Corazón Ajeno.

(Deemar)

—Mi niño, quieres que te traiga algo de comer, no has comido nada desde ayer.—es la cálida voz de Marinita, mi Nana y la persona en quien tengo esperanza de que me ayude a cuidar a mis hijos ahora que no tienen Madre.

—No, no tengo apetito Nana, y ¿mis hijos cómo están? ¿Daisy ha preguntado por su Madre?.—le digo.

—Si Daysi, ha preguntado por su Madre, pero más a preguntado por ti, Deemarito esta bien cuidado, fue muy bueno darle formula desde la semana pasada, ya esta muy acostumbrado.

Mira mi niño, por el cariño y respeto que le tuve a tu Madre y por haberle prometido cuidar de ti, cuando ella murió, es que insisto tanto, debes salir de este estudio oscuro, debes comer, no has hecho más que ingerir alcohol y eso tan fuerte que tomas te hará daño, o es que quieres, que tus hijos se queden sin ti también; yo sé, que te está doliendo, pero ya pasaste dos dias enteros encerrado aqui, debes salir ya.

Ademas tu suegro llamo, dijo que ya tienen el cuerpo de la señora Camila en la funeraria y tu debes ir.—Escucho la voz preocupada de mi Nana, la única persona que me ha amado sin condiciones como si fuera mi Madre y sé que en todo tiene razón, así que no sé de dónde sacaré la fuerza pero debo salir al mundo.

—Prepárame algo para comer, mientras yo tomo un baño, por favor manda a que preparen a Daisy la llevaré al funeral; ella tiene 6 años y es mejor que se entere ahora que su madre ya no está.—Le digo a mi Nana y quizá es lo más duro que haré, pero debo comunicarle a Daisy que su Madre murió.

Después de darme un largo baño con agua fría, me preparo y salo a ver a mis hijos, Deemarito es un bebe de apenas 2 meses, el ni siquiera tendra un recuerdo de su hermosa Madre, y quiza en este momento, aunque es el mas necesitado por los pocos días de nacido, es el que a mí menos me preocupa, pues no la extrañará tanto como mi Daisy y Yo.

Lo bueno es que mi pequeña Daisy, que es una niña muy inteligente, que entiende muy bien las cosas.

—Hola Princesa, ¿cómo estás, pequeña?.—Le digo viéndola ya preparada para el funeral, aunque ella no lo sabe.

—Papi, estoy bien, dice la Nana que me llevaras a un lugar por eso me pusieron esté vestido...

Tú, ¿por qué estás triste Papi? Tienes en los ojos agüita.—me dice mi pequeña.

—Pequeña estoy triste por tú Mami, ella se ha ido y eso me tiene así, ven te voy a explicar.—le digo.

—Mamá, ¿siempre si se fue de viaje, con la tía plástica?.—me dice Daisy.

—¿Por qué dices eso pequeña?.—Le pregunto.

—Mamá antes, que tú te fueras a tu viaje de trabajo, me dijo que ella también se iría de viaje, con la tía plástica cuando tu regresaras y que si me portaba bien, me traería muchos regalos, yo le dije que no necesitaba regalos, pero ella me dijo que siempre me los traería.

Pero fíjate Papi, que después cambió de opinión, me abrazo mucho y me dio muchos besos, dijo que ya no se iría de viaje, que alguien le había enseñado, lo que de verdad vale la pena y que tú, mi hermanito y Yo, éramos su tesoro.

—¿Te dijo quien le había enseñado eso, princesa?.—Le pregunto sintiendo curiosidad, de quien la hizo cambiar de opinión.

—No dijo su nombre, solo dijo que era una niña muy linda, y que esa niña pronto se iría al cielo, yo supongo que es un Ángel, por que los ángeles viven en el cielo, verdad Papi.

Mami, también dijo que desde ese día en adelante, ya no le haría caso a la tía plástica y que estaría conmigo y con Deemarito y que jugaríamos, ese día me divertí mucho con mamá; jugamos nos bañamos en la piscina y después nos fuimos a la habitación de mi hermanito.

También me hizo una promesa.

"Te prometo ya no haré viajes innecesarios", así me dijo ella y Yo pensé, que ya me quería un poco más, pues antes de ese día no me prestaba atención, así que esté viaje no te extrañe tanto Papi, Mami jugó conmigo...

Será que mami ya se arrepintió de jugar conmigo de nuevo.

Pues espero que no, por que yo quiero muchísimo a mi mami, aunque prefiero que tú te quedes en casa.

Por eso me preocupé anoche, crei que tú te habias ido de nuevo, yo te estaba extrañando mucho, Papí, tu no te vayas con la tia platica, te diré un secreto, pero no le digas a mami para que no se enoje; pero mejor que vaya mamá con ella y tu te quedas conmigo y con Deemarito.—me dice mi pequeña y Yo la abrazo.

—Ven princesa, tu mami no se arrepintió de jugar y claro que te quería muchísimo, lo que sucede es que ella se fue... Se fue al cielo, Princesa.

Quiero que me prestes atención a lo que te diré.—Le trató de explicar cada cosa a mi hija.

Despues de contestar todas sus preguntas, con un nudo en mi garganta, con unas ganas de llorar pero con el llanto atorado en mi pecho.

Abrazo a mi pequeña y luego de explicarle salimos de la mano rumbo al funeral a darle el último adiós a la mujer que amé y amo aún, la mujer que pensé sería mi compañera para toda la vida.

La mujer que creí sería, quien se sentará conmigo en el jardín cuando los años nos pusieran el pelo blanco.

Esa mujer, que con su ausencia me deja vacío, pero no solo vacío sino amargado por no saber entenderla, por no saber si me amo de verdad como yo la amé a ella...

La valentía de Daisy es increíble...

Llegamos al funeral...

Estando aquí me doy cuenta de que, fue mejor que Bernardo Harizon se encargara de los arreglos, son gente demasiado conocida, y Yo no tengo ni una gota de amabilidad, para poder dirigirme a esta gente.

Veo, a Alexio Harizon, es un hombre que a pesar de no tener ninguna necesidad de dinero, ambiosiona más y más, es tramposo; siempre quiere más, quiere sobresalir, quiere que todo el mundo hable de él y que lo adulen.

Es un hombre que de verdad de grima su sola presencia.

También está Samantha, Dios mio que mujer tan nefasta, como pudo haberme gustado.

Es un horror de mujer, no estiendo como estos dos son hermanos de mi amada Camila.

Tal parece que esté par esta feliz que mi Camila ya no esté.

—Deemar, es necesario que dirijas unas palabras, me dice Samantha, Papá lo hará también.

Pero tu eres el viudo de Camila, debes ser muy emocional...

Yo solo volteo a verla, sin dar respuesta, ya que sé que es solo por guardar las apariencias.

Pues aquí hay una multitud de periodistas.

El Padre de Camila es un hombre honesto, realmente no sé cómo tienes estos dos hijos tan patéticos.

Y ahora que lo pienso, no entiendo como pude mantener una relación con Samantha siendo así como es, no sé en que estaba pensando, pero bien, es un pasado que jamás en mi vida quiero volver a recordar y menos volver a vivir.

El momento de oír a Bernardo hablar llego.

"Quiero darles las gracias por estar aquí, familia y amigos, esto es algo que jamás imaginé hacer.

Siempre pensé, que mis hijos serían quienes hablarían en mi funeral y no al revés.

Es el dolor más profundo, que he sentido jamás, el dolor más intenso, tengo el alma rota.

Pero, mi generosa, solidaria y amorosa Camila, me dejo algo, me dejo la experiencia de haber sido un orgulloso Padre.

Y eso es lo que me ayudará a vivir en su ausencia".

Las palabras de Bernardo tan llenas de amor, conmueven a muchos, menos a sus hermanos que son seres sin sentimientos.

Es evidente que se fue su mejor hija.

Yo no tengo palabras, lo que tengo es un nudo en mi garganta, que no me deja articular palabras con libertad.

Escucho a Bernado mencionarme y creo que Camila merece unas palabras de despedida.

Cuando estoy frente al amplio grupo de personas entre familia, amigos; todos con sus ojos puestos en mi y en mi pequeña Daisy, trato de solo enfocarme en una sola cosa, Camila.

Yo, no tengo muchas palabras para despedir a mi amada esposa Camila.

Lo único que quiero decir, aquí tomando la mano de mi hija, que es junto a su hermano, el regalo más grande que Camila me dio.

Lo que quiero decir es Gracias Camila, gracias por haberme dado la muestra más grande de amor... Ellos y Yo te extrañaremos...

Esas fueron las únicas palabras que pude pronunciar y empiezo a caminar con Daisy hasta el auto donde nos espera, Erick para llevarnos a casa...

Cuando estoy por llegar al auto, Bernardo me llama.

—Deemar...te vas sin despedirte; sé que es difícil hijo, sé cuanto amabas a Camila, pero como tú dices te dejo el regalo más grande.

Mañana se leerá el testamento de Camila, y debes estar presente.—Me dice el abuelo de Daysi, dándole un beso a su nieta.

—Tú sabes que no necesitó nada de Camila, estábamos casados por vienés separados, pues fue la petición de tu hijo Alexio, cuando creyó que mi objetivo al casarme con Camila, era incrementar mi fortuna a pesar de que él comprobó que Industrias Makris no necesita inyecciones de capital.—Le digo a mi suegro.

—Deemar, sabemos que no necesitas nada, pero es la voluntad de Camila.

—Ya te dije que no, ni mis hijos, ni Yo necesitamos nada material, es a ella a quien necesitamos y ya no está.

Tus nietos siempre estarán en casa Bernardo, hasta luego...—Me despido de mi suegro y camino al auto, Erick rápidamente abre la puerta para Daisy y vamos rumbo a casa, esa casa que ahora me parecerá mucho más grande...