Hielo Y Fuego

Hielo y Fuego 

Elsa Elena Isasa 

Capítulo 10. Verdades ocultas.  

El fin de semana de fuego y pasión entre Luka y Victoria señaló un antes y un después en sus vidas.

 El conocimiento de ambos empezó ese viernes de noche. Y siguió sábado y domingo.

Durmieron juntos, comieron juntos, bebieron juntos. Sus miradas de ternura extrema y de amor posesivo daban cuenta de ese amor arrollador que los tenía subyugados. 

– Nos casaremos Vicky. Debemos casarnos y permanecer juntos. -

– ¿Casarnos? Apenas empezamos a salir. Además, tengo aún tres meses de intenso trabajo. – dijo ella acariciando sus cabellos negros. 

– Vicky. Es la primera vez que deseo estar con una mujer para siempre. Eres la indicada. No sé qué dirá mí madre. Pero ya no puedo dejarte. - Él besaba su cuello haciendo que su cuerpo entero se erize. 

– Luka. Aún no quiero presentarte a mí tía Grace. Está enferma. Quizás en sus últimos días. Y tiene terror a las personas que tienen ocupaciones oscuras y peligrosas. No puedo hacerlo. -.respondió. 

– Nena. Mis negocios son limpios. El pasado de mí familia quedó atrás. En Italia. Mí madre al morir papá, dejó en manos de Philipe, un pariente,  todos los negocios turbios y me mandó a este país. Nada en mí vida es peligroso para ti y tu familia. Nada. -

– ¿Pero el casino? Tienes todos los casinos del país. -

– Tengo casinos, confiterías nocturnas, hoteles, restaurantes. Son solo negocios limpios y legales. No tengas miedo Vicky. ¿Dime?. Acaso no sientes que somos el uno para el otro. Acaso no sientes el fuego cuando nos miramos.¿ Acaso no quieres estar a mí lado para siempre?-

De hecho Vicky quería todo de Luka. Pero no era el momento de hacer promesas eternas en ese complejo y apasionante fin de semana donde los pensamientos razonables habían huido a algún lugar y solo estaba el deseo presente. 

Esa mañana Vicky preparaba una tortilla o algo parecido a huevos revueltos en su pequeña cocina vestida solo con la remera de Luka mientras él le miraba trabajar. 

– No se si te gustará. - dijo. 

Pero de golpe sintió que él la llevaba otra vez a la cama. Está vez, la tiró boca abajo y levantó sus caderas para poseerla. 

Fue un acto erótico y casi animal. Lloró de placer con la cara aplastada sobre las sábanas y las manos prendidas a las mismas, por los empujes maravillosos que recibía. 

El también lloraba. De sus hermosos ojos negros se recurrian algunas lágrimas. 

– Es…eres…no puedo dejarte. No sé cómo vivir otra semana sin ti.. ven conmigo Vicky…- decía mientras calmaba apenas su agitación. 

– Habla con tu mamá Lu. O vete a verla. Yo hablaré con mí tía y mí primo. Vamos a darnos este tiempo. Solo será una semana amor. Y luego te prometo que estaremos juntos. No sé cómo. Pero juntos. -

– Está bien. Eres mía nena. Y yo soy tuyo. No te olvides. Nunca olvides esto. 

Estuvieron un tiempo mirándose callados, acariciando cada parte de sus cuerpos transpirados. Una semana sería una tortura. Y ambos lo sabían. 

Luka temía la opinión de su madre.

Samira Julia Donato era una mujer dura. Tuvo dos hijos. Julia y Luka. Pero a Julia la había perdido para siempre y debido a esa pérdida su marido murió al poco tiempo ,en una  guerra entre familias rivales. 

La llegada imprevista de Luka a Italia ese lunes le alertó que algo diferente había pasado. Abrazó a su hijo con fuerza y amor de madre. 

– Hijo. Gracias por venir. Te extraño tanto siempre. Dime qué no me traes malas noticias. -

– Solo buenas madre. Estoy enamorado y quiero casarme. - dijo con demasiada seriedad en su rostro. 

– ¿Casarte? Luka. ¿Quién es ella hijo? 

– Se llama Victoria. mama. Y no. No es hija de ninguno de nuestros amigos o enemigos italianos. 

– ¿Y quien es? ¿Qué hace su familia? No puedes casarte con cualquiera Luka. 

– Ella no tiene familia. Solo su tía y su primo. Es arquitecta y humilde. No la busqué por su riqueza madre. La amo por lo que es. ¿Entiendes?

– Primero quiero conocerla. Conocerla muy bien antes de darte mí bendición. Eres lo único que tengo - dijo cortante.  

Discutir con su madre era tiempo perdido. Luka, como cada vez que llegaba a Sorrento, Italia, presentaba sus respetos a su padre en el campo Santo. Allí fue esa mañana con dos ramos de flores. La tumba de su familia estaba como siempre cuidada y reluciente. Las bóvedas de mármol blanco parecían impolutas. Acercó uno de los ramos a la pequeña tumba de su hermana y se persignó.

Fue cuando vio al viejo mafioso Tulio Philippe detrás suyo. 

Su voz gruesa y potente lo sacó de su meditación sobre una niña que apenas recordaba. 

– ¿Por qué pones flores en la tumba de tu hermana? Esa tumba está vacía. ¿Samira aún no te ha contado? Tu hermana está viva. Por ahora. - le dijo. .-- Miente Don Tulio. Miente. ¿Por qué me sigue?¿Quiere matarme como mató a mí padre?

Los hombres se miraron con odio. 

– Habla con tu madre - dijo Philippe y sé marchó hacía donde lo esperaba su carro y sus guardaespaldas. 

En Bergamo, Victoria estaba junto a Grace esa tarde de lunes. 

– Debo contarte algo querida tía.- dijo agachándose y tomando sus manos. 

– También yo hija. Y es importante. Cada día es más urgente porque nunca sé si habrá un mañana- 

– No hables así. Por favor. Tu y Larry son mí única familia. No puedo perderte y lo sabes. - dijo besando las manos de Grace. 

– Somos familia si. Pero no llevas nuestra sangre Victoria. Tenías dos años cuando llegaste a nuestras vidas. 

– ¿Qué dices?¿Papá y mamá no estaban contigo cuando yo nací?-

– Victoria. Ellos no eran tus padres…Fue creo, un encargo. O quizás te robaron. Tu verdadera familia está seguro por algún lado. Tenía que decírtelo. No puedo callar más. 

Grace se puso a llorar después de tal confesión. Victoria estaba atónita. Tantos momentos duros vividos en la infancia se explicaban con esa verdad oculta. La falta de afecto de sus supuestos padres era lo principal. 

– No sé de dónde vienes. Nunca me han contado. Solo sé que tu segundo nombre es el verdadero. Julia. Se que te llamas Julia. - dijo Grace entre sollozos.