una novela de 4 adolecentes estudiantes 2 chicas y dos jóvenes que eran parejas de novios pero a medida del tiempo 2 de ellos se dieron cuenta que estaban con la pareja equivocada porque ellos se gustaban
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### Capítulo 10: El Choque con Tomás
### Capítulo 10: El Choque con Tomás
El sol brillaba intensamente sobre la ciudad, y la calidez del día parecía contrastar con la tormenta emocional que se avecinaba. Vanessa y Santiago habían estado disfrutando de su nueva relación, llenando sus días de risas y complicidad. Sin embargo, la sombra del pasado estaba a punto de asomarse, y el destino tenía planes que ninguno de ellos podía prever.
Una tarde, mientras Vanessa y Santiago pasaban tiempo en un parque, riendo y disfrutando de la compañía mutua, la tranquilidad de su momento se vio interrumpida por un mensaje de texto que hizo que el corazón de Vanessa se detuviera por un momento. Era de Tomás: "Necesito hablar. No puedo seguir así. Quiero saber qué está pasando entre tú y Santiago".
Vanessa sintió una mezcla de ansiedad y culpa al leer el mensaje. Había esperado que Tomás respetara su decisión de separarse, pero ahora se daba cuenta de que no podía evitar la confrontación que se avecinaba. Miró a Santiago, que estaba absorto en su teléfono, y sintió que el peso de la situación caía sobre sus hombros.
—Santiago, creo que Tomás quiere hablar conmigo. —dijo Vanessa, sintiendo que su voz temblaba.
Santiago la miró, la preocupación en su rostro. —¿Sobre qué? ¿Sobre nosotros?
—Sí… parece que se ha enterado de lo que está pasando. —La ansiedad se apoderó de Vanessa, y sintió que el nudo en su estómago se apretaba.
—Tal vez deberías hablar con él. —Santiago sugirió, sintiendo que era importante que Vanessa enfrentara la situación.
Vanessa asintió, sintiendo que era inevitable. —Sí, creo que debo hacerlo. No quiero que haya malentendidos entre nosotros.
Mientras se preparaban para encontrarse con Tomás, Vanessa sintió que la tensión en el aire era palpable. Había una parte de ella que sabía que debía ser honesta, pero también había miedo y tristeza en su corazón. La idea de enfrentar a Tomás la llenaba de nerviosismo, pero sabía que no podía evitarlo.
Cuando llegaron al café donde habían acordado encontrarse, el ambiente era tenso. Tomás ya estaba allí, sentado en una mesa, con una expresión de determinación en su rostro. Al entrar, Vanessa sintió que el peso de la situación se hacía más evidente.
—Hola, Tomás. —dijo Vanessa, intentando sonar tranquila.
—Hola. —respondió él, sin ocultar su descontento. —Gracias por venir.
Se sentaron, y la tensión en el aire era palpable. Tomás miró a Vanessa, y luego a Santiago, que se sentó junto a ella, sintiendo que la situación se tornaba complicada. Era un momento cargado de emociones, y ambos sabían que la conversación no sería fácil.
—Quiero que me digas qué está pasando entre tú y Santiago. —dijo Tomás, su voz firme. —Me he enterado de que están juntos.
Vanessa sintió que su corazón se aceleraba. —Tomás, me gustaría que entendieras que nuestra relación ya no estaba funcionando. Hice lo que creí que era mejor para mí.
—¿Así que decides estar con él sin siquiera darme una oportunidad de explicarnos? —Tomás la miró, sintiendo que la traición lo consumía.
—No fue así. He estado lidiando con mis sentimientos, y cuando hablé contigo, ya había tomado la decisión de separarnos. —La sinceridad de Vanessa resonó en el aire, pero Tomás parecía estar enojado.
—¿Y crees que es justo para mí? ¿Que me enteré de esta manera? —La frustración de Tomás era evidente, y su mirada se centró en Santiago. —¿Y tú? ¿Qué te crees, llevándote a Vanessa de esa manera?
Santiago sintió que el ambiente se volvía hostil. —No se trata de eso, Tomás. Vanessa y yo hemos estado hablando sobre nuestros sentimientos, y no quería que esto se convirtiera en un conflicto.
—¿Y qué? ¿Vas a actuar como si no hubiera pasado nada? —Tomás se volvió hacia Santiago, su voz llena de ira. —Eres un traidor. Sabías que ella estaba pasando por un momento difícil y aún así decidiste involucrarte.
—No estoy aquí para pelear. Solo quiero que seas honesto contigo mismo y con Vanessa. —Santiago mantuvo la calma, sintiendo que la situación escalaba.
—¿Y qué hay de mis sentimientos? —Tomás gritó, sintiendo que la frustración lo consumía. —Pensé que teníamos una amistad y que podríamos resolver esto sin que nadie resultara herido.
—Tomás, no quise lastimarte. —dijo Vanessa, sintiendo que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. —Lo que pasó entre nosotros no estaba funcionando, y no podía seguir ignorando mis propios sentimientos.
La tensión en la mesa era palpable, y ambos hombres se miraron fijamente. Tomás se sentía traicionado, y la angustia en su corazón lo llenaba de rabia. —No puedo creer que esto esté pasando. ¿Así que solo me dejas atrás sin más?
—No se trata de dejarte atrás, se trata de cuidar de mí misma. —La voz de Vanessa temblaba, pero sabía que debía ser fuerte. —No quiero seguir en una relación que no me hace feliz.
Tomás se quedó en silencio, su mirada se desvió hacia la mesa. El dolor en su corazón era evidente, y no sabía cómo procesar lo que estaba sucediendo. En su interior, se sentía herido y traicionado, pero también había una parte de él que comenzaba a entender la decisión de Vanessa.
—No sé si puedo seguir siendo tu amigo después de esto. —dijo Tomás, sintiendo que la tristeza lo invadía. —Esto es demasiado para mí.
—Lo entiendo. —Vanessa sintió que el nudo en su garganta se apretaba. —Nunca quise que las cosas terminaran así, pero necesito ser honesta con mis sentimientos.
—Tal vez necesites un tiempo para procesar esto. —Santiago intervino, sintiendo que la conversación estaba llegando a un punto crítico. —No queremos que esto se convierta en un conflicto. Solo queremos lo mejor para todos.
Tomás asintió, su mirada aún llena de confusión y dolor. —Necesito tiempo. No sé si puedo estar cerca de ustedes en este momento.
Con esas palabras, Tomás se levantó de la mesa, dejando a Vanessa y Santiago en un silencio pesado. Vanessa sintió que su corazón se rompía al verlo alejarse. Había querido ser honesta, pero el dolor en su rostro la llenaba de tristeza.
—Lo siento. —dijo Vanessa, sintiendo que las lágrimas comenzaban a caer. —No quería que las cosas terminaran así.
Santiago la miró con comprensión. —Lo hiciste bien, Vanessa. A veces, ser honesto es lo más difícil, pero también es lo más necesario.
Ambos se quedaron en silencio, sintiendo el peso de la situación. Sabían que debían enfrentar las consecuencias de sus decisiones, y aunque la conexión entre ellos era fuerte, el dolor de Tomás seguía presente en sus corazones.
A medida que los días avanzaban, Vanessa y Santiago intentaron seguir adelante con su relación, pero la sombra de Tomás se cernía sobre ellos. Habían querido que las cosas fluyeran naturalmente, pero la tensión entre ellos y la incomodidad de la situación hacían que cada momento se sintiera cargado.
Una tarde, mientras estaban en casa de Santiago, él decidió abordar el tema. —¿Cómo te sientes después de lo que pasó con Tomás?
Vanessa suspiró, sintiendo que la tristeza aún la invadía. —Me siento mal. Quería ser honesta, pero no quería lastimarlo. La idea de perderlo como amigo me duele.
—Es comprensible. Tomás ha sido parte de tu vida durante mucho tiempo. Pero también recuerda que tomaste una decisión que era necesaria para tu bienestar. —Santiago le ofreció una mirada comprensiva.
—Lo sé, pero a veces me pregunto si hice lo correcto. —Vanessa se pasó las manos por el cabello, sintiendo que la confusión la llenaba. —Me duele verlo sufrir.
—Es natural sentirse así, pero también debes cuidar de ti misma. No puedes seguir en una relación que no te hace feliz solo por temor a lastimar a alguien más. —Santiago se acercó a ella, sintiendo que era importante apoyarla.
Vanessa lo miró, sintiendo que sus palabras resonaban en su corazón. —Tienes razón. Solo necesito un poco más de tiempo para procesar todo esto.
Ambos se quedaron en silencio, sintiendo la tensión en el aire. A pesar de la tristeza que los rodeaba, había una chispa de esperanza en su relación. Sabían que estaban construyendo algo hermoso, pero también debían enfrentar las consecuencias de sus decisiones.
A medida que pasaron los días, Tomás comenzó a distanciarse. Vanessa no lo veía en la universidad, y cada vez que lo encontraban en el campus, la tensión se hacía evidente. Era como si la sombra de su separación siguiera presente, y aunque ambos intentaron hacer las cosas más fáciles, había un vacío en el aire.
Una tarde, después de un día largo, Vanessa decidió enviarle un mensaje a Tomás. Quería saber cómo estaba y si estaba dispuesto a hablar. Su corazón latía con fuerza al enviar el mensaje, pero sabía que era importante intentar sanar las heridas.
—Tomás, espero que estés bien. Me gustaría hablar cuando estés listo. —Enviarlo le costó, pero sabía que la comunicación era crucial.
A la mañana siguiente, recibió una respuesta de Tomás. —No estoy listo para hablar. Necesito tiempo para procesar lo que ha pasado.
Vanessa sintió una punzada de tristeza al leer su respuesta. Sabía que Tomás estaba herido, pero también se dio cuenta de que debía ser paciente. Las emociones eran complicadas, y el camino hacia la sanación no sería fácil.
Con el tiempo, la relación entre Vanessa y Santiago continuó fortaleciéndose. Aunque la sombra de Tomás seguía presente, ambos comenzaron a disfrutar de su tiempo juntos. Compartían momentos de alegría, risas y complicidad, y esa conexión se volvía más intensa.
Sin embargo, el recuerdo de Tomás siempre estaba en el fondo de sus mentes. Sabían que eventualmente tendrían que enfrentar la situación nuevamente, y la incertidumbre sobre cómo manejarlo los mantenía en vilo.
Una noche, mientras conversaban, Santiago decidió abordar el tema. —¿Crees que deberíamos intentar hablar con Tomás de nuevo?
Vanessa lo miró, sintiendo que la preocupación en su corazón era palpable. —Sí, creo que necesitamos hacerlo. Pero no quiero que se convierta en un conflicto.
—Lo entiendo. Pero también creo que es importante que sepa que no hay resentimientos entre nosotros. —Santiago se acercó, sintiendo que era un paso necesario.
Ambos sabían que el camino por delante no sería fácil, pero estaban determinados a enfrentar la situación. La conexión que compartían se sentía sólida, y sabían que debían ser honestos con Tomás, no solo por su propio bienestar, sino también por el de él.
Finalmente, acordaron que sería mejor hacerlo en un lugar neutral, donde pudieran hablar sin presiones. Decidieron invitar a Tomás a una cafetería que solían visitar juntos. Sabían que era un lugar donde todos habían compartido buenos momentos, y esperaban que eso facilitaría la conversación.
La tarde del encuentro, Vanessa estaba nerviosa. Había estado pensando en lo que diría, pero la ansiedad la invadía. Cuando llegó a la cafetería, vio a Tomás sentado en una mesa, con una expresión tensa en su rostro. Santiago llegó poco después, y ambos se acercaron a él.
—Hola, Tomás. —dijo Vanessa, sintiendo que el nudo en su garganta se apretaba.
—Hola. —Tomás respondió, su voz era fría.
Se sentaron, y la tensión en el aire era palpable. Vanessa sintió que el corazón latía con fuerza mientras miraba a Tomás. Sabía que era importante ser honesta, pero también había un miedo presente.
—Quisimos hablar contigo porque sentimos que es importante aclarar las cosas. —dijo Santiago, sintiendo que era el momento de abordar el tema.
Tomás los miró, su expresión aún dura. —¿Qué quieren aclarar? La verdad es que no sé si hay algo que pueda cambiar lo que ha pasado.
—Entendemos que esto es difícil. Pero queríamos que supieras que no hay resentimientos entre nosotros. —Vanessa sintió que era importante ser sincera.
Tomás se cruzó de brazos, sintiendo que la frustración lo consumía. —No puedo creer que estén juntos. Todo esto es demasiado para mí.
—Lo sabemos, y no queríamos causarte dolor. Pero también debemos ser honestos sobre lo que sentimos. —Santiago lo miró a los ojos, sintiendo que era importante que Tomás entendiera su perspectiva.
—¿Y qué hay de nuestra amistad? Pensé que éramos amigos. —Tomás sintió que la tristeza lo invadía.
—Siempre serás nuestro amigo. Pero a veces, las cosas cambian y debemos seguir adelante. —Vanessa sintió que su voz temblaba, pero sabía que debía ser fuerte.
La conversación continuó, y aunque hubo momentos de tensión, también hubo momentos de comprensión. Tomás empezó a abrirse, y aunque todavía estaba dolido, comenzó a ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Finalmente, después de una larga conversación, Tomás asintió. —Entiendo que esto ha sido difícil para todos. Solo necesito tiempo para procesar lo que ha pasado.
Vanessa sintió un alivio al escuchar sus palabras. Sabía que no sería fácil, pero al menos estaba dispuesto a hablar. —Gracias por ser honesto, Tomás. Espero que podamos encontrar una forma de sanar todos.
—Sí, espero que así sea. —Tomás se levantó, sintiendo que había un paso hacia la sanación.
Cuando se despidió, Vanessa sintió que el peso en su corazón comenzaba a aliviarse. Había sido un momento difícil, pero también había una sensación de esperanza en el aire. Sabía que el camino hacia la sanación no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos.
A medida que pasaban los días, la relación entre Vanessa y Santiago continuó fortaleciéndose. Habían enfrentado la difícil situación con Tomás, y aunque había un camino por recorrer, ambos sabían que estaban listos para abrazar su nuevo comienzo. La conexión que compartían era valiosa, y estaban dispuestos a seguir adelante, juntos.