Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
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Capítulo X: Viejas alianzas parte 2
Ronald y Dalia conversaban sobre su plan para deshacerse de Maryory, la fiesta tendría lugar dentro de tres meses, así que tenían suficiente tiempo para ultimar los detalles
-No creo que sea bueno que volvamos a encontrarnos Dalia – Dijo Ronald con preocupación
Dalia le entregó un teléfono prepagado, el cual era difícil de rastrear porque la compra de este equipo fue hecha en efectivo
-No te preocupes Ronald, que nos mantendremos informados a través de este teléfono - Dijo Dalia
Ronald, a pesar de que quería deshacerse de Maryory también quería terminar sus vínculos con Dalia porque ella siempre lo manipulaba para que hiciera cosas con las cuales no estaba de acuerdo su matrimonio con Maryory le convirtió en la oveja negra y su posterior divorcio casi hacen que lo deshereden, lo que más le resultaba molesto era que luego Dalia resultaba ilesa mientras que él, por el contrario, se llevaba la peor parte
-Dalia no quiero ser pesimista, sin embargo, aunque desaparezca Maryory no creo que Porfirio te acepte de vuelta
Porfirio y Dalia siempre tuvieron una relación muy volátil, en especial porque él era muy condescendiente con ella complaciendo todos sus caprichos, mientras que Dalia lo trataba con aires de superioridad, por momentos era muy cariñosa mientras que por otro potenciaba todas sus inseguridades
-No te preocupes porque esta vez tengo un plan para que Porfirio regrese conmigo y no pueda dejarme
Así como Porfirio tenía a una persona vigilándola, Dalia por su parte también hacía lo mismo y ahora que sabía que era lo que realmente deseaba, Porfirio iba a dárselo y luego de eso volvería con ella
-Admiro tu optimismo – Dijo Ronald con sarcasmo
Carelia observaba desde la distancia a Ronald y Dalia y estaba muy enojada porque desde la secundaria había
amado a Ronald tanto que no le importó ser una tercera rueda y nunca había notado que existía una conexión entre esos dos
-Me prometiste que me serías fiel – Murmuró Carelia
Ronald ignoraba que Carelia desconfiaba tanto de él, que había colocado un GPS en su auto, así como un aparato de escucha, toda la conversación estaba siendo grabada mientras que con una cámara de alta resolución tomaba fotografías
-He esperado demasiado tiempo por ti, pero ya me cansé y ahora si vas a tener que casarte conmigo – Dijo Carelia con amargura
Carelia no pensaba terminar con Ronald, sino que ahora tenía una forma de presionarlo para que cumpliera con su palabra y se casara con ella.
-Veo que a pesar de todo lo que pasaste no aprendiste nada zorrita – Dijo Carelia
Carelia era la persona detrás de las fotos que recibió Porfirio y lo hizo por una simple razón vengarse de Dalia, lo que ignoraba en ese momento era que Ronald era el padre de los niños de Dalia y ocultar ese secreto le había costado muchos favores y debía hacerlo porque si esa verdad salía a la luz sus padres no le permitirían casarse con Ronald o de lo contrario perdería su herencia
-Estos suplementos se ven diferentes – Dijo Porfirio
La empleada puso una expresión de no comprender lo que estaba diciendo Porfirio
-Esos son los que trajo Santiago – Respondió la empleada
Porfirio no sintió desconfianza porque se trataba de Santiago, lo que ignoraba es que la empleada había cambiado sus suplementos por unos que le entregó Dalia, la cual le aseguró que no eran tóxicos, sino que se trataban de selenio, manganeso y zinc, los cuales se consideraban esenciales para mejorar la calidad del semen, mientras Porfirio disfrutaba de su almuerzo no notó cuando la empleada le envió un mensaje a Dalia para informarle que había comenzado a tomar el tratamiento
-Esta columna cada vez es mejor – Dijo Porfirio mientras sonreía
Querida Betty: Un tipo casado de la oficina me envió fotos de sus genitales a mi celular, ¿Qué debo hacer? Atentamente afligida
-Déjame ver que le responde – Dijo Porfirio con diversión
Querida afligida: ¿Por qué no le reenvías su sexy mensaje a su esposa y obtienes su opinión?, apuesto a que ella la tendrá
-Esto es una mina de oro – Dijo Vanesa con alegría
Vanesa leía la columna junto a Berenice y debía admitir que Maryory le había dado un giro de 180 grados y comenzaba a tener cada vez más suscriptores porque dejó de ser una columna muy aburrida a algo que todos esperaban su publicación
-¿Qué vas a hacer cuando Maryory renuncie? – Preguntó Berenice con interés
Vanesa sonrió con malicia porque le tenía una pequeña sorpresa a Maryory, y es que, aunque ella encontrara otro empleo, no podía dejar la columna o corría el riesgo de ser demandada por incumplimiento de contrato
-¿Vanesa vas a usar esa cláusula del contrato? – Preguntó Berenice
-Si es necesario la voy a usar – Respondió Vanesa con prepotencia
-¿Por qué no lo hiciste con los demás empleados? – Preguntó Berenice con molestia
-Porque todos los demás hicieron un pésimo trabajo, sin embargo, no puedo permitir que ella deje de escribir la columna ahora que esta tiene nuevos lectores
-Te recuerdo que si aplicas esa cláusula también existe otra que la benefician a ella – Dijo Berenice
-¿Crees que ella se dé cuenta? - Preguntó Vanesa
-No comprendo por qué la menosprecias tanto porque Maryory es una mujer muy inteligente y si la presionas va a exigir sus beneficios
Vanesa sabia que Berenice tenía razón y que si presionaba a Maryory ella podría exigir que se cumpliera todo lo que estaba en el contrato, por suerte estaba preparada y le mostró a Berenice un juego de llaves
-¿Sabes que es esto? – Preguntó Vanesa
-Las llaves de una vivienda
-No las llaves del apartamento que puede recibir Maryory solo si decide quedarse – Dijo Vanesa
Maryory se encontraba en su segunda entrevista y recibió la buena noticia de que había sido seleccionada, pero que debía comenzar como Freelancer, lo cual fue una verdadera sorpresa porque esto no ofrecía beneficios, aunque sí generaba muy buenos ingresos
-¿Cómo te fue la entrevista? – Preguntó Carolina con entusiasmo
-Bien Carolina, aunque no es lo que yo esperaba
Maryory le contó las condiciones en las cuales sería contratada, y ya no estaba tan entusiasmada
-Maryory no está mal e incluso esto es lo que nos conviene en este momento – Dijo Carolina de forma reflexiva
Maryory estaba atónita ante sus palabras y envidiaba la capacidad de Carolina para ver el lado bueno a todas las situaciones
-Carolina, no comprendo a que te refieres
Carolina revisó en su gaveta y extrajo un documento el cual Maryory reconoció como su contrato con el periódico y estaba asombrada que su asistente tuviera una copia de este
-No sé si te comenté que mi prometido es abogado
Maryory negó con la cabeza y se sintió avergonzada porque conocía muy poco sobre la vida personal de su asistente
-Realmente no lo sabía Carolina – Admitió Maryory
Carolina al notar su expresión no pudo dejar de reírse porque su jefa era una mujer muy amable, sin embargo, solo se enfocaba en su trabajo y su familia y por eso tenía problemas para relacionarse con las personas a su alrededor
-No te sientas mal por eso, en realidad rara vez hablo de mi prometido, lo importante es que le mostré nuestros contratos y me señaló un par de cosas que debemos tener en cuenta
Carolina hojeó el documento y le mostró una cláusula que estaba subrayada y Maryory no podía creer lo que estaba leyendo
-Varios periodistas han renunciado a la columna – Dijo Maryory
-Ninguno aumentó su cantidad de lectores ni tiene buenas críticas – Respondió Carolina con una sonrisa
-¿Entonces no puedo renunciar? – Preguntó Maryory con preocupación
-Sí, pero tendrías que pagarle una compensación a la empresa – Respondió Carolina
Maryory frunció el ceño porque sentía que este día era de mal en peor, y seguía sin comprender por qué Carolina continuaba con esa expresión tan feliz en su rostro
-Entonces estamos jodidas – Resopló Maryory con frustración
-No, por el contrario, si te fijas te mostré los contras, si renuncias, ahora es tiempo de que hablemos de los pros – Dijo Carolina
Carolina le mostró otra serie de cláusulas que estaban subrayadas y que eran muy favorecedoras para ambas, la primera era que podía tomar un segundo empleo siempre y cuando no se tratara de la competencia así que no impedía que escribiera Freelancer para el periódico extranjero y lo más importante era una serie de beneficios a los cuales tenía derecho, entre ellos incentivos para comprar una casa y un auto
-No sé si mi mamá quiera mudarse, aunque si me gustaría cambiar mi auto – Admitió Maryory
Maryory quería que se mudaran porque su dirección fue publicada en un post de una persona que la acusaba de defender a un golpeador de mujeres y desde ese momento ella no se sentía muy segura, el problema era el apego de su madre a ese lugar
-Tal vez si le dices que mi prometido y yo queremos alquilar el lugar para comenzar nuestra familia, ella acceda
A Maryory le parecía una buena idea porque amaban ese lugar, pero estaba lleno de muchos recuerdos y por momentos resultaba muy doloroso, además de que necesitarían más espacio porque sus sobrinos aún eran pequeños, pero a medida que crecieran cada uno necesitaría tener su propia habitación
-Voy a hablar con mi mamá e intentaré convencerla