En el siglo XV, Ángela, una joven noble, es enviada por Derya, la reina del Imperio Escocés, al Imperio Otomano para recibir una educación de élite. Tras años de instrucción financiera y cultural, regresa a su hogar solo para descubrir que sus padres han concertado su matrimonio con un joven aristócrata. La dulce joven que partió ha regresado transformada en una mujer valiente y decidida.
Derya no solo quería la mejor educación para Ángela, sino también que sanara su corazón roto por Niall, quien la había rechazado antes de su partida. Ahora, de regreso, Ángela se enfrenta a un mundo de intrigas políticas y expectativas familiares, mientras redescubre sentimientos por Niall.
El regreso de la guerrera, narra el viaje de Ángela en busca de su libertad, amor y lugar en una sociedad cambiante.
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un ataque un tanto extraño
Layla salió de la posada para recoger agua del pozo. Su madre le había encargado esa tarea. La noche era oscura y, luego de la lluvia, el frío en Escocia era aún peor. La joven se ajustó el abrigo y tomó el balde para sacar agua del pozo. Un ruido la hizo voltear y mirar a su alrededor, pero solo encontró oscuridad.
— ¿Quién anda ahí? — murmuró con un hilo de voz, pero solo el silencio le respondió.
Nuevamente, el ruido llegó y el corazón de Layla empezó a agitarse. Miró hacia el pozo y continuó con lo que estaba haciendo, pero no podía sacudirse la sensación de que algo en la oscuridad del bosque la observaba. Respiró hondo, intentando calmarse.
— Solo es mi imaginación — se dijo a sí misma en un susurro, pero su voz temblaba.
El aullido de un lobo resonó en la distancia, seguido por los grasnidos de las ranas y el canto de los búhos. Layla decidió acelerar su labor. Sacó el agua y la echó en el balde. Al levantar la mirada hacia el bosque oscuro, vio unos ojos rojos que la miraban como un depredador. Solo los ojos eran visibles, brillando con una intensidad inhumana.
— ¡No puede ser...! — exclamó, el miedo paralizándola.
De repente, algo se abalanzó sobre ella. Layla abrió la boca en un grito de puro terror.
— ¡Aaaaaahhh! — Su rostro estaba congelado en una mueca de auténtico pavor cuando el grito se ahogó en la noche.
Su padre, que estaba bajando a ver por qué su hija se demoraba, llegó al lugar encontrándose con el balde tirado en el suelo.
— ¡Layla! ¿Dónde estás? — llamó, pero solo la soledad del lugar respondió. Su hija no estaba allí.
A la mañana siguiente, Angela se despertó encontrándose sola en la habitación. Al parecer, Niall había madrugado o simplemente no quería pasar más tiempo junto a ella. Al levantarse, la joven sintió sus piernas un poco cansadas, pero se estiró, pensando que quizás le dolían debido a cómo había dormido.
Al bajar, notó a la gente de la posada preocupada, cuchicheando sobre un ataque de lobo. Angela decidió que no le importaba y encontró a Niall sentado esperándola con unas galletas y algo para comer.
— Buenos días, — dijo Angela mientras se sentaba frente a él.
— Buenos días, — respondió Niall, mirándola con una expresión que no logró descifrar.
Angela, notando la tensión del ambiente y viendo acercarse al anciano dueño de la posada, le preguntó lo que ocurría.
— ¿Qué está pasando? — inquirió con curiosidad.
El anciano suspiró, su rostro mostrando signos de preocupación. "Hubo un ataque de lobo anoche. La joven Layla desapareció y esta mañana la encontraron en el bosque... descuartizada."
Angela arqueó una ceja. — "¿Descuartizada? ¿Qué quiere decir con eso?".
— Lo raro, — continuó el anciano, — es que su cuerpo no había sido devorado. Solo tenía rasguños en algunas partes de su cuerpo que habían quedado completas.
Angela suspiró, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda.
— "De verdad, este pueblo es algo peligroso." —
Niall la miró, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y alerta. — "Tenemos que tener cuidado, Angela. No sabemos qué más puede estar acechando en esos bosques." —
— Tengan cuidado, la verdad que este caso es el primero que se oye en la zona — Dice el anciano con una clara preocupación en su rostro.
Angela continuó desayunando, apresurándose para salir lo más pronto posible. Niall, aún un poco preocupado por lo sucedido, decidió investigar un poco más.
— ¿Nunca ha habido ataques de lobos en la zona?" — le preguntó al anciano.
El hombre respondió de inmediato. — Si, pero estos lobos acaban con el cuerpo de sus victimas, no lo dejan intacto. Si no fuera por las garras y las heridas de la joven, dudaría que fuera un ataque de lobo.
Angela y Niall salieron de la posada. Aún les quedaba un pequeño tramo que recorrer para llegar al pueblo que necesitaba su ayuda. El viaje lo hicieron en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos
Al llegar, el líder del pueblo los recibió.
— Nos alegra verlos aquí, —
dijo con un tono de urgencia.
— Anoche tuvimos otro ataque de los bandidos. Han prometido volver esta noche. —
Angela y Niall se miraron, sabiendo que su llegada era esperada y que tenían trabajo por delante.
— No sé preocupe nos encargaremos — Le dijo Angela mientras se bajaba de su caballo
El hombre asintió, para el no era raro ver a una mujer liderando esta misión, puesto que su reina y gobernante era una mujer, Derya les había demostrado que no importaba el género todos estaban en las mismas capacidades de defenderse y defender lo suyo.
— Gracias — El hombre hizo una reverencia
Todos pasaron a una pequeña choza donde trazaron un plan para atrapar a los bandidos, Derya le había dicho que no debía quedar ni uno vivo, por lo que Angela ya sabía que era lo que debía hacer con esos hombres que se atrevieron a tratar de asustar y robar al pueblo de Derya.
Niall se acercó con una sonrisa en su rostro
— Anoche te veías tan delicada y hoy pareces otra — Le dijo al verla preparar su espada y arco
— Quizás es por qué soy otra — Le dijo esta con seriedad
Niall quedó un poco intrigado, Angela era una intriga para el, aveces parecía delicada y sumisa, en otras ocasiones se veía fría y distante, como en esa ocación, pues está se alejaba de el para prepararse para la batalla que tendría lugar en pocas horas.
Uno de los guerreros se acercó a Niall, pues ya tenían todo organizado para que los bandidos no notarán su presencia, eso podría hacer que no llegarán y marcharán a otro pueblo cercano.
— Que todos nuestros hombres se preparen, no debe quedar un solo hombre vivo — le dijo Niall
— Si mi general, la señorita Angela también dió la orden — El hombre quedó un poco en silencio.
Niall noto que quería decir algo, Pero por algún motivo había decidido callar
— Di lo que ibas a decir — Niall trato de que se relajara un poco
— Esa señorita hoy da miedo, es como si estuviera cazando a sus presas, parece otra — Dijo este con el seño fruncido
Niall asintió y le dijo que se fuera a su lugar, la noche llegaría pronto.