MAS ALLA DEL ADIOS

Beatriz: (Hablando con el abogado) Entonces, ¿puedo retirar una tercera parte de mi inversión?

Abogado: Sí, Beatriz. Por el momento, puedes retirar esa cantidad. Es suficiente para que puedas empezar con tu negocio.

Beatriz: ¡Gracias! Eso es justo lo que necesitábamos.

(Beatriz y Gabriela avanzan rápidamente con sus planes. Alquilan un pequeño apartamento de dos habitaciones. Gabriela renuncia a su trabajo y se muda al nuevo apartamento. Aunque faltan muebles, tienen lo necesario. Gabriela se encarga de limpiar y pintar el lugar)

Gabriela: (Con una brocha en la mano) Este lugar está quedando genial. No puedo creer que estemos haciendo esto realidad.

Beatriz: (Sonriendo) Sí, todo está avanzando rápido. Estoy tan emocionada por nuestro futuro.

Beatriz: ¿Has encontrado algún local?

Beatriz: He visto algunos lugares que podrían funcionar. Mañana iremos a verlos y decidir cuál es el mejor.

Gabriela: Perfecto. Mientras tanto, seguiré arreglando el apartamento. Aunque falten muebles, tenemos lo esencial para empezar.

Beatriz: Hablé con la señora Julia. No quería seguir con los planes sin notificarle.

Gabriela: ¿Y cómo lo tomó?

Beatriz: Se emocionó por mí. Son buenas personas. Si no fuera por ella, que me recomendó invertir y me puso en contacto con su abogado, esto no sería realidad. Yo solo pedía una parte de mi sueldo para enviar a mi familia. Todo lo demás iba a esas inversiones. Ella siempre quiso lo mejor para mí; la sentí como una madre. Cuando le conté mi idea, se emocionó, aunque me dijo qie me iba a extrañar que ya parte de la familia.

Gabriela: Me alegra escuchar eso. Es un gran paso para nosotras.

Beatriz: Sí, lo es. Estoy emocionada y un poco nerviosa, pero sé que juntas podemos lograrlo.

Gabriela: ¡Claro que sí! Vamos a hacer que este sueño se haga realidad.

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(En la casa de Andrés en Italia)

Julia: Andrés, necesito volver antes de lo previsto. Beatriz ha renunciado.

Andrés: (Disimulando su interés) ¿Beatriz renunció? ¿Por qué?

Julia: Va a montar un pequeño negocio. Cuando ella llegó, le recomendé que, como sus gastos eran pocos, invirtiera. La aconsejé y la puse en contacto con mi abogado. Lo que no sabe Beatriz es que nosotros hicimos un aporte mayor al principio.

Andrés: Qué bonito gesto, mamá.

Julia: Beatriz se lo merece, sobre todo por el apoyo que fue para mí durante la enfermedad de tu papá y luego de su partida. Fue de gran ayuda. La voy a extrañar. Ha sido como una hija para mí. Voy a regresar para que ella pueda dedicarse a sus cosas.

Andrés: ¿Será que quiere formar una familia?

Julia: No, hijo. Ella ni sale de la casa, solo para hacer compras. Pobre chica, se le fue la juventud trabajando.

Andrés: (Pensativo) Mamá, regresaré contigo.

Julia: ¿Y eso, hijo? ¿Y tu trabajo?

Andrés: Tengo tiempo que no estoy en casa. Quiero volver.

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Gabriela había emprendido la búsqueda del local. Ya tenía varios seleccionados, pero cuando llegó a uno que era perfecto, una antigua cafetería, supo que era el indicado. No necesitaba tanto arreglo y tenía un encanto .

Gabriela: (Mirando alrededor con una sonrisa) Este lugar es perfecto. No puedo creer que lo haya encontrado.

Beatriz: (Por teléfono) ¿Encontraste algo que te guste?

Gabriela: Sí, una antigua cafetería. Tiene todo lo que necesitamos y no requiere muchas reformas.

Beatriz: ¡Qué bien! Estoy segura de que será un éxito.

Gabriela: Estoy muy emocionada.

Beatriz: Me alegra mucho, Gabriela. Sabía que encontrarías el lugar perfecto.

Beatriz: el alquiler es costoso?

Gabriela: tenemos que hablar en persona está noche puede quedarte en el apartamento.

Beatriz: no está noche llega de su viaje la señora Julia, y quiero recibirla mañana si estaré por allá para conocer el sitio y tomar decisiones.