintos. Ambos eran tan amables con él que Rangga sentía que eran personas diferentes.

Incluso solían decirle que se divorciara, pero ahora parecían apoyar su matrimonio.

Rangga también comenzó a sentirse bien al notar que sus suegros empezaban a aceptarlo. Solo que ahora Rangga tendría que esforzarse más para conquistar el corazón de Miranda.

"Parece que debo regalarles cosas con más frecuencia," pensó Rangga.

Siempre y cuando todo eso hiciera que sus suegros fueran amables con él, Rangga no tendría problema en gastar mucho dinero.

Mientras tanto, Miranda, al escuchar el bullicio de afuera, comenzó a salir de la casa.

"Rangga..." dijo Miranda, sorprendida por la nueva apariencia de Rangga.

Rangga lucía muy elegante con un traje negro.

Antes, Rangga siempre usaba ropa un poco desgastada, pero su nueva apariencia lo hacía verse muy diferente.

"Miranda," dijo Rangga.

"Hoy se ve tan guapo," pensó Miranda.

"Miranda, tengo un regalo para ti," dijo Rangga.

"¿Un regalo...?" preguntó Miranda.

"Mira este coche, ¿qué opinas?" preguntó Rangga.

Miranda miró inmediatamente un coche deportivo de lujo de color blanco. El coche se veía impresionante y espectacular.

"Rangga, ¿de quién es este coche?" preguntó Miranda.

"Es tuyo," respondió Rangga.

"¿El mío...?" Miranda se veía confundida.

"Vi que tu coche anterior estaba viejo y desactualizado, así que te compré uno nuevo," explicó Rangga.

"¿Te gusta, verdad?" añadió Rangga.

"Pero este coche es muy lujoso, debe ser muy caro," dijo Miranda.

"Miranda, mientras te haga feliz, haré lo que sea para conseguirlo para ti," dijo Rangga.

Miranda también se sintió conmovida por las palabras de Rangga. Rangga parecía haber cambiado de quien ella conocía antes.

"Aún tengo algo para ti," dijo Rangga.

Rangga se dio la vuelta y sacó algo de su bolsillo.

"Rangga, ¿qué planeas hacer?" preguntó Miranda.

"Te compré un collar, espero que te guste," respondió Rangga mientras le ponía el collar en el cuello.

Miranda se mostró sorprendida al ver el collar que ahora adornaba su cuello.

"Como suponía, este collar te queda perfecto, te ves muy hermosa," dijo Rangga.

De inmediato, el corazón de Miranda comenzó a latir más rápido. Esa sensación era algo que había estado sintiendo en varias ocasiones últimamente.

"Rangga, gracias," dijo Miranda.

Rangga también se sintió muy feliz al escuchar a Miranda darle las gracias nuevamente. Su relación con Miranda se estaba volviendo cada vez más cercana.

A la mañana siguiente, Rangga se encontraba en su farmacia. Estaba atendiendo a un paciente que llegó a consultar. De repente, su teléfono comenzó a sonar.

Rangga sacó su teléfono y vio que la llamada era de Miranda. Rangga respondió de inmediato.

"Hola," dijo Rangga al contestar la llamada de Miranda.

"Rangga, Sonia ha sido atrapada por gente," dijo Miranda, sonando muy asustada.

Rangga se puso de inmediato en pánico al escuchar a Miranda llorar al teléfono.

"Miranda, no temas, regresaré de inmediato," dijo Rangga.

De inmediato, Rangga cerró su tienda y se apresuró a regresar a su casa. Miranda seguramente estaba confundida en casa.

Al llegar, Rangga encontró a Miranda sentada en una silla, llorando. Mientras tanto, Miranda no le había contado a sus padres sobre Sonia, quien había sido secuestrada.

"Miranda, cuéntame qué ha pasado en realidad," dijo Rangga.

Entonces, Miranda comenzó a relatar que Sonia se había comunicado con ella, diciendo que llegaría tarde a casa. Después de salir de la universidad, tenía una cita con una amiga.

Sin embargo, media hora más tarde, Sonia volvió a llamar, pero al otro lado de la línea había una voz de un hombre desconocido. El hombre dijo que si querían que Sonia estuviera a salvo, debían llevar 5 mil millones a la dirección que les había sido enviada.

Si alguien se atrevía a ir a la policía, no dudarían en hacerle daño a Sonia. Miranda también escuchó la voz de Sonia llorando por teléfono.

Después de explicarle todo a Rangga, Miranda volvió a llorar. Sonia era su hermana, y Miranda estaba claramente muy preocupada.

"Miranda, no te preocupes, voy a traer de regreso a Sonia sana y salva," dijo Rangga.

"Rangga, debes tener cuidado," dijo Miranda mientras veía a Rangga marcharse.

Rangga se alejó y se subió a su viejo auto, dirigiéndose al lugar que Miranda había indicado.

En el camino, Rangga se detuvo en el banco para retirar dinero de su cuenta. El dinero que le quedaba también era exactamente 5 mil millones.

Mientras tanto, en un almacén vacío y abandonado a las afueras de la ciudad, se veía a Sonia con las manos y los pies atados.

"Maldita mujer, me gustas tanto, pero eres tan arrogante y siempre me rechazas," dijo un hombre mientras tiraba del cabello de Sonia.

Ese hombre se llamaba Devan, era un compañero de clase de Sonia. Habiendo sido constantemente rechazado, Devan se molestó y decidió secuestrarla.

Sonia era verdaderamente hermosa, incluso tenía el apodo de "flor del campus". Eso hizo que Devan se obsesionara con ella.

Para llevar a cabo su plan, Devan tuvo que pagar a algunos matones para que lo ayudaran.

Antes de hacerle algo a Sonia, Devan también quería obtener dinero de su familia. Con ese dinero, pagaría a los matones que había contratado.

"Como sigues rechazándome, vas a ver lo que haré contigo," dijo Devan.

"Imbécil, realmente no tienes vergüenza," respondió Sonia.

Entonces, un auto entró en el almacén vacío. De él salió Rangga con una maleta llena de dinero.

Rangga vio de inmediato a Sonia, que estaba atada y en condiciones lastimosas. También apretó los dientes conteniendo su emoción.

A pesar de que Sonia siempre había sido grosera con él y no le gustaba, seguía siendo la hermana de Miranda. Si algo le sucedía a Sonia, Miranda estaría triste y Rangga no quería que eso ocurriera.

Rangga tampoco podía moverse sin más, por miedo a que le hicieran daño a Sonia. Esperaba el momento adecuado para atacar.

"He venido aquí para cambiar a Sonia por el dinero," dijo Rangga.

"Devan, parece que solo ha venido él solo," dijo uno de los hombres a Devan.

Se vio una sonrisa astuta en los labios de Devan, pues todo iba según su plan.

"¿Por qué viene Rangga, el inútil? ¿Qué puede hacer él aquí?" pensó Sonia mientras mordía su propio labio.