¿Morir por amor? Miranda quiere salvar la vida de Emilio, su mejor amigo. Pero un enemigo del pasado reaparece para hacerla sufrir por completo. ¿Cómo debe ser la vida cuando estás a punto de perderlo todo? ¿Por qué a veces las cosas no son como uno desea? ¿Puede haber amor en tiempos de angustia? Miranda deberá elegir entre salvar a Emilio o salvarse a ella. INEFABLE es el libro tres de la historia titulada ¡Pídeme que te olvide!
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Y DISCRETA
*Emilio*
¡No esperaba que ella me hiciera algo así! Una vez más, había algo oculto en las acciones de su presente. ¿Por qué? ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué enviarme a San Francisco? ¿Qué caso tenía ir a ese lugar sin ella?
—¿Te encuentras bien? —Édgar me mira por el retrovisor.
—¿Tú sabías lo que ella haría?
—Me informó hace una hora. Recién me enteré.
En mi corazón, mi piel, mi boca, la garganta; en todo mi ser había una sensación de incredulidad, enojo y desilusión. ¿Qué tanto esconde mi amiga? ¿Por qué no es capaz de contarme lo que tanto la aplasta?
—¿Por qué decidió quedarse?
No me respondió al instante. Encendí la pantalla de mi celular, quise intentar marcarle una vez más, pero no tuve éxito. ¡Buzón de voz!
—Ella te quiere mucho. ¿Eres consiente de ello? —Édgar estaba muy concentrado, manejando.
—Sí. Yo también la quiero mucho.
—Ella planeó esto porque quiere protegerte.
—¿Protegerme?
—Todo estará bien. ¡No te preocupes!
—¿Qué no me preocupe? Édgar. Seguro, no tienes ni puta idea de lo mucho que me preocupa Miranda. ¡Algo anda mal! Sé que algo malo está sucediendo y...
—Toma, lee esto. Ella me pidió que te entregara esta nota —y extendió su mano en mi dirección.
Era una carta. Sin dudarlo, comencé a leer.
...Querido Emilio: ...
...Lamento no poder decirte esto en persona, pero deseo con todo mi ser que logres perdonarme, así como me has perdonado en ocasiones anteriores. Sabes que en mi corazón estás siempre presente y justo ahora, me gustaría que muchas cosas pudieran ser diferentes para nosotros. Pero, aunque mi ser desea un presente mejor, me temo que hay algo que debo solucionar conmigo y con la vida....
...El hecho de no contarte mis planes o lo que siento justo ahora que estás leyendo esto, no significa que no me importes. No te estoy abandonando, es obvio que no. ¡Hay cosas que necesito explicarte! Pero el tiempo no me permite fluir para poder contarte. ¡Todo estará bien! Tú mejor que nadie, sabes que soy una mujer que pelea, que no se cansa de intentar seguir adelante y sobre todo, soy una mujer que te quiere bastante....
...Cuando estuve cuidando de ti en el hospital, vinieron a mi mente muchos recuerdos de cuando solíamos ser niños. ¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos? Te pedí permiso para poder escalar en el árbol que está plantado en el jardín trasero de la casa de tus padres y me dijiste que si podía subir....
...Sin que yo te lo pidiera, tú también trepaste y arriba estuvimos un buen rato hasta que la luna salió....
...—Hoy es luna de queso —te dije con mucha emoción....
...—¿De queso? La luna no puede ser de queso porque es un satélite. ...
...—La luna es un satélite, pero también puede ser de queso. ¿Apoco no ves lo brillante que está? Es amarilla y redonda como el queso de las caricaturas....
...—Bueno, eso no lo había pensado....
...—De vez en cuando, cada que la luna sea de queso, acuérdate de mí y de este momento....
...Eso fue lo que te pedí aquel día y al pasar los años, nuestra amistad se volvió más fuerte y parece que me olvide de aquella petición que te hice cuando estábamos trepados en el árbol....
...Ahora mismo hemos cambiado bastante porque ya no somos unos niños y no hemos vuelto a trepar el árbol para ver la luna de queso. Sí, hemos crecido y la vida nos está haciendo vivir cosas que tal vez nunca imaginamos vivir. ¡Pero yo te quiero mucho! Y eso es algo que no ha cambiado para nada, al contrario, ahora que escribo esto y pienso en que tengo que alejarme de ti, mi alma sufre y me atormenta de una forma cruel. ¡Tu ausencia me lastima! Y mi corazón, te extraña desde el momento en que pienso en no estar a tu lado....
...Mi querido Emilio, pronto la luna será de queso y quiero pedirte que mientras la luna destelle con intensidad desde el cielo, tú pienses en mí, así como yo pensare en ti. ¡Prometo que pronto podremos vernos y así podre contarte todo lo que ahora siento!...
...En San Francisco la vida es más tranquila. ¡Prometo que tu estadía allí te curará la vida que tienes en este momento! Hice nuevas amigas que te cuidaran, Rosita y Fran te cuidarán con mucho cariño, se los he pedido a ellas. ...
...Emilio, eres mi sol en días grises y mi luna en noches oscuras. Gracias por iluminar mi vida y mis tristezas. ¡Hoy por ti! Mañana por mí. ¡Te quiero canijo!❤️...
Cuando termine de leer la carta, encontré unas pequeñas fotografías impresas. ¡Éramos nosotros!
*Miranda*
—¿Te sientes bien?
La pregunta de Marcos me hace dudar en mi respuesta. Deje escapar un suspiro.
—¡Sí! Me siento chida —mentí.
Samuel me ofreció una sonrisa. Lo atrapé a través del retrovisor.
—¿Tienes hambre?
—Preguntó Marcos.
—¿Pizza? —dijo Samuel.
Los fulminé con la mirada.
—Me parece buena idea. Pasemos a un Little Caesar's por pizza.
Ambos habían triunfado sobre mí.
—¡Gracias Miranda! Eres la mejor amiga.
Sonreí.
El tiempo mismo me había regalado la oportunidad de abrirme con más personas. ¿Te acuerdas cuando comencé a contarte mi historia? ¿Te acuerdas de aquella vez que aborde el autobús y mi compañero de viaje fue un viejito tierno? ¡Ahora muchas cosas han cambiado!
Se suponía que Emilio era el único "punto" de mi amistad, hoy por fin podía decir que tenía un círculo completo de amigos que estaban dispuestos a cuidarme.
—¿Por qué no han puesto música? —les pregunté.
—¡Ah! Pues es que si veníamos escuchando música, pero no sabíamos si te gustaría escuchar reguetón.
Enarque mis cejas.
—Mmmmm. La neta no me gusta, pero, pues a ver, pongan su música.
Y sin más vueltas, Marcos le subió el volumen a la música. Las ondas rítmicas suaves bellacosas me hicieron temblar.
El nombre de la canción era Una Locura y todo en mi interior se puso en un punto de preocupación a causa de la estúpida letra que aparentemente no tenía sentido.
—¿Creen que esto es una locura? —Me anime a preguntarles.
—¿Qué cosa? —Pregunta Samuel.
—Pues todo esto que acabo de hacer. El tener que mandar lejos a Emilio para que yo pueda arreglar las cosas.
Ambos parecían meditar en mi pregunta.
—No —respondieron en seguida.
Mis pensamientos comenzaron a perrear durante todo el trayecto de mi casa hasta la pizzería, al grado de poder unir todas las piezas de este rompecabezas que yo aún no lograba terminar de armar. ¿Rompecabezas? Mi alma se desarmaba completamente por un caos de la vida.