Luca, un omega que ha ocultado su identidad en las sombras del crimen de Verona, es descubierto por Alessandro Moretti, el implacable capo de la mafia. Mientras Luca es arrastrado a un mundo lleno de peligro, traiciones y poder, la atracción entre ambos crece, desatando un juego mortal donde el deseo y la protección se entrelazan. En un entorno donde nadie es lo que parece, Luca y Alessandro deberán decidir si su conexión es una fortaleza o una debilidad que los destruirá.
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capitulo 10 : BAJO EL PESO DEL DESTINO
El amanecer sobre las colinas fuera de Verona trajo consigo un silencio denso y cargado de incertidumbre. A pesar de la calidez que había sentido la noche anterior en los brazos de Alessandro, Luca despertó con el peso del futuro colgando sobre él como una tormenta inminente. El vínculo del destino había sellado algo irreversible entre ellos, pero lo que vendría después seguía siendo un misterio.
Alessandro ya no estaba en la cama cuando Luca abrió los ojos. Se vistió rápidamente, el eco de sus propios pensamientos retumbando en su cabeza. La realidad de su nueva vida —y de lo que significaba estar al lado de un capo como Alessandro— se sentía más tangible con cada momento que pasaba. El mundo exterior, lleno de amenazas, no los dejaría en paz solo porque ellos lo desearan.
Bajó las escaleras y encontró a Alessandro en la sala, hablando en voz baja con uno de sus hombres. El rostro de Alessandro, firme y concentrado, cambiaba ligeramente cuando sus ojos se posaban en Luca, suavizándose apenas un poco.
—¿Todo bien? —preguntó Luca, acercándose.
Alessandro asintió, despidiendo a su hombre con un gesto antes de girarse completamente hacia él.
—Sí, pero hay algo que necesito discutir contigo —dijo, con esa seriedad que tan bien lo caracterizaba.
Luca sintió que el nudo en su estómago se apretaba de nuevo.
—¿Qué sucede?
Alessandro suspiró, caminando hacia la ventana mientras hablaba.
—Hay movimientos entre mis enemigos. Están tratando de aprovechar lo que perciben como una debilidad. —Se giró para mirar a Luca—. Tú. Saben que estoy ligado a ti, y ya no se trata solo de mí o de mi negocio. Quieren usar esa conexión para herirme donde más me duele.
Luca tragó saliva, sintiendo la creciente presión que caía sobre sus hombros. Ya no era solo él; ahora era parte de una guerra en la que ni siquiera había pedido estar. Sabía que aceptar estar junto a Alessandro significaba aceptar también los riesgos, pero escucharlo en voz alta hacía que todo pareciera más real, más amenazante.
—¿Qué podemos hacer? —preguntó Luca, su voz tensa, pero firme. No había vuelta atrás ahora, y lo sabía.
Alessandro cruzó los brazos, pensativo.
—Por ahora, estarás conmigo en todo momento. No te dejaré solo. Mis hombres también estarán en alerta máxima. —Se detuvo un momento, midiendo sus siguientes palabras—. Pero eventualmente, tendremos que enfrentarlos. Y cuando llegue ese momento, necesito que estés preparado.
Luca no estaba seguro de qué significaba estar “preparado” en ese contexto. No era un guerrero, ni tenía experiencia en el mundo violento en el que Alessandro operaba. Pero, al mismo tiempo, algo dentro de él empezaba a fortalecerse, una resolución que crecía a partir de la necesidad de proteger lo que habían comenzado a construir juntos.
—No sé qué puedo hacer, pero aprenderé —respondió Luca, con determinación en la mirada.
Alessandro lo observó en silencio por un momento, como si evaluara esa resolución, antes de asentir lentamente.
—Lo harás —respondió el capo, acercándose a él con pasos lentos pero seguros—. Y yo estaré contigo, Luca. No estás solo en esto.
Luca asintió, permitiendo que esa promesa lo reconfortara, aunque sabía que no aliviaría por completo el temor que sentía. Alessandro podía protegerlo, pero no podía eliminar todos los riesgos. La sombra de sus enemigos era larga, y sabía que eventualmente, el conflicto llegaría a su puerta.
El día transcurrió con una tensión subyacente. Los hombres de Alessandro iban y venían, llevando consigo mensajes crípticos y actualizaciones que Luca no entendía del todo. Pero había algo que empezaba a quedarle claro: la vida que había conocido antes, esa tranquilidad en la que se refugiaba en su departamento, se había desvanecido para siempre. Ahora, su existencia estaba ligada a la de un hombre poderoso, y eso lo convertía en un objetivo. No había escapatoria de ese hecho.
Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Alessandro lo miró desde el otro lado de la habitación, su rostro sombrío bajo la luz tenue de la lámpara.
—He estado pensando —dijo Alessandro, rompiendo el silencio.
—¿Sobre qué? —preguntó Luca, acomodándose en la cama.
—Sobre el futuro. —Alessandro se sentó en el borde de la cama, su mirada fija en la pared frente a él—. Este lazo entre nosotros… significa más que solo destino. Significa que nuestras vidas están entrelazadas, y que todo lo que venga a partir de ahora nos afectará a ambos.
Luca se inclinó hacia él, sus ojos buscando los de Alessandro.
—Lo sé. Estoy preparado para lo que venga, o al menos, lo estaré.
Alessandro lo miró entonces, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de preocupación y algo más, algo que Luca aún no podía descifrar por completo.
—Luca… si llega el momento en que necesites escapar, no dudes en hacerlo. No quiero que te veas atrapado en algo que no pediste. No quiero perderte por esto.
Luca sintió que su corazón se apretaba ante esas palabras. Sabía que Alessandro estaba hablando desde un lugar de protección, de amor, pero no podía aceptar la idea de huir.
—No voy a escapar, Alessandro. Si esto es lo que implica estar contigo, lo enfrentaré. Juntos.
El silencio que siguió fue pesado, pero también lleno de entendimiento. Alessandro extendió una mano hacia Luca, quien la tomó sin vacilar. Sabía que, por más difícil que fuera el camino que tenían por delante, había hecho su elección. Estar con Alessandro, enfrentar el peligro, proteger lo que compartían… todo eso era ahora parte de su vida, y no había vuelta atrás.
Y en ese momento, con la mano de Alessandro en la suya, Luca sintió que, a pesar del caos que los rodeaba, había encontrado algo que valía la pena proteger.