**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
NovelToon tiene autorización de Daniella cantillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 7 Mi primo es un sobreprotector.
Sandra Vannecelli
...****************...
-Él se ríe, me toma de la mano y comenzamos a caminar hacia la pista de baile. Durante varias horas, continuamos disfrutando del licor mientras bailábamos. Me estoy divirtiendo mucho con Renzo, pero mi cabeza ya comenzaba a dar vueltas. Me reía por cualquier cosa. En ese momento, Caeli se acerca a nosotros y nos señala para que vayamos a la sala VIP, así que caminamos en esa dirección. Ella nos dice- Chicos, debo irme, ya está Dimistris afuera esperándome. Por favor, Renzo y Gian, cuiden de Sandra; no le den más de beber, ya está bastante ebria.
-Con una sonrisa, le digo- Tranquila, yo estoy bien. Es más, asegúrate de saludar a tu novio de mi parte.
-Vemos cómo ella se retira de la discoteca.
Gian nos mira y dice- Creo que lo mejor es llevar a Sandra a su casa.
-Yo respondo- No quiero irme aún, quedémonos un rato más, por favor, me estoy divirtiendo.
-Renzo me toma de la mano y me dice- ¿Escuchaste? Mi pitufina quiere seguir disfrutando, así que sigamos adelante. No te preocupes, Gian, yo cuidaré de ella. Los tres caminamos hacia la pista, continuamos bailando y tomando. Observamos cómo Gian se encuentra con una chica rubia; se están besando. Ella lo toma de la mano y se lo lleva, y Renzo y yo nos reímos, sabiendo que no lo veremos el resto de la noche. Luego, Renzo se acerca a mi oído y me dice- No te vayas a mover de aquí; iré un momento al baño.
-Lo observo alejarse mientras continúo bailando al compás de la música. La melodía es suave y sensual, y en ese momento siento que alguien se aproxima a mí, moviéndose al ritmo de mis pasos. Percibo su respiración en mi cuello y, de repente, me da un beso. Al girar, veo a un chico rubio, atractivo, sonriéndome mientras me acerca más a él. Seguimos bailando y él intenta acercarse a mi rostro, cuando de repente alguien me jala. Me doy cuenta de que Renzo le propina un puñetazo en la cara, y al caer al suelo, se monta sobre él para comenzar a darle golpes.
Varios individuos se agrupan y apartan a Renzo, quien jamás lo había visto tan violento. El joven presenta múltiples contusiones y está cubierto de sangre. Él me toma de la mano y le dice- Esto es para que aprendas a no meterte con mi chica.
-Su chica? Creo que el alcohol me está afectando porque no puedo haber escuchado bien, pienso mientras él me jala y nos dirigimos a la salida de la discoteca. Me ayuda a ingresar al automóvil, coloca el cinturón de seguridad sobre mí y cierra la puerta. Luego, se sienta junto a mí en el coche, me mira, me toma de la mejilla y me dice- Nunca dejes que otro hombre se acerque a ti, ¿entendido?
-Yo asiento con la cabeza en señal de aprobación. Mi primo, aunque tiende a exagerar, me cuida. Le sonrío y le pregunto-Renzo, ¿a dónde vamos ahora?
-Él responde-Te llevaré a casa.
-Yo le tomo de la mano y le digo-No, Renzo, no quiero ir a casa, menos en este estado. No deseo que mis padres me vean. ¿Qué te parece si vamos a otro lugar, tal vez a otra discoteca?
-Él me respondió- No, Sandra, no iremos a otra discoteca. No quiero agredir a otro hombre si intenta acercarse a ti.- Luego se quedó pensando y añadió- Si no deseas que te lleve a tu casa, podemos ir a la mía.
-Yo levanté una ceja y le pregunté- ¿Tu casa? ¿Tienes casa?
-Él me contestó- Sí, Sandra, compré una casa porque en estos días planeo vivir solo.
-Le respondí- Está bien, vamos.
-Él condujo durante varios minutos hasta llegar a su casa, que es muy bonita y moderna.
Al salir del auto, se ofreció a ayudarme a bajar. Noté que tenía una hermosa piscina. Caminamos y nos sentamos en el suelo; me quité los tacones y coloqué mis pies en la piscina, que para mi sorpresa estaba tibia. Él me dijo- Voy a buscar algo para beber.
-Lo observo alejarse mientras juego con mis pies en el agua. La sensación es tan placentera que me provoca ganas de zambullirme, así que sin pensarlo, salto a la piscina. Al sumergirme, siento una agradable sensación, pero pronto noto que alguien entra en la piscina. Renzo se acerca a mí y me toma de la mano para que salgamos a la superficie. Algo preocupado, me pregunta- ¿Qué ha sucedido, Sandra? ¿Te has caído?
- Yo paso mis manos por mi cara y le digo- No solo me provocó el agua, lo siento si te asusté.-Siento su respiración en mi cara, estamos muy cerca, por lo que le digo-Ya puedes soltarme, yo sé nadar.
- Él me suelta y me dice- Me asustaste, Sandra. Salgamos, te puede resfriar.
- Yo hago un puchero y le digo-No quiero, vamos a quedarnos un rato nadando.
- Él me sonríe y me dice- ¿No te pesa un poco el vestido? Si deseas, puedo buscar algo para que estés más cómoda.
- Le respondo- Sí, está un poco pesado, pero estoy bien.
- Comienzo a nadar; esto ayuda a disminuir un poco mi estado de embriaguez. Mientras tanto, veo que Renzo permanece en el mismo lugar, observándome con atención. al notar que esta mirando a otro lado, Nado hacia él con la intención de sorprenderlo. Al salir a la superficie, nos quedamos cara a cara, y noto en sus ojos un brillo que resulta indescriptible.
-Él me toma suavemente de la mejilla y me dice- Eres tan hermosa. ¿Cómo no me di cuenta antes de que eres toda una mujer?.
-Yo levanto una ceja y le sonrío- Porque eres un tonto. Claro que soy una mujer; he crecido, ya no soy una niña.