Desconocido

Salió de trabajo y decidió salir de compras como lo había planeado. Se dirigió a una pequeña tienda a comprar algunos vestidos. Después que termino de ver ropa, camino hasta una heladería. Cuando llego hizo su pedido y cuando se disponía a pagar Dante estaba ahí pasando su tarjeta.

- Disculpe. ¡Director es usted!

- No se preocupe, yo pago. Además, debo cuidar a mi secretaria.

Sonrió con amabilidad.

- Lo disfrutaré.

Ella le insistió para que se quedara con ella un rato y así poder conversar. Claro, Dante no se resistió a su petición.

- Por alguna razón es cómodo conversar con usted, sé que es el Director, pero me da confianza, Disculpe mi atrevimiento.

- No te preocupes me alaga que no le dé temor, como dicen los rumores que mi mal humor es intimidante.

- La verdad me parece una persona de confianza.

- Entonces deberíamos llevarnos mejor, ya que me tiene confianza.

Él sabía por qué se sentía cómodo con ella, pero ella no tenía idea. Pero lo sentía familiar, algo que le llamaba la atención porque para ella mantener a las personas lejos era lo mejor.

- Bueno me parece que hablamos lo suficiente. Debes ir a descansar, ya que es su día libre.

- Tienen razón, fue un placer haber compartido con usted Director.

- No me deberías llamar Director, si no estamos en el trabajo. Puede llamarme Dante.

- Si a usted le parece bien.

Ambos salieron de la heladería. Rocío se dirigió a su casa, despidiéndose de Dante.

Cuando llego a casa, se tiró en la cama y dio vueltas en la cama.

- ¿Qué me sucede? Pensará que soy una atrevida. A pesar de todo es mi jefe; Sin embargo, ese perfume me resulta tan agradable. Mañana me iré a visitar a mi madre para conversar con ella.

Mientras tanto en la casa de Dante.

- ¡Qué mujer tan maravillosa! No puedo olvidar la calidez de su cuerpo, su sonrisa, todo de ella me encanta. Aun así no puedo llegar como un impertinente y decir que yo fui qué la llevó a aquella cabaña esa noche, sé que sé avergonzaría.

De pronto tocaron la puerta.

- Hola Dante!

- oh, Jean. ¿Qué te trae por aquí?

- Bebamos

- Si traes todo.

- Claro compañero de bebida. Siempre preparado.

Tenía ganas de contarle a su amigo, pero sabía que no era el momento. Jean sabía parte de la historia. Pero no en su totalidad.

Pasaron la noche entre risas y bebidas.

- Sé que no debo decirlo, pero pienso que ya estás bien y no creo que algo te vaya a molestar.

- Ayer vi, a tu ex. Iba de viaje, me dijo que tu primo la había tratado mal y solo la quería para sus deseos.

- Eso me lo esperaba. Ya no me duele como al inicio.

- Me alegro amigo, también me dio a entender que se arrepentía un poco no totalmente porque al fin no te quería.

- Sea como sea, ella sabe que nunca me quiso. Nunca estuvo conmigo de ninguna manera, solo inventaba excusas para evitarme. La verdad estaba agotado y no me daba cuenta. Tenía miedo quedarme sin nadie.

- Alguien llegará a tu vida, así que no te preocupes.

Los dos siguieron bebiendo hasta quedarse dormidos.